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La Tradición Primordial y el enigma de Melquisedec

La Tradición Primordial y el enigma de Melquisedec


En la Tradición Primordial está presente el enigma referente a Melquisedec, mencionado por la Biblia como Sumo Sacerdote de Dios. Este misterio se enlaza con el del Rey del Mundo. Uno de los principales temas desarrollados por Réne Guénon a lo largo de su obra es el de la existencia histórica de una Tradición Primordial desde los inicios de la presente humanidad. Esta Tradición Primordial, según Guénon, habría sido la matriz de donde habrían surgido las distintas "formas tradicionales particulares" que encontramos a lo largo de todo lahumanidad. La Tradición Primordial representa el tronco de un árbol en que las múltiples formas tradicionales particulares serían sus ramas. Estas tradiciones particulares se han desprendido de este tronco primordial para adaptarse a las diferentes circunstancias del devenir histórico. René Guénon, o Abd al-Wâhid Yahyâ, (1886 – 1951) fue un matemático, masón, filósofo, y esoterista francés. De profesión matemático, es conocido por sus publicaciones de carácter filosófico-espiritual y su esfuerzo en pro de la conservación y divulgación de la tradiciones espirituales. Fue un intelectual que ha sido una figura influyente en el dominio de la metafísica. Se le relaciona con Ananda Coomaraswamy, otro gran esoterista del siglo XX. Gran estudioso de las doctrinas y de las religiones orientales, se esforzó por aportar a Occidente una nueva visión del pensamiento oriental, especialmente de la India, así como se destacó por su defensa de las civilizaciones tradicionales frente a Occidente. En sus escritos Guénon se propone «exponer directamente algunos aspectos de las doctrinas metafísicas orientales» y de «adaptar estas mismas doctrinas a los lectores occidentales, […] siendo completamente fiel a su espíritu». Destaca también su crítica a la civilización occidental desde los puntos de vista metafísicos y no ideológicos ni políticos. Son especialmente importantes sus libros sobre el hinduismo. Si invirtiésemos el árbol y las raíces apuntarán hacia lo alto, simbolizarían la "influencia espiritual" que desciende desde el cielo hacia la Tradición Primordial, en primer lugar, y luego hacia las distintas tradiciones sagradas. Esta influencia espiritual debe conservarse y transmitirse a los largo de todo el devenir humano. La Tradición Primordial constituiría así el Centro del Mundo. Sería el Agartha o Shambala de los tibetanos, o el Reino del Preste Juan de los cristianos.

Según la escritora esoterista Helena Blavatsky (1831-1891), Agartha sería un reino ubicado debajo del desierto de Gobi. El desierto de Gobi es una gran región desértica situada entre el norte de China y el sur de Mongolia. Se puede considerar uno de los desiertos más grandes e importantes del mundo. Lo rodean las montañas de Altái y las estepas de Mongolia, por el norte; la meseta del Tíbet, por el suroeste; y la llanura del Norte de China, por el sureste. El Gobi está compuesto por diferentes regiones geográficas y ecológicas, basadas en sus variaciones de clima y topografía. El origen climático de este desierto se debe a una gran sombra orográfica. Históricamente, el desierto de Gobi destaca por haber sido parte del Imperio mongol y por la localización de varias ciudades importantes a lo largo de la Ruta de la Seda, ahora conectadas por carreteras y pistas. Ocupando el 30% del territorio nacional, el gran Gobi de Mongolia abarca curiosos montes, dunas arenosas, vastas mesetas, estepas con sus hierbas aromáticas y, desde luego, un mundo animal muy variado. Arqueólogos y paleontólogos han hecho excavaciones en la cuenca del Nemegt, en la parte noroeste del desierto de Gobi en Mongolia, que es conocida por sus tesoros fósiles, incluyendo mamíferos prehistóricos, huevos de dinosaurio y utensilios de piedra prehistóricos, de unos 100.000 años de antigüedad. Se considera que la capital de Agartha es Shambala, donde gobernaría el Rey del Mundo. Agartha es un tema popular en el esoterismo y es la base de la creencia en la Tierra hueca, sugerida en 1957 por el escritor italiano F. Amadeo Giannini. Aunque podemos remontar este tema hasta Julio Verne, en el año 1864, casi un siglo antes, especialmente en la obra de ese autor tituladaViaje al centro de la Tierra. En la mitología hinduista no se menciona la idea de un mundo dentro de la Tierra, sino la existencia de infiernos subterráneos, los llamados Patala. El mito de Agartha fue desarrollado por varios escritores ocultistas. Helena Blavatsky escribió que Agartha, a la que llamaba la Logia Blanca, fue fundada hace unos quince millones de años sobre lo que era una isla en el antiguo mar de Gobi, que estaba situado en la ubicación del actual desierto de Gobi, donde aterrizaron los Señores de la Llama, semidioses provenientes del planeta Venus.

 

Blavatsky afirma que la idea de este mundo subterráneo pudo haberse inspirado en creencias religiosas antiguas como el Hades, el Sheol y el Infierno. Louis Jacolliot (1837-1890) también mencionó a Agartha en su libro Les fils de Dieu. Ferdinand Ossendowski (1876-1945) afirmó que un mongol le había contado que Agarthi, a la que él menciona con "i", y también con una palabra sánscrita, Paradesha ('el país más allá'),  había sido fundada por el primer Gurú hacia el año 380.000 a. C., y que se había vuelto subterránea solo 6000 años atrás. El reino misterioso de Agharti tendría accesos distribuidos por todo el mundo. En ese reino interior no existirían el mal ni el crimen. Asimismo existiría una serie de ciudades en Agharti que rodearían al lugar central. Allí moraría el Rey del Mundo, Brahmatma, asistido por el Majatma ('gran alma'), que predice los acontecimientos mundiales, y el Majanga ('gran miembro'), que dirige la marcha de los acontecimientos mundiales. Alexandre Saint-Yves d'Alveydre (1842-1909) afirmó que prefería la escritura india Agartha sobre la mongola o tibetana de Agarthi. El escritor francés René Guenón (1886-1951), en su libro El Rey del Mundo (1927), enumera una gran cantidad de tradiciones antiguas de una tierra santa por excelencia, que se encuentra en muchos lugares legendarios, aunque verdaderos. Podemos enumerar el monte Meru (en los Himalayas) de los hinduistas, el monte Olimpo de los griegos, la Atlántida de Platón, la isla de Thule, según la mitología nórdica, la isla de Ogigia, según la Odisea de Homero, el reino del Preste Juan, según un relato medieval, el castillo de Camelot, la isla de Ávalon, o el Montsalvat, en los mitos del rey Arturo, entre otros lugares. Pero Guenón omite mencionar que ninguna de esas tierras santas era subterránea. Earlyne Chaney, escritora que escribió más de 100 libros sobre espiritualidad y New Age, afirma que hace muchas eras, seres muy avanzados, los anunnaki, vinieron a la Tierra desde otros planetas. Estos seres trajeron el «Arca de la alianza» mencionada en la Biblia, que, según ella, era un tipo de arma y un mecanismo para el control de la gravedad, que les permitió construir las grandes civilizaciones de la Atlántida y Lemuria. Finalmente los anunnaki se marcharon, dejando a la Tierra en manos de los annu, que eran sus descendientes que se habían emparejado con terrícolas. Cuando el tiempo pasó, la Atlántida fue dominada por laHermandad Oscura, los hijos de Belial, que, según La Biblia Satánica de Anton LaVey, es un poderoso demonio que representa al elemento tierra, complementándose con Satanás, Lucifer y Leviatán.

Los annu, al darse cuenta de que se acercaba la destrucción de la Atlántida, huyeron a otros países, especialmente a Egipto. Con sus «arcas de la alianza» antigravitatorias ayudaron a construir las pirámides hacia el 3100 a. C. También utilizaron estos mecanismos para perforar muy profundo bajo tierra, construyendo túneles y ciudades subterráneas. Cuando el diluvio y la inversión de los polos estaban a punto de demoler la Atlántida y Lemuria, los annu entraron en sus ciudades del interior de la Tierra a través de la Pirámide de Keops. Después sellaron la pirámide impidiendo a los terrícolas descubrir sus pasajes subterráneos y manteniendo sus ciudades subterráneas aisladas de las aguas de la gran inundación, que habría sucedido hacia el 8000 a. C. Según Blavatsky, Agartha está formada por varios continentes, océanos, montañas y ríos, y Shamballa sería su capital. Habría unas cien colonias subterráneas debajo de la Tierra, todas, menos una, relativamente cerca de la superficie terrestre. Estas ciudades subterráneas han sido conocidas como la Red de Agartha. Sus costumbres habrían variado con el tiempo, pero seguirían un tipo de vida común, orientada espiritualmente en base a las enseñanzas de Melquisedec. El promedio de la población de cada ciudad de Agartha sería de medio millón de habitantes, pero Telos, una de las principales ciudades de Agartha, que estaría situada bajo el monte Shasta, en Norteamérica,  tendría un millón y medio de habitantes. También según Blavatsky, existirían diversas razas en Agartha, y los seres que la habitan pueden variar mucho en su aspecto. Por un lado, algunos de los habitantes de Agartha vendrían del continente de Gondwana, ahora desaparecido. Gracias a las mediciones de las mareas realizadas por medio delCandelabro de los Andes, comprendieron que estaban ante una catástrofe que azotaría su tierra, y se refugiaron en inmensas galerías subterráneas, iluminados por una particular luz artificial que haría brotar las semillas. Asimismo se llevaron consigo el bagaje de sus antiguos conocimientos. Por su lado, el escritor estadounidense Brad Steiger, en su libro La Tierra hueca, mito o realidad, afirmó que «los más ancianos», que eran una antigua raza inmensamente inteligente y científicamente avanzada que pobló la Tierra millones de años atrás y luego se mudó bajo tierra, eligió estructurar su vida bajo la superficie del planeta y fabricar allí todo lo que necesitasen. Los más ancianos son homínidos extremadamente longevos, y antecesores del homo sapiens en más de un millón de años. Willis George Emerson, en su libro El dios humeante, afirmó que los habitantes de Agartha viven entre 400 y 800 años, y que tendrían una altura de unos 3,7 metros, o más. Todos estos escritores coinciden en que la tecnología de los habitantes de Agartha es muy avanzada y que se comunican mediante telepatía.

Según la escritora rusa Helena Blavatsky, debajo del desierto de Gobi se encuentra el reino de Agartha. dice Blavatsky que las entradas hacia las galerías subterráneas que llevan a Agartha estarían ocultas en lugares aislados para impedir el acceso a los curiosos. Muchas se encontrarían escondidas debajo de las aguas de océanos y lagos, o en altas montañas. Habría algunas también en la vasta selva amazónica, que estarían vigiladas por indios belicosos. También habría entradas en Siberia, en el desierto de Gobi, entre la Esfinge de Egipto, en la Cueva de los Tayos (Ecuador), en la cordillera del Himalaya, en Tíbet, en la cordillera de los Andes, entre Argentina y Chile, o en la Villa de Leyva (Colombia). El criterio de autenticidad de cada forma tradicional particular se mide en relación al vínculo esotérico que mantengan con la Tradición Primordial. Es ella la que las nutre con su influencia espiritual. Existen varios niveles en el interior de cada tradición sagrada que van desde lo más exterior, o exotérico, hasta lo más interior, o esotérico. La adaptación al devenir histórico es lo que hace que exteriormente todas estas tradiciones se presenten como distintas, pero en el fondo todas son lo mismo y se identifican esotéricamente con la Tradición Primordial. Cada tradición tiene su propio forma dependiendo la mentalidad del pueblo en la que se haya desarrollado, pero en el fondo todas comparten un mismo conocimiento metafísico y simbólico proveniente de la Tradición Primordial. La obra de René Guénon es fundamental en ese sentido, ya que proporciona las claves necesarias para la comprensión de este núcleo metafísico en todas las tradiciones. El estudio comparado de religiones efectuado por el pensador rumano Mircea Eliade se ha encargado de demostrar la analogía y similitud entre los ritos, símbolos y doctrinas de las diferentes formas tradicionales. Ello sería debido a que provendrían de una fuente antigua y primordial común. El concepto de Tradición Primordial posee un carácter histórico. Los sufíes musulmanes han desarrollado una ciencia alrededor de la potencia trascendente de la imaginación y su función eminentemente cosmológica. El orientalista Henry Corbin (1903 – 1978), islamólogo y filósofo francés, se ha encargado de estudiar extensamente este sutil aspecto de la doctrina sufí. Guénon toma prestado de las enseñanzas hindúes la doctrina de los ciclos cósmicos, que es contraria a la concepción moderna y occidental del tiempo histórico. Mientras que ésta se fundamente en una concepción progresista, evolutiva y lineal-ascendente del tiempo histórico, en cambio la concepción tradicional considera que el tiempo histórico es cíclico y se encuentra sujeto a una inevitable decadencia a medida que se va desarrollando.

Es decir, que la Edad de Oro no se encuentra en un futuro, como se cree, sino que, por el contrario, tuvo lugar en los inicios de la humanidad. Es el mito del paraíso perdido que podemos encontrar en todas las tradiciones antiguas del planeta. Este mito, así como todos los mitos tradicionales que nos vienen de la antigüedad, no son producto de la fantasía humana sino que constituyen verdades metafísicas y simbólicas, que se visten de alegorías para transmitir la sabiduría a través del tiempo. No obstante, las teorías evolucionistas consideran a nuestros primeros antepasados como salvajes primitivos, evolucionados desde el chimpancé. Según la doctrina cíclica del tiempo y la concepción tradicional de la humanidad, nuestros primeros antepasados fueron primitivos en el sentido de primordiales, en lo que las religiones monoteístas semitas llaman el "estado adánico", y que eran más sabios que nosotros, sus descendientes. Las antiguas tradiciones dicen que el mono degeneró del hombre. Pero éste no habría evolucionado del mono como afirman las tesis evolucionistas. La mayoría de poblaciones primitivas que los etnólogos y antropólogos estudian en la actualidad, y que en efecto son primitivas en sentido negativo, es decir regresivas y primarias, no son en realidad nuestros antepasados primordiales de la Edad de Oro, sino como muy claramente han apuntado Guénon, Evola y otros, constituyen restos de razas muy antiguas que se han extraviado en el tiempo. La doctrina hindú nos dice que el presente ciclo humano ("manvantara") corresponde al séptimo ciclo de un total de catorce ciclos humanos, y que estos catorce ciclos conforman el ciclo de un mundo ("kalpa"). Durante el tránsito de un manvatara a otro, varias poblaciones o razas sobreviven, pero dada las condiciones adversas terminan extraviándose en el tiempo y degenerando. A esta Edad de Oro le sucederán las de plata, bronce y hierro, que es en la que nos encontramos actualmente. Estas designaciones son las que corresponden a la cultura grecorromana, pero los hindúes tienen las suyas propias, como Krita-Yuga o Satya-YugaTrêtâ-YugaDwâpara-Yuga yKali-Yuga, la actual. El tiempo no es lineal, sino más bien curvo, y a medida nos alejamos del centro atemporal de la Edad de Oro, la sensación de velocidad va aumentando hasta alcanzar niveles verdaderamente caóticos como los que vivimos en la actualidad. Así mismo, lo cuantitativo se va imponiendo sobre lo cualitativo.

Es impresionante constatar cómo los hindúes, gracias a sus notables conocimientos astronómicos y astrológicos, han logrado computar la duración cronológica exacta de cada una de estas edades. Se puede leer así en los textos hindúes que la duración total de nuestromanvantara es de 64.800 años de los dioses, y que estos se encuentran repartidos de la siguiente manera: Krita yuga = 25.920, Treta Yuga=19.440, Dewapara Yuga=12.960 y Kali Yuga=6.480. 1 año de los dioses = 360 años de los hombres. Según los cálculos tradicionales hindúes, la fase del Kali Yuga estaría a punto de culminar, lo que significaría que estaríamos próximos a lo que las tradiciones monoteístas llaman el "fin de los tiempos". Este fin de los tiempos sería en realidad el fin de un mundo, que coincidiría con el fin del presente manvatara. Otro punto importante desarrollado por René Guénon es el de los efectos perniciosos de la modernidad. El pensamiento moderno, un estilo de vida marcado por lo fugaz y lo intrascendente, constituye en realidad una reacción y un rechazo al pensamiento tradicional metafísico. Las facultades cognitivas del hombre moderno se han atrofiado ocasionándole una pérdida de su potencia intuitiva intelectual. Cree que lo tangible es lo único real, lo único existente, en reemplazo de los universales de la escolástica medieval, que son los arquetipos o ideas universales de Platon, en que fuerzas espirituales pueden ser concebidos únicamente por le intuición intelectual u "ojo de Shiva". Es una intuición intelectual supra-racional. En el marco del hinduismo, Shiva es uno de los dioses de la Trimurti ('tres-formas', la Trinidad hinduista), en la que representa el papel de dios que transforma y destruye lo innecesario. También es conocido como el Danzante Cósmico, que guía a las personas en los tiempos de cambio, junto con Brahmá (dios creador) y Visnú (dios preservador). Dentro del shivaísmo es considerado el dios supremo. Shiva también es adorado como un gran asceta. Existe un mito acerca de que en una ocasión quemó con su tercer ojo a Kama ('deseo erótico'), el alado dios del amor, quien, mientras Shiva estaba dedicado a una severa meditación, le había disparado sus flechas de flores para hacerle enamorar de quien terminaría siendo su segunda esposa, Parvati. Desde entonces a Kámadeva se le conoce como An-anga ('sin-forma', incorpóreo). Las escrituras de los shivaístas dicen que con la mirada ardiente de su tercer ojo quema el universo, incluidos a Brahmá y a Visnú, y se unta sus cenizas mortuorias por todo el cuerpo. Por eso los adoradores de Shiva se cubren de cenizas. También usan cuentas de semillas de rudraksa ('ojos de Rudra'), las cuales dicen que surgieron al caer lágrimas de los ojos de Shiva o Rudra, cuando iba a destruir Tripura (las 'tres ciudades' de los asuras o demonios).

La única manera de luchar contra las fuerzas disolventes de la modernidad, según Guénon, es adoptando un estilo de vida tradicional y contactando con la Tradición Primordial por intermedio de algunas de sus formas tradicionales. Es cierto que hasta las mismas formas tradicionales herederas de la Tradición Primordial se han visto corrompidas por el espíritu de la modernidad, degenerándose y perdiendo por ello su legitimidad institucional. Pero a pesar de esa corrupción generalizada, algunas de ellas aún continúan manteniendo centros iniciáticos activos que la vinculan con la Tradición Primordial, como es el caso del Islam. Michel Vâlsan, el principal discípulo intelectual de René Guénon y quien mejor ha sabido continuar con su legado espiritual, nos recuerda la importancia en la obra de Guénon en establecer las diferencias entre las tradiciones puramente metafísicas o intelectuales y las tradiciones de modalidad religiosa. Si la obra de Guénon se centra en dar a conocer esta Tradición Primordial en el seno de cada forma tradicional particular, la obra de Vâlsan en cambio posee un carácter más islámico y busca corroborar la ortodoxia universal de la Tradición Primordial planteada por Guénon en el esoterismo islámico. Las únicas tres tradiciones religiosas han sido las monoteístas abrahmánicas (de Abraham), a saber, el Judaísmo, el Cristianismo y el Islam. El resto son todas puramente metafísicas e intelectuales. Al ser las tres religiones las últimas revelaciones a la humanidad eso significa que han aparecido en el momento histórico más avanzado del kali-yuga, es decir en el momento de mayor degeneración intelectual de la humanidad, siendo este el motivo que explicaría el por qué su adaptación a dicha circunstancia histórica ha tenido que ser básicamente de carácter religioso. La espiritualidad religiosa, al ser dogmática y teológica, se reviste de un antropomorfismo mitológico con la finalidad de hacer más fácilmente accesible al hombre promedio ciertas verdades impersonales que de otro modo se les escaparían. A este hombre medio del kali-yuga le resulta más fácil comprender las verdades impersonales narradas de un modo alegórico antropomórfico que si son expuestas directamente a través del símbolo metafísico.

Hay conceptos, como el de "Dios personal", que son de índole estrictamente religiosos dado que conciben el Principio Universal de un modo antropomórfico. Pero no tienen razón de ser en las tradiciones puramente intelectuales. En el hinduismo, por ejemplo, "Brahma" es el "No-ser", por encima del ser ontológico, el Dios personal de las religiones. En vez del concepto de Creación, que asume a un Dios con voluntad humana transpuesta, creando el mundo cual artesano o Demiurgo, la doctrina hindú en cambio nos habla de "manifestación impersonal y gradual". Y en vez de salvación del alma individual en estados póstumos, como el Infierno o el Paraíso, los hindúes hablan de liberación absoluta de la individualidad y por ende de la "Rueda del Saṃsāra". Saṃsāra es el ciclo de nacimiento, vida, muerte y encarnación, o renacimiento en el budismo, en las tradiciones filosóficas de la India, tales como hinduismo, budismo, jainismo, bön, sijismo, y también en otras como el gnosticismo, los Rosacruces y otras religiones filosóficas antiguas del mundo. Según estas religiones, en el transcurso de cada vida el Dharma, acciones hechas para bien, y el Karma, consecuencia de lo realizado, determinan el destino futuro de cada ser en "el proceso del llegar a ser" (evolución o involución). Este proceso cíclico termina con el logro del moksha (unión con Dios). Así mismo la espiritualidad religiosa se caracteriza por la preeminencia que tiene en ella la devoción sentimental, que es el principal medio de acceso que encuentra el hombre religioso para unirse a la Divinidad. En cambio, en la espiritualidad metafísica, este elemento sentimental se encuentra subordinado al elemento puramente intuitivo-intelectual de la doctrina. En el hinduismo por ejemplo se habla de la "vía bakhti" y de la "vía jnaña". La primera, representada por el dios Vishnu, es el sendero de la devoción, y la segunda, representado por el dios Shiva, es el sendero de la inteligibilidad intuitiva. Vishnu conserva las formas individuales por medio de la devoción y Shiva transforma o destruye las formas de la manifestación por medio de la intuición intelectual. La obra de Guénon presenta un carácter claramente shivaíta. Se sabe, además, que antes de que partiera hacia El Cairo recibió la visita de unos hindúes, quienes lo iniciaron en el linaje del advaita vedanta, que se remonta hasta Shankaracharya Adi Shankara (788-820), uno de los más importantes pensadores de la India. Su conocimiento hindú provino de iniciados hindúes, quienes lo contactaron y eligieron para que diese a conocer adecuadamente el conocimiento oriental al mundo moderno occidental.

Pues bien, René Guénon decidió elegir el Islam como modo de vida y como medio tradicional particular para acceder a la esencia de la Tradición Primordial. Recibió el nombre de Abd-al Wahid-Yahyael servidor de la Verdad. Muchos se han sorprendido al enterarse que Guénon vivió como musulmán los últimos 30 años de su vida. En su vasta obra le dedica al Islam solamente un libro y algunos cuantos artículos, mientras que el hinduismo recibe más atención. Guénon tuvo siempre una predilección intelectual especial por el hinduismo. Siendo esta tradición la más antigua y próxima a la Tradición Primordial, junto con el taoísmo, ambas contienen elementos primordiales muy significativos. En todo caso como representante legítimo de la Tradición Primordial es lógico que su obra se centre más en ella que en cualquiera de las formas tradicionales particulares, incluyendo la propia religión que él mismo adoptó. De las tres tradiciones religiosas, el Islam es la que más se acerca a las tradiciones de espiritualidad metafísica. Dado la importancia que en ella tiene el concepto de "unicidad" (tawhid), el sentido de pureza primordial (Fitra) y el papel principal que cumple la inteligencia y el conocimiento, a diferencia del cristianismo, que se centra en el Amor, la doctrina islámica posee varios elementos que recuerdan, al igual que el hinduismo, a la Tradición Primordial. Digamos que de todas las tradiciones particulares es la más universalista y la que mejor refleja a la Tradición Primordial. Existen múltiples de hadices (dichos del profeta) que lo confirman. Musulmán es todo aquel que se encuentra sometido a Al-lah, es decir, al Principio Universal de la Manifestación. Los designios del universo no son gobernados ni por una voluntad universal ni mucho menos por el azar, sino más bien por la intelección suprema que es el Principio universal. Todo conduce a lo Absoluto, a la intelección suprema del Principio Universal que no deja nada al azar.

Toda la creación se encuentra sometida al Creador o, en términos metafísicos, toda manifestación se encuentra sometida al Principio Universal. En ese sentido, opina Guénon que para actualizar esta consciencia musulmana se debe recuperar un estado original de pureza (Fitra), la inocencia primordial. Algunos elementos, como el agua, el poder de la luna o los misterios insondables de la noche, todos estos elementos femeninos se encuentran muy presentes en el Islam, y son muy significativos también en la cosmovisión musulmana. Esta purificación del individuo se consigue mediante trabajos metódicos y supervisados de concentración espiritual (dirkh), que lo que buscan es reintegrar al ser en el centro de su individualidad integral. En cambio, los influjos de la modernidad apuntan hacia el lado contrario, a saber, hacia la dispersión exterior y hacia la desintegración psíquica del individuo. Para realizar estas prácticas espirituales fundamentadas en la "ciencia del ritmo" es necesario adherirse a una orden iniciática (tariqa) y tomar como guía espiritual su maestro (sheik). El hecho de que el Islam sea la última religión revelada tiene también una razón de ser profunda. El Islam tiene la misión de recapitular todas las tradiciones anteriores, de ahí que el profeta Muhammad sea llamado "el Sello de la Profecía". Algunos estudiosos interpretan este carácter del Sello como una anulación de las tradiciones anteriores al Islam, pero en realidad significa una síntesis de la profecía universal que incluye, y no excluye, a las anteriores profecías. Es por esta síntesis propia del Sello de la profecía que el Islam, siendo una tradición particular y la última de todas, puede reflejar casi a la perfección a la Tradición Primordial. Por otro lado, su posición geográfica en el Medio Oriente le permite cumplir con el papel de intermediario entre el Occidente y el Oriente. La obra de Guénon posee también un carácter intermediario entre el Oriente y el Occidente, ya que lo que él ha hecho ha sido interpretar correctamente la doctrina tradicional del Oriente, adaptándola a la mentalidad del hombre occidental moderno. El mundo Occidental debería retornar a sus raíces tradicionales; pues la obra de Guénon tiene esa función de sembrar en el Occidente moderno el "germen intelectual" para propiciar su enderezamiento tradicional. Guénon nos avisa de que deberíamos romper urgentemente con las cadenas del pensamiento "políticamente correcto" de la modernidad y para lograrlo la obra de Guénon como revitalizador de las ideas tradicionales resulta fundamental.

Melquisedec fue un rey y sacerdote mencionado durante la narración sobre Abraham en el capítulo 14 del libro del Génesis. Melquisedec se presenta como el rey de Salem y sacerdote de El Elyon («Dios Altísimo»). Él trae pan y vino y bendice a Abram y El Elyon. La literatura chazálica presenta el nombre como título apodo de Sem, hijo de Noé. En el cristianismo, según la Carta a los Hebreos, Jesucristo se identifica como un sacerdote según el orden de Melquisedec y, de esta manera, Jesús asume el papel de sumo sacerdote una vez por todas. En la famosa obra de ficción El Alquimista, de Paulo Coelho, aparece caracterizado en un personaje del mismo nombre que afirma ser el rey de Salem, el cual entrega las piedras Tumim y Urim al protagonista. Según relata el Génesis: "[…] y Melquisedec, rey de Salem, sacando pan y vino, como era sacerdote del Dios Altísimo, bendijo a Abraham, diciendo: -Bendito Abraham del Dios Altísimo, el dueño de cielos y tierra. Y bendito el Dios Altísimo, que ha puesto a tus enemigos en tus manos. Y le dio Abraham el diezmo de todo". Los Padres de la Iglesia, la tradición judía y el Salmo 76 identifican a la ciudad de Salem con Jerusalén. En el relato, este sacerdote-rey hace una breve aparición siendo sacerdote de Dios y rey de Jerusalén, lugar donde en el futuro Dios tomará morada. Como sacerdote, anterior a la institución del sacerdocio levítico, es quien recibe el diezmo debido a Dios. Como sacerdote-rey es una prefiguración del mismo Jesús que, además de ser Profeta, también es Sacerdote y Rey. Con la presentación del pan y el vino marca lo que después será el sacerdocio instituido por Cristo y que sustituirá al sacerdocio levítico. Melquisedec es el sacerdote receptor del primer diezmo registrado en la Biblia, entregado por Abraham, y el primer sacerdote-rey. Cabe destacar que de todos los personajes bíblicos y de las tres grandes religiones, judaísmo, cristianismo e islam, Melquisedec, es un ser sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio ni fin de vida.

Melquisédec es el título del primer escrito del códice IX de Nag Hammadi. Es un texto copto que presenta notables lagunas, escrito originalmente en griego, probablemente en Egipto y durante el siglo III. El texto refleja una mezcla de las costumbres judías, cristianas y gnósticas. Su presentación de Melquisedec es un buen ejemplo de ello. No es sólo el anciano «Sacerdote de Dios Altísimo», como en el Antiguo Testamento, sino que también aparece como «sumo sacerdote» y guerrero «sagrado». Este tratado representa una muestra extrema de la cristianización de los setitas gnósticos. A pesar de su apariencia apocalíptica es esencialmente litúrgico y orientado a la comunidad. Melquisedec se presenta tan eterno como su sacerdocio. Ha estado en el mundo desde el principio de los tiempos y se quedará hasta el final. Es el primer peldaño en la escala que ascienden las almas iluminadas. Basta con mencionar al Rey del Mundopara que se piense que se trata en realidad del Princeps hujus mundi  (Príncipe de este mundo) del que hablan los evangelios como  personificación del mal.  Pero el Rey del Mundo es en realidad, de acuerdo a la Tradición Esotérica, el Logos Planetario, es decir el más alto y puro principio espiritual que actúa a nivel terrestre. René Guénon opina que esta confusión lleva a una inversión de valores, confundiendo al Sumo Bien con el Sumo Mal. No se puede admitir seriamente la existencia de Satán o de entidades demoníacas  más   que en sentido simbólico y figurado. Estamos frente a lo que Ferdinand Ossendowski designó adecuadamente como el "Misterio de los Misterios". Habría que encararlo desde el punto de vista de las tradiciones cristiana, musulmana, hebrea y, principalmente, hinduista. En el Antiguo Testamento hay dos pasajes y uno en el Nuevo Testamento que aluden a Melquisedec. Se trata del Génesis 14, del Salmo 110 y de la Epístola a los Hebreos de San Pablo. Estas son las fuentes que podríamos llamar canónicas dentro de la tradición judeo-cristiana. En el Génesis leemos: "Abraham retorna tras vencer a Kedorlaomer  y a los reyes  aliados de éste. Entonces Melquisedec, rey de Salem (Paz, la aclaración es de San Pablo) ofrendó pan y vino pues era  sacerdote del Dios Altísimo (El-Elyon) y le bendijo diciendo: "Bendito sea Abraham por el Dios  Altísimo, Creador de Cielos y Tierra y bendito sea el Dios Altísimo que entregó a tus  enemigos en tus manos. Y dióle Abraham el diezmo de todo".  Precisamente en este acto de entregar el diezmo se reconoce una actitud de obediencia y sumisión por parte de Abraham hacia Melquisedec. Como señalan René Guénon y Jean Tourniac, ensayista francés, especializado en francmasonería y simbolismo, el mismo texto lo pone en evidencia.

Pero hay otros aspectos aún más significativos. Abraham reconoce, como adorador del Dios Todopoderoso, El-Schaddai o Emmanuel, que Melquisedec adora a un aspecto más elevado del Dios único como es el Dios Altísimo, El-Elyon. Dios es el Fuerte o Poderoso, pero los vocablos El, Elah, Eloah y Elohim se aplican también para designar a dioses paganos. Para distinguir un dios pagano del único Dios verdadero, la Biblia utiliza algunos nombres compuestos, El Elyon es uno de ellos. El nombre El se utiliza también para designar a cualquier dios pagano. Por este motivo muchas veces aparece en la Biblia junto con algún calificativo, para indicar que se trata del único Dios verdadero. El Elyon significa el más alto o el que está sobre todo. Justamente por esto, la traducción más apropiada para El Elyon es Dios Altísimo. En el capítulo 4 de Daniel, aparece un relato al respecto: "Cierto día, el rey de Babilonia, Nabucodonosor se paseaba por el palacio real. Mirando el esplendor y la grandeza de su imperio se dijo a sí mismo. ¿No es esta la gran Babilonia que yo edifiqué para casa real con la fuerza de mi poder, y para gloria de mi majestad? Aún estaba la palabra en la boca del rey, cuando vino una voz del cielo: A ti se te dice, rey Nabucodonosor: El reino ha sido quitado de ti; y de entre los hombres te arrojarán, y con las bestias del campo será tu habitación, y como a los bueyes te apacentarán y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que reconozcas que el Altísimo tiene el dominio en el reino de los hombres, y lo da a quien él quiere". Nabucodonosor se creía dios, el fuerte y el poderoso. Pero interviene El Elyon, el Altísimo, para mostrarle que si bien era poderoso en la tierra, había Uno que estaba sobre él. Su nombre era el Altísimo. Vemos que Melquisedec es a la vez sacerdote y rey de Salem. Pero Salem no es un lugar físico ni era, como a veces se dice, el primitivo nombre de Jerusalem, que en realidad era Jébus. Pero Salem es un lugar ideal, un arquetipo celeste de la Jerusalem terrestre. Esto equivale a decir, tal como lo hizo Guénon, que Salem era el "Centro del Mundo" a nivel espiritual o, al menos, un centro subordinado a aquel.

 

Esta hipótesis parece coherente, ya que en Melquisedec convergen el poder temporal y la autoridad espiritual,  puesto que se le considera un Alto Iniciado en los Misterios. Abraham se subordina al Sumo Sacerdote y Rey y es iniciado a su vez. En el Salmo 110 podemos leer: "Tú eres por siempre sacerdote según la Orden de Melquisedec".  En la Biblia podemos leer un pasaje de San Pablo: "Y que penetra más allá del velo, adonde entró por nosotros como precursor Jesús, hecho a semejanza de Melquisedec, Sumo Sacerdote para siempre. En efecto, este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, que salió al encuentro de Abraham cuando regresaba de derrotar a los reyes y le bendijo, al cual dio Abraham el diezmo de todo entre lo mejor del botín… El nuevo sacerdocio (el cristiano) surge a semejanza del de Melquisedec y no del de Aaron". Esto equivale claramente a considerar a Melquisedec de un rango más elevado. Curiosamente, Pablo se empeña en poner a Cristo a la altura de Melquisedec y no a la inversa, como sería esperable. Es un tema que merece especial atención. Pero, además, San Pablo dice explícitamente con respecto de Melquisedec: "Su nombre significa, en primer lugar, 'rey de justicia' y, además, 'rey de Salem', es decir 'rey de paz', sin padre ni madre, ni genealogía conocida, sin comienzo de días ni fin de vida, asemejado al Hijo de Dios, permanece Sacerdote para siempre". El no tener padre, ni madre, ni genealogía, supone para Melquisedec un origen suprahumano, angélico. Estamos pues ante un gran misterio, pues ni siquiera de Jesús podía decir Pablo algo semejante. René Guénon sostiene que el esoterismo es la dimensión interna y el principio legitimador de todo exoterismo, incluyendo a las corrientes religiosas convencionales. Pero ni René Guénon, iniciado en el sufismo y ya antes en corrientes esotéricas occidentales, ni tampoco Jean   Tourniac, también iniciado en diversas formas tradicionales, fueron iniciados en el esoterismo hindú. Por esta causa les resultó imposible un planteo integral de este tema. Ello hubiese sido deseable para perfilar más nítidamente la unidad de la Tradición Primordial en base a una mejor comprensión del enigma de Melquisedec. Es más, a lo que plantea Tourniac de que Melquisedec es igual a la Tradición Primordial, habría que añadir la igualdad entre Melquisedec y Narayana (Logos Terrestre). Narayana es el Supremo Dios védíco, según los Vedas, el Bhagavata Purana y otros textos. Narayana es otro nombre para Vishnu, dios de la trinidad hindú, y significaría "el que transita por las aguas infinitas del universo". La trinidad hindú representa tres aspectos de dios (Deva): Brahma, Vishnú y Shiva.

Brahma sería el creador de todo lo existente en el universo. Este dios se auto creó a partir de un huevo, sin necesidad de una madre. Mediante el sonido om, se despertó y destruyo el huevo, expandiéndolo por el infinito, creando las estrellas, los planetas y todo el universo. Por su parte, Vishnú sería la esencia de lo creado y el que preserva todo lo creado. Según la tradición hindú, este dios se encarno en la Tierra numerosas veces, cada vez que creció la maldad. Dos de sus encarnaciones más conocidas habrían sido como Rama y luego como Krishna. Según algunas tradiciones de la India, también se atribuye a Sidartha, el Buddha histórico, ser otra encarnación de Vishnú. En las tradiciones hindúes, Kalki será la décima y última encarnación (avatar) del dios Vishnú, de acuerdo con el Garuda puraṇá, y la vigesimosegunda, según el Bhāgavata puraṇá. Shiva sería el destructor, pero en sentido transformador. Para más información podemos leer El Rey del Mundo, de Guénon, y Melkitsedeq, de Tourniac. Existe una importante fuente siria que se remonta a los primeros siglos de la era cristiana. De este texto existen también versiones árabes y una versión alemana, debida a Carl Bezold, que fue publicada en Munich en 1883 y posteriormente versionada en castellano por Andreas Faber-Kaiser. Se trata de La Caverna de los Tesoros, en que aparece una nueva clave. El texto dice: "Y le dijo Sem a Melquisedec: Tú eres el servidor del Altísimo Dios, porqué a ti solo Dios te eligió para que sirvieras ante Él en este lugar". Con respecto al texto bíblico hay la novedad de la aparición de Sem, hijo mítico de Adán y Eva. Esto sería una forma de resaltar el origen atemporal y extra-histórico del sacerdocio de Melquisedec.   Pero luego se agrega que Melquisedec, en su apariencia externa, es un muchacho joven que conservará tal aspecto y mantendrá  su función sacerdotal y real. Esto evoca al Rey del Mundo en la tradición hindú. Allí se le venera con el nombre de Sanat-Kumara ("El Eterno Muchacho"), así denominado, en su aspecto de Maha-Brahma, por losmás sagrados textos del esoterismo de la India.  Sanat Kumara es un Maestro Ascendido, que es llamado también dentro del hinduismo como el hijo de Shiva, Parvati, Skanda o Karttikeya, rey de la sabiduría y el aprendizaje, dios de la guerra y comandante en jefe de los dioses. Es también el logos planetario y el fundador de la Jerarquía Planetaria.

A Sanat Kumara se le reverencia como hijo uno de los hijos de Brahma, y se le representa sosteniendo una lanza que simboliza la iluminación, que le sirve para pelear contra la ignorancia y las tendencias negativas. Sanat Kumara sería un rishi al se le conocería de muchas formas. ElSeñor del Mundo es otro de sus nombres. La gran vidente alemana Anna Catherina Emmerich se refiere a Melquisedec de manera similar al gran místico Jakob Lorber: "Melquisedec pertenece a ese coro de ángeles destinados a los países y naciones, que trajeron mensajes a Abraham y a los Patriarcas, y manifestarse a ellos. Ellos están de pie frente a los arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael. ¿Quién era Melquisedec? Se dice, que se podría ser seguramente una forma antigua del futuro y la prefiguración próxima de la Promesa, y que el sacrificio del pan y el vino que había ofrecido, sería realizado y perfeccionado, que debía ahora abrirse plenamente y permanecer hasta el fin del mundo". Pero hay que analizar los aportes de las tradiciones musulmana y hebrea, facilitada por la erudición de Jean Tourniac. Debe señalarse que ni en el Corán ni en sus principales comentarios se hace mención explícita de Melquisedec. Sin embargo, sí hay referencias en la literatura chiita, que han merecido el análisis   de un estudioso de la talla de Henry Corbin (1903 – 1978), islamólogo y filósofo francés. Este autor identifica a Melquisedec con el Imán Oculto de la Tradición chiita, añadiendo que su aparición pública marcará la realización espiritual completa del hombre integral del futuro. Entre los chiíes, el término imán, aparte de referirse al guía de una comunidad, es el título que ostentaban los jefes supremos de toda la comunidad chií, el equivalente al califa suní. Es un cargo hereditario cuyo último representante, Muhammad al Mahdi, según la tradición, "desapareció" en el año 873 y vive desde entonces oculto, como el Mahdi o Imán Oculto, rigiendo desde la sombra los destinos de la comunidad. Hay dos textos iraníes antiguos en los que se designa a Melquisedec como Malik Solem, Maliku's Salam, o bien como Malik Yazdaq, pero tratándose del mismo personaje. Estos textos son el "Hafi Bab-I-Sayyidna"  y el "Kalam-I-Pir". En ellos se dice que tales nombres se aplican al bendito Maulana, promulgador de la Ley Eterna y Revelador de los Misterios. Curiosamente, este nombre de Maulana se parece mucho al que los iniciados hindúes emplean para designar al Rey del Mundo, como Protector del Mundo (Maha-Vishnú) y Promulgador de la Ley Eterna (Sanatana Dharma). Este Nombre Sagrado que pronuncian en sus alabanzas los Siddhas y Mahatmas, como también los Devas, es el de Sri Bhagavan Narayana.

Tal como ya hemos indicado antes, el significado de Sri Bhagavan Narayana es: "El que anda sobre las aguas", simbolizando así que Él permanece sereno e imperturbable ante el perpetuo cambio en el devenir de los acontecimientos terrestres. Es parecido a lo que se dice en el Génesis, en donde se menciona que "El Espíritu de Dios flotaba sobre las aguas". En la tradición hebrea aparecen menciones a Melquisedec en distintos libros, tales como el Zohar y el Midrash-Rabba. Las referencias completas pueden verse en la obra de Tourniac. Entre tales   textos, sin embargo, hay uno que encierra un gran secreto iniciático en forma velada y que, además, contradice explícitamente a San Pablo, afirmando que el sacerdocio de Aarón se basa en la Orden de Melquisedec, cosa que Pablo reservaba exclusivamente para el sacerdocio de Jesucristo y sus seguidores. Este texto se halla en el Zohar y en la obra de Tourniac. Ferdinand   Ossendowski (1876 – 1945), ilustre viajero, hombre de ciencia y escritor, en su libro de viajes Bestias, Hombres y Dioses, narra lo siguiente: "Al   atravesar   la   caravana   que   él   comandaba   las   estepas   del   Asia   Central cerca de Tzagan-Luk, el guía mongol exclamó de pronto: 'Alto, deteneos', y acto seguido se arrojó al suelo desde su camello musitando  el clásico  mantra  budista 'Om mani  padme hung'. Algo increíble sucedía en ese momento. El aire vibraba dulcemente y traía consigo como   una   canción   de amor   y   paz   que   llegaba   en   el   acto   al   corazón.   La   tierra   y   el   cielo  parecía   como   que   contenían   el   aliento.     Hasta   los   animales   lo   percibían:   los   pájaros cesaban en su vuelo y se posaban, los camellos paraban las orejas, los caballos permanecían inmóviles   y   atentos,   los   perros   cesaban   en   sus   ladridos   y   los   yaks   se   echaron   al   suelo. Todos   los   portadores   mongoles   se   arrodillaron   y   oraron   fervorosamente   mientras   que   esa paz absoluta provocaba que hasta el viento incesante de la región cesara de soplar. Era un estado de cosas portentoso, una calma y paz inusitadas, sobre todo para los occidentales. Cuando   el   éxtasis   colectivo   cesó   los   mongoles   explicaron   a   Ossendowski   lo   que sucedía.  Se habían acercado  al Misterio de los Misterios, al reino subterráneo  del Rey del Mundo en el momento justo en que éste se hallaba en meditación".

 

Pero Ossendowski no pudo obtener mucha información de aquellos hombres. Aquellos mongoles sabían que los lamas guardaban celosamente el secreto del Rey del Mundo y castigaban con severidad a quiénes divulgaban tales cosas. Pero el testimonio recogido  por Ossendowski en  aquella oportunidad coincide notablemente con lo expuesto en el libro "Mission de l'Inde" por el Marqués Saint-Yves d'Alveydre, en 1910, y también con lo narrado por Louis Jacolliot, en "Les Fils de Dieu" y "Le Spiritisme  dans le Monde", ambos citados  por René Guénon. Los tres autores mencionados se refieren al Agharti o Agharta, nombre que recibe en lengua tibetana el misterioso reino subterráneo donde residiría el Rey del Mundo. Alejandro Saint-Yves d'Alveydre (1842 – 1909), esoterista francés y autor de "El Arqueómetro", "La Teogonía de los Patriarcas" y una colección de textos titulados "Las Misiones" (de los Soberanos, de los Obreros, de los Judíos, la de India, la Francia Verdadera o la Misión de los Franceses,etc.). En ellas cubre grandes períodos históricos y trata los temas con una profundidad inusitada, revelando un contacto real con fuentes originales de la Tradición Iniciática y su calidad de Maestro. Hay quienes lo consideran miembro de la Agartha Shanga de aquella época. Y aunque su lenguaje es claro, el uso de neologismos y la referencia continua a conceptos de Teogonía y Cosmogonía, dificultan la fácil comprensión de los contenidos. Fue guía de distinguidos discípulos, tales como Gerard Encausse (Papus), fundador de la Orden Martinista, y Charles Gougy, el arquitecto realizador de los planos arqueométricos. Ambos fueron miembros de la sociedad civil "Los Amigos de Saint Yves". La clave de "El Arqueómetro" es retomado por otros autores,



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La Tradición Primordial y el enigma de Melquisedec

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