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Nikola Tesla, las Pirámides de Egipto y la energía

Nikola Tesla, las Pirámides de Egipto y la energía


Autor: Manel Sancho (https://oldcivilizations.wordpress.com); fecha: 30/5/2022
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Nikola Tesla desarrolló ideas muy avanzadas para su época y se atrevió a experimentar más allá que cualquier otro científico. Asimismo, Tesla tenía una verdadera obsesión por las pirámides de Egipto, ya que creía que las pirámides de Giza tenían un propósito muy distinto al de sólo servir como enormes mausoleos. Por esta razón dedicó gran parte de su vida a investigar su posible funcionalidad. En 1905 Tesla presentó en Estados Unidos una patente con el sugestivo título de "El arte de transmitir energía eléctrica a través del medio natural". Se sabe que Tesla estuvo muy interesado por los campos electromagnéticos. Pero más allá del descubrimiento de los generadores de corriente alterna, Tesla veía


 


A la propia la Tierra como un enorme generador de electricidad. Y justamente eso es lo que aborda en la patente antes mencionada. En ella Tesla describe el diseño de una serie de generadores repartidos por todo el mundo que aprovecharían la ionosfera para recolectar energía. Según Tesla, las pirámides de Egipto eran uno de estas fuentes ilimitadas de energía, ya que estaban recubiertas por piedra caliza blanca, que tiene grandes propiedades aislantes. Además, sus bloques internos contienen pequeños cristales y metales, siendo sus núcleos de granito. Este último elemento es ligeramente radiactivo y permite la ionización del aire. Y para hacerlo todavía más misterioso, las pirámides de Giza se construyeron sobre canales de agua subterráneos. Ello me ha hecho recordar lo que sabemos sobre los senderos del Dragón, los caminos de la Serpiente o las líneas Ley, que son los distintos nombres con las que son conocidas, desde tiempos prehistóricos, unas misteriosas alineaciones de energía, que se localizan en vórtices magnéticos en la mayoría de los lugares sagrados del mundo, como los círculos de piedras o monumentos megalíticos, iglesias, cementerios, etc… Habrían sido construidas con algún propósito desconocido por pueblos prehistóricos, como las culturas megalíticas, y modificadas por el tránsito acuífero de los subsuelos o de las grietas de terrenos que entran en fricción. Algunos investigadores del fenómeno creen que distintas asociaciones esotéricas, como la francmasonería, los templarios, los rosacruces y otros grupos, poseen un gran conocimiento de tales líneas, por lo que construían sus edificaciones siguiendo dichas líneas. Por esta razón  las principales capitales del mundo occidental, incluyendo las de América, se edificaron en vórtices de estas líneas. En la actualidad hay algunos investigadores que utilizan métodos estadísticos para buscar los equivalentes a las líneas Ley en otras culturas, intentando demostrar que tales caminos no se formaron al azar y que quienes los construyeron poseían ciertos conocimientos sobre estas líneas de energía.



Se considera que hay un gran vórtice en cada continente y en la antigüedad el centro de cada vórtice se consideraba un lugar sagrado. Desde este centro sagrado, el vórtice se expande de un modo circular y su radio se extiende por cientos de kilómetros. Todos los vórtices se expanden y se contraen de acuerdo a complejas condiciones que pueden afectarles y los vórtices también tienen profundidad y altura. Así, la superficie total de un vórtice terrestre es esférica, con extensiones verticales hacia la atmósfera y en una dirección subterránea para conectar con las estructuras más profundas de la Tierra. En Gran Bretaña se han trazado miles de líneas Ley y los defensores de la teoría comenzaron a descubrirlas por todo el mundo, como Alemania y Australia. En el continente americano, por ejemplo, especulan que una línea de energía conecta el Monk's Mound, un montículo artificial prehistórico, situado en la ribera del Mississippi, con Mystery Hill, cerca de Salem del Norte, así como con el desierto de Mojave y con el White Horse, en Uffington (Inglaterra). Las líneas y otros diseños grabados en el suelo de la llanura de Nazca, en Perú, se basan en el mismo concepto. Entre los dibujos encontrados en Nazca, las líneas Ley encontradas van desde 8.2 metros la más pequeña hasta la más grande de 137 metros, en sus 1295 km. cuadrados. También en China se encuentran los Lunng mei ('Sendas del Dragón'), que parece se construyeron para atraer las energías positivas hacia el Emperador. Las primeras  leyendas conocidas de estas Líneas de Poder nos llegaron desde la Gran Bretaña prehistórica. Los Druidas creían que esta energía se deslizaba como una serpiente a través del suelo como las corrientes telúricas. La religión druídica creía que estas líneas telúricas son vías espirituales que recubren todo el planeta. Creían también que estas energías nacían del tránsito acuífero de los subsuelos o de las grietas de terrenos que entran en fricción, al igual que los magmas subterráneos del planeta. Así pues, en la creencia druida; estas energías serían la manifestación misma de la vida sobre la tierra y el origen de su fertilidad. Algunos de sus lugares sagrados son Glastonbury o la catedral de Chartres, erigida sobre un antiguo bosque sagrado de los celtas galos. Mitos y leyendas iluminan la función de cada vórtice, en que cada vórtice es dinámico y lleno de energías sutiles. En algunas situaciones, estas fuerzas giran y ascienden tanto en sentido de las agujas del reloj como en sentido contrario. En otras circunstancias, la fuerza de un vórtice puede seguir una línea recta a lo largo de los conocidos como sendas de Dragón o líneas Ley. Estos caminos conectores son análogos a los sistemas nerviosos, circulatorios o energéticos humanos.  Las grandes arterias Ley de la Tierra conectan entre si los grandes vórtices continentales.

Uno de los principales vórtices se encuentra en el Monte Shasta, situado en el extremo sur del macizo Cascade, el cual recorre, como un dragón, el norte de California a través de Oregón y Washington hasta la frontera canadiense. Hay muchas montañas poderosas en este macizo, siendo el Monte Shasta y el Monte Rainer, situado en Seattle, los más conocidos. Si el Monte Shasta es la cola del dragón, el Monte Rainer es su boca o cabeza, con los impulsos generados desde el Monte Shasta y dirigidos al Monte Rainer. Shasta es el primero de los vórtices terrestres y está en la base del sistema energético del planeta. El Monte Shasta es como un gran torrente de energía. Un segundo vórtice se encuentre en el Lago Titicaca. En la Isla del Sol, en el lago Titicaca, está localizada una piedra que es el centro geométrico de este vórtice. La energía del vórtice del Monte Shasta es transmitida al Lago Titicaca a través de la gran arteria Ley planetaria: ¿la Serpiente Emplumada?. Esta corriente telúrica rodea el mundo y tiene su hogar de evocación en el árbol en Tollan (antiguo México). El Lago Titicaca es uno de los dos grandes cruces Ley de la Tierra. Estas dos gigantescas arterias Ley también se cruzan en la isla de Bali en Indonesia. Si se dibuja este segundo vórtice sobre un mapa, con una circunferencia que pase por la unión de los ríos Napo y Marañón, cerca de Iquitos, Perú, donde comienza el río Amazonas, se verá que este gran círculo incluye el corazón de los Andes e incluye muchos otros lugares sagrados como Cuzco y Machu Picchu. Todos los lugares sagrados dentro de la esfera expandida de un vórtice terrestre se caracterizan por tener las mismas cualidades. Así, Machu Picchu es también una fuerza de este segundo vórtice. El tercer vórtice se encuentra en Uluru y Kata Tjuta. Estos lugares en el Norte de  Australia constituyen un vórtice planetario importante. Uluru, comúnmente conocido como Ayer's Rock, es el más conocido de los dos. Este gran monolito rojo es el icono del continente australiano. Kata Tjuta es igualmente impresionante. Más que de un solo monolito, el lugar está formado por un gran número de piedras masivas de color rojizo. La conocida Serpiente del Arco Iris viaja por el sendero de la vida. Surge de debajo de la superficie de la Tierra y emerge en primer lugar en Uluru. La serpiente del Arco Iris es una importante figura en la mitología de los aborígenes australianos. Se dice que surgió de un charco durante el Tiempo de los Sueños, en el momento de la creación, al que aún se puede acceder durante las ceremonias religiosas. Al desplazarse por el territorio, sus movimientos crearon los cerros y los valles, y sobre todo los ríos del paisaje ancestral, que son los lugares más sagrados de la cultura aborigen. La gran serpiente forma un arco sobre la tierra, el arco iris, y también se puede ver al reflejarse la luz en el agua, en el mar por la noche, en los charcos de agua, o en las gotas de agua en una cascada, y en sustancias como el cristal y el cuarzo y en la madreperla.

La magia de Uluru es transmitida a través de una línea especial que existe en su parte occidental, en la cueva de los hare-wallaby, una especie extinta de liebre australiana. Después de empaquetar la energía del vórtice en el Valle de los Vientos, la Serpiente del Arco Iris deja esta área de la gran roca en forma de corazón, Ngunngarra (fucsia escarlata) y viaja a Bali. Las energías del segundo vórtice, en el lago Titicaca, son enviadas directamente al tercer vórtice – Uluru y Kata Tjuta – vía la arteria mundial Ley, llamada la Serpiente del Arco Iris, que cruza el sur del Océano Pacífico, se extiende bajo Nueva Zelanda y entra en el continente australiano por el promontorio Wilson. En la vieja leyenda de la creación del "Tiempo de sueño" hay una historia sobre un gran ritual que tiene que ser completado en Uluru. Este ritual tiene que completar el gran plan del espíritu de la Tierra. Cuando el ritual se complete, entonces la perfección se expandirá por la Tierra y la muerte desaparecerá de todas las especies. Este evento es simbolizado por un gran cordón umbilical cósmico que está destinado a unir el Sol con la Tierra. El cuarto vórtice se encuentra en Glastonbury y Shaftesbury. Glastonbury, Somerset, y Shaftesbury, en Dorset, Inglaterra, definen el centro de este cuarto vórtice. Significativamente Glastonbury es el hogar del Santo Grial. El gran círculo de la Serpiente del Arco Iris viaja desde Uluru a Bali, al Monte Kailash, a Sergiev Posad (Zagorsk), luego cruza Dinamarca antes de entrar en Inglaterra cerca de Great Yarmouth. Cuando este ancho río  energético Ley cruza Inglaterra, recorre muchos famosos lugares sagrados, todos los cuales contribuyen a este cuarto vórtice. El Círculo de Piedras de Avebury y la Torre en Glastonbury son quizás los dos puntos de energía  más famosos. Si nos imaginamos la arteria Ley con una cierta anchura, entonces Shaftesbury está cerca de su zona sur, mientras Glastonbury está en su zona norte. Durante la Edad Media se decía que si el Abad de Glastonbury se casara con la Abadesa de Shaftesbury, sus hijos serían más ricos que el Rey de Inglaterra. Esto es un acertijo alquímico. Para aquellos que estudian la Cábala, esta fórmula alquímica une Binah (Grial) con Chokmah (Vara). Se dice que el Grial tiene el poder de disolver todas las fronteras entre naciones. La leyenda más famosa de Glastonbury nos cuenta la historia de José de Arimatea y del Santo Grial. Se supone que tras la resurrección de Jesús, José de Arimatea trasladó el arquetipo de la Vida Eterna – el Santo Grial – de Jerusalén a Glastonbury.

Para mover las energías a este cuarto vórtice, la dirección principal viaja desde Uluru-Kata Tjuta a Bali, luego al Monte Kailash (en Tibet), a Sergiev Posad (en Rusia), hasta llegar a Shaftesbury y Glastonbury. Como esta fuerza de la Serpiente del Arco Iris viaja alrededor del mundo, absorbe y entrega información energética en los diferentes lugares. También es posible trasladar la fuerza del tercer al cuarto vórtice utilizando la dirección contraria en la Serpiente del Arco Iris, desde Uluru al Lago Titicaca, pasando por las Azores hasta Cornwall y hasta Glastonbury/Shaftesbury. También en ambas direcciones se completaría un gran círculo mundial involucrando a los distintos vórtices terrestres. El quinto vórtice está situado en las zonas de la Gran Pirámide, el Monte Sinaí y el Monte de los Olivos. Es el único vórtice que no está ni sobre la corriente Ley de la Serpiente del Arco Iris ni de la Serpiente Emplumada (en América). Por su función giratoria este vórtice ayuda a conducir la energía a lo largo del sendero de la Serpiente del Arco Iris, pero desde una gran distancia. Esta esfera de energías del quinto vórtice en Oriente Próximo es también muy importante. Tres lugares son presentados aquí como los que mejor definen el centro de este vórtice. El Monte Sinaí, de gran importancia para los "dioses" del antiguo Sumer, situado entre los otros dos, Es un lugar útil desde el cual construir el círculo expandido. La Gran Pirámide es uno de los pocos vórtices terrestres artificiales. El sexto vórtice, como los demás, tiene un centro geométrico y una circunferencia ideal expandida. La diferencia es que este vórtice se mueve una doceava parte del camino alrededor del planeta hacia el oeste, en el inicio de cada nueva Era. Las grandes Eras son determinadas por una lenta revolución del eje de la Tierra (precesión de los equinoccios). Los nombres dados a estas Eras son tomados de los doce signos del zodiaco. En la actualidad, estamos dejando la Era de Piscis y entrando en la Era de Acuario. En el tiempo actual el sexto vórtice coincide  geográficamente con el cuarto vórtice que se encuentra en  Glastonbury y Shaftesbury.

El séptimo vórtice se encuentre en el Monte Kailash, que es la montaña más sagrada de los Himalayas y es el centro de este vórtice. Situada en el Tíbet, es el foco del evento anual de la luna llena de Escorpio, también llamada «la convergencia de Wesak«. Esta conjunción astrológica es ocasión del «Gran Festival de Oriente«, el festival de Buda. Se dice que la principal actividad del sexto vórtice es controlado desde el  Kailash a través de cuatro grandes ciclos temporales de 19 años basados en lunas llenas especiales de Escorpio. Un segundo ciclo más frecuente de 12 años, llamado Ciclo Melchizedek, se inicia cuando Júpiter está en el signo de Aries. Hay una leyenda sobre el acorde perdido de la Creación, parecida a la historia del Santo Grial. Si tres notas perdidas pudieran ser encontradas y hechas sonar conjuntamente, el mundo podría desvelar su naturaleza eterna y todas las cosas mortales desaparecerían. En ambientes esotéricos se afirma que es posible reconstruir este acorde desaparecido trabajando con los vórtices terrestres. Tal como hemos visto, la Tierra tiene su propio sistema nervioso y arterias de circulación. Muchas culturas han desarrollado sistemas para trabajar con estas líneas de energía. En Europa, la investigación de líneas Ley comenzó en Inglaterra y Alemania en las décadas de 1920 y 1930. Basado en esta teoría, los chinos desarrollaron el arte del Feng Shui. Los aborígenes australianos tienen sus líneas de sonido. Estas líneas tienen diversos largos y anchos. En el cuerpo humano hay tanto vasos microscópicos como la gran arteria aorta del corazón. Lo equivalente en la Tierra a la arteria aorta son las dos grandes arterias Ley que rodean la tierra.

Volviendo a Tesla, tenemos que sus investigaciones lo llevaron a pensar que las pirámides en realidad eran sistemas generadores de iones. Y, para comprobar su teoría, construyó sus propias versiones de las pirámides. Para ello creó una instalación conocida como la Estación Experimental Tesla, en Colorado, y la Torre Wardenclyffe o Torre Tesla, en la costa Este. Estas instalaciones estuvieron destinadas a probar la transmisión inalámbrica de energía. Además, sus localizaciones no se situaron al azar, sino que para ello Tesla se basó en la ubicación de las pirámides y su relación con la órbita elíptica del planeta y el ecuador. En noviembre de 1890 Tesla consiguió iluminar un tubo de vacío sin cables, haciéndole llegar la energía a través del aire (o eter). Éste fue el comienzo de la gran obsesión de Tesla: la transmisión inalámbrica de energía. La transmisión inalámbrica de energía, de forma funcional y práctica, es una de las grandes asignaturas pendientes de la tecnología moderna. Aún hoy es investigada por numerosos científicos, que en los últimos años han presentado tímidos avances. En 2007, varios investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts lograban iluminar una bombilla de 60 vatios situada a unos pocos metros de la fuente eléctrica. Por supuesto, para lograrlo utilizaban las llamadas bobinas Tesla, que se utilizan para transmitir la electricidad sin hilos basándose en la resonancia, haciendo vibrar ambas bobinas, la emisora y la receptora, a la misma frecuencia. Tesla dedicó muchos años a cumplir su gran sueño. Quería transmitir energía de forma aérea, sin cables, aprovechando la conductividad de la ionosfera, la capa superior de la atmósfera. Su intención era distribuirla gratuitamente por todo el planeta para uso y beneficio de todo el mundo. Para conseguirlo construyó una enorme torre de más de sesenta metros de altura llamada Wardenclyffe Tower, popularmente conocida como «la torre de Tesla«, con la que intentó demostrar que era posible enviar y recibir información y energía sin necesidad de utilizar cables. Sin embargo, la falta de presupuesto impidió que la estación de radio se terminara siquiera de construir. Nunca llegó a funcionar del todo y la torre fue derribada, aunque Tesla continuó trabajando en los edificios del complejo. Situada a unos cien kilómetros de Manhattan, la torre debía su nombre a James S. Warden, abogado y banquero que ofreció los terrenos para que Tesla pudiera desarrollar su idea. Tras la muerte de éste, el complejo de Wardenclyffe pasó por distintos propietarios. La multinacional Agfa fue hasta 1992 el último inquilino de las instalaciones, abandonadas desde entonces y puestas a la venta en 2009. Actualmente los jóvenes de la zona se reúnen en su interior para beber cerveza.

Hoy, el Tesla Science Center y el gobierno del condado de Suffolk, en el que se ubica, estudian hacerse con el lugar, restaurarlo y convertirlo en un centro educativo y un museo científico. En el edificio principal del complejo se colocó en 1976 una placa conmemorativa con motivo del 120 aniversario del nacimiento de Nikola Tesla. Dos ejemplos de inventos que contribuyeron al oscurecimiento de la figura de Tesla fueron la máquina de generar terremotos y el conocido como «rayo de la muerte de Tesla«, aunque yo creo que principalmente fue debido a su idea de crear energía ilimitada y gratuita.. Se supone que el rayo de la muerte consistía en un pulso electromagnético muy potente, capaz de derribar una flota de aviones situada a cientos de kilómetros de distancia. Tesla creía ingenuamente que si entregaba esta arma a cada país como arma defensiva terminarían las guerras que él tanto odiaba. En 1908, una explosión miles de veces más potente que la bomba atómica de Hiroshima arrasó decenas de millones de árboles en un área de más de dos mil kilómetros cuadrados en Tunguska, Siberia. Los medios de comunicación de la época relacionaron la enorme explosión con «el rayo de la muerte de Tesla«. Aquel episodio tergiversó la imagen de Tesla, quien patentó numerosos inventos que han influido en distintos avances tecnológicos. Nikola Tesla habría descubierto que las pirámides de Egipto en realidad habrían funcionado como sistemas generadores de iones negativos, que eran capaces de ser transmitidos inalámbricamente a través de la propia atmósfera. Lo verdaderamente increíble es que aún no tengamos transmisión de energía de manera inalámbrica. Pero, según Tesla, los antiguos egipcios sabían cómo hacerlo. Por otro lado sabemos que se construyeron pirámides en todo el mundo, incluyendo América y Asia, así como numerosos monumentos megalíticos siguiendo las líneas Ley y los vórtices energéticos terrestres. Y gracias a las pirámides y la transmisión de energía inalámbrica, probablemente se podía usar energía en todo el mundo de forma gratuita. No es de extrañar que Tesla investigase la forma de transmisión de energía inalámbrica que usaban los antiguos egipcios. En efecto, hay evidencias de que realmente construyó una gran torre y realizó un experimento de transmisión inalámbrica de energía. Se produjo un resplandor tan grande que despertó a toda una ciudad. Esta energía se transmitió inalámbricamente y fue capaz de encender a distancia unas lámparas. Tesla no ocultó que para este descubrimiento utilizó el conocimiento adquirido del antiguo Egipto. De esta manera Tesla fue la primera persona en confirmar que el antiguo Egipto utilizaba energía inalámbrica.

Desafortunadamente Tesla tenía muchos adversarios, por lo que la torre fue destruida. Parece claro que la Torre de Tesla utilizó el mismo principio que las pirámides para que funcionase la transmisión inalámbrica de energía. La parte superior de las pirámides parece que estaba hecha de oro, que es eléctricamente conductor. Y en las pirámides había granito como transceptor de energía. Si lo juntamos obtenemos energía inalámbrica. El arqueólogo alemán Wilhelm König, a cargo del Museo Nacional de Bagdad (Irak), fijó su atención en una antigua vasija de arcilla, proveniente de la antigua región de Partia (noreste de Irán), a la que identificó como una probable pila eléctrica. Los vestigios que nos dejaron Sumeria, el Antiguo Egipto o las civilizaciones precolombinas, indican que algunas ramas de la ciencia, como la metalurgia, la medicina, la química, la física, la electroquímica o el electromagnetismo estuvieron al alcance de antiguas civilizaciones hace miles de años. Y aquí damos entrada a Christopher Dunn, que fue ingeniero de proyectos y Gerente de Operaciones Láser en DMS, un fabricante aeroespacial del Medio Oeste americano. Christopher Dunn se interesó por las pirámides en 1977 cuando leyó el libro Secrets of the Great Pyramid de Peter Tompkins. Su reacción inmediata al leerlo fue que la Pirámide de Giza era una máquina gigantesca. Descubrir el propósito de esta máquina y documentarlo le ha llevado unos veinte años de investigación. En el proceso, ha publicado una docena de artículos en distintas revistas, así como varios libros como The Giza Power Plant: Technologies of Ancient Egypt y  Lost Technologies of Ancient Egypt – Advanced Engineering in the Temples of the Pharaohs. Asimismo, en su investigación ha hecho referencia a libros como Fingerprints of the Gods, de Graham Hancock, y From Atlantis to the Sphinx, de Colin Wilson. La Tierra es un cuerpo dinámico y energético que ha sostenido la demanda de combustible durante siglos. Hasta la actualidad esta demanda ha sido predominantemente de energía en forma de combustibles fósiles. Pero más recientemente los avances científicos nos han permitido aprovechar el poder del átomo, mediante la fisión nuclear, y ya se está investigando para utilizar la fusión nuclear durante la segunda mitad del siglo XXI . Hay, sin embargo, otra forma de energía abundante en la Tierra que ha sido ignorada en gran medida como fuente potencial de energía utilizable y a la que se refiere Christopher Dunn. Esa energía es sísmica y es el resultado de que las placas de la Tierra son impulsadas por la agitación constante de la roca fundida dentro de la Tierra. La mayoría de los terremotos son el resultado de un desplazamiento de estos grandes bloques de roca, o placas, que componen la superficie de la Tierra.

En un proceso llamado tectónica de placas, estas placas se empujan una contra la otra, alejándose una de la otra. No se deslizan libremente, sino que acumulan energía a lo largo del tiempo y luego se deslizan de manera espasmódica. Cada sacudida provoca un terremoto porque la energía elástica almacenada en la roca se libera repentinamente como energía sísmica en la forma de ondas que se propagan desde el epicentro. Los límites entre estos bloques de roca se denominan fallas y es en estos puntos donde se produce el cambio repentino. Por ejemplo, la falla de San Andrés, en California, es probablemente la falla más conocida en América del Norte. También contribuye a la tensión dentro de la corteza terrestre la relación gravitatoria entre la Tierra y la Luna. Las mareas no solo están en los océanos del mundo, sino que los continentes también están en constante movimiento, subiendo y bajando ligeramente mientras la Luna gira alrededor de la Tierra. Estas vibraciones sísmicas producidas en la capa exterior de la Tierra, o corteza terrestre, pueden variar desde movimientos apenas perceptibles hasta movimientos destructivos causantes de catástrofes. Hay seis tipos de ondas de choque generadas en este proceso. Dos tipos de ondas viajan por el interior de la Tierra, mientras que las otras cuatro son ondas superficiales. El movimiento de las rocas distinguen un tipo de onda de otro. Las ondas primarias o de compresión (llamadas ondas P) envían partículas que oscilan de un lado a otro en la misma dirección en que viajan las ondas. Las ondas de corte secundarias o transversales (llamadas ondas S) oscilan perpendicularmente a su dirección de movimiento. Las ondas P siempre viajan a velocidades más altas que las ondas S y son las primeras en ser registradas por un sismógrafo.



Los científicos consideran que la Tierra es análoga a una dínamo gigante, con corrientes de convección de metal fundido cargado eléctricamente que circulan en el núcleo de la Tierra. Es este flujo de corriente eléctrica en el núcleo el que genera el campo magnético terrestre. Pero los científicos aún no han considerado el magnetismo creado por este flujo de electricidad como una fuente potencial de energía, tal vez debido a que la fuerza de este campo es relativamente débil. Edward Leedskalnin fue un emigrante letón en los Estados Unidos y un escultor amateur, aunque también son destacadas sus inusuales teorías acerca del magnetismo. Leedskalnin mantenía que toda la materia está sometida a lo que denominó «imanes individuales«. También mantuvo que sus científicos contemporáneos buscaban una explicación a la electricidad en los lugares erróneos. Sobre esto escribe: «Los imanes son generalmente indestructibles. Por ejemplo, la madera y la carne humana pueden ser quemadas. Puedes destruir el cuerpo humano, pero no destruir los imanes que mantienen al cuerpo unido. Se van hacia otro sitio. El hierro tiene más imanes que la madera, y cada substancia posee un número diferente de imanes que la mantienen unida. Al hacer una batería con cobre como polo positivo y carne vacuna como polo negativo, obtengo más imanes que cuando hube usado cobre como polo positivo y batata como polo negativo. Ahí puede verse que no hay dos cosas iguales«. Quizás futuras innovaciones tecnológicas, del tipo que posiblemente usaba Edward Leedskalnin, nos permitirán aprovechar las energías eléctricas y magnéticas de la Tierra. La necesidad de energía es continua y más ahora con el tema de los suministros de gas desde Rusia, por lo que deberían verse muchas innovaciones y cambios nuevos. Con estas consideraciones en mente, sería útil si estudiáramos otra forma de energía que está asociada con una dínamo como la «materia prima» potencial para la producción de energía. Encienda cualquier motor o generador y podrá escuchar la energía en funcionamiento, ya que el motor/generador zumbará mientras gira. Este zumbido está asociado a la propia energía y no tanto a los movimientos del rotor en el aire. Este fenómeno es evidente cuando un motor se detiene mientras la energía aún está encendida. Cuando se pone una carga demasiado grande en un motor, y el motor se detiene, el zumbido se hará más fuerte. Las fuerzas eléctricas y magnéticas en el motor generan las ondas sonoras. La Tierra misma, como una dínamo gigante, produce ondas sonoras similares. Christopher Dunn resume este fenómeno: «Cualquier cambio local en la densidad de un medio elástico puede servir como fuente de sonido. Esto explica la gran variedad de fuentes acústicas porque los cambios de densidad pueden producirse de muchas maneras, incluidas acciones mecánicas, térmicas, eléctricas, magnéticas y químicas. Las ondas de sonido más comunes son producidas por las vibraciones mecánicas de sólidos, líquidos y gases. Los vibradores sólidos incluyen cuerdas y varillas, membranas y placas, caparazones (por ejemplo, campanas), así como objetos extensos tridimensionales como la Tierra misma. Las fuentes líquidas no son tan comunes, pero el flujo turbulento de agua o aire proporciona un ejemplo. Las fuentes gaseosas incluyen tubos de órgano, silbatos, llamas cantoras y explosiones, así como flujo de aire turbulento«.

Recientemente se ha discutido mucho sobre el aumento de la frecuencia de la Tierra. Parece que la frecuencia de modo primario está aumentando gradualmente, lo que apoya la creencia de que en un futuro próximo nos esperan algunos cambios significativos en la Tierra. Conocidas como la Resonancia de Schumann, en honor al físico alemán Winfried Otto Schumann (1888-1974), quien predijo el fenómeno entre 1952 y 1957, estas vibraciones fundamentales son el resultado de la actividad eléctrica entre la Tierra y sus capas atmosféricas superiores. Conocida generalmente como una «cavidad» electromagnética, los elementos que la componen son: la superficie terrestre, la ionosfera, la troposfera y la magnetosfera. La frecuencia fundamental de las vibraciones se calcula en 7,83 hercios, con frecuencias superpuestas de 14, 20, 26, 32, 37 y 43 hercios. Otros investigadores, sin embargo, contradicen la idea de que la Resonancia Schumann se está acelerando debido a que su frecuencia esté relacionada con las dimensiones físicas del planeta y la relación dimensional y eléctrica entre la superficie de la Tierra y las capas atmosféricas exteriores. Para aumentar la frecuencia sería necesario un cambio drástico en las dimensiones del planeta o la reubicación de estas capas exteriores a muchos kilómetros del planeta Tierra. Como una cuerda de guitarra que tiene una longitud fija, o límite, dentro del cual vibrará en respuesta a la entrada de energía, la Resonancia Schumann es el resultado de la actividad eléctrica dentro de los límites definidos por la superficie de la Tierra y las capas de la atmósfera exterior. La tensión, o resistencia, a la energía en una cuerda de guitarra puede ser variable, pero en la atmósfera terrestre se fija en unos 200 ohmios. La energía de la Tierra incluye acción mecánica, térmica, eléctrica, magnética, nuclear y química, cada una de las cuales es una fuente de sonido. Por lo tanto, la energía que actúa en la Tierra generaría ondas de sonido que estarían relacionadas con la vibración particular de la energía que la crea y el material a través del cual circula. El zumbido audible de un motor eléctrico, que funciona a 3.600 rpm, caería muy por debajo del nivel del oído humano si se redujera en una revolución cada veinticuatro horas, como sucede con la Tierra. Lo que pasa desapercibido en nuestra vida diaria es el pulso o ritmo fundamental e inaudible de nuestro planeta.

En el otro extremo de la escala, cualquier estimulación eléctrica dentro de la Tierra de materiales piezoeléctricos, como el cuarzo, generaría ondas de sonido por encima del rango del oído humano. Los materiales sometidos a estrés dentro de la Tierra pueden emitir ráfagas de radiación ultrasónica. Los materiales que experimentan deformación plástica emiten una señal de menor amplitud que cuando la deformación es tal que produce grietas. Se ha especulado que los relámpagos esféricos son gas ionizado por la electricidad de una roca que contiene cuarzo, como el granito, que está sujeta a tensión. No es de extrañar que cualquier sonido generado por la acción eléctrica, magnética, térmica, mecánica y química de la Tierra pase desapercibido. Con la influencia del ruido ambiental que nos rodea y que creamos en nuestra vida diaria, hemos logrado desconectarnos de cualquier sonido de la Tierra que pueda llegar a nuestros oídos. Los pájaros, los insectos y el susurro de los vientos en los árboles llenan el aire del campo con sonido, mientras que las grandes ciudades zumban literalmente con actividad. Así como la energía eléctrica puede crear vibraciones mecánicas, que son percibidas como sonido por el oído humano, a su vez las vibraciones mecánicas pueden crear energía eléctrica, como el rayo globular, un fenómeno eléctrico atmosférico no explicado y potencialmente peligroso. Podría teorizarse, por lo tanto, que siendo la Tierra una fuente de vibración mecánica, o de sonido, y siendo las vibraciones de una amplitud y frecuencia utilizables, entonces las vibraciones de la Tierra podrían ser una fuente de energía que podríamos aprovechar. Además, si descubriéramos que una estructura con determinada forma, como una pirámide, pudiera actuar efectivamente como un resonador de las vibraciones provenientes del interior de la Tierra, entonces tendríamos una fuente utilizable de energía. Así que veamos la Gran Pirámide y su relación con la Tierra. Se han registrado algunos datos increíbles sobre la Gran Pirámide que nos dan una idea de la intención de sus constructores de crear una asociación precisa con nuestro planeta. Podría pasar como una coincidencia que la Gran Pirámide esté ubicada en el centro de la masa terrestre de la Tierra, ya que el complejo piramidal cubre un área de 55.000 metros cuadrados, en que Giza está precisamente en el centro del globo terráqueo, en la intersección de la latitud y la longitud más largas del mundo. Pero otras características de esta estructura muestran una relación directa con la Tierra que es demasiado importante para pasarla por alto. La piramidología fue inventada en el siglo XIX por el librero John Taylor y el astrónomo Charles Piazzi Smyth, que pretendían demostrar que la Gran Pirámide era un calendario universal repleto de profecías Cuando John Taylor escribió sobre la Gran Pirámide, «Fue para hacer un registro de la medida de la Tierra que se construyó«, lo que estaba basando en su evaluación de algunos análisis matemáticos asombrosos, que habían surgido a través de su investigación sobre las medidas de la Gran Pirámide. Según Taylor: «Sabían que la Tierra era una esfera; y al observar el movimiento de los cuerpos celestes sobre la superficie de la Tierra, habían averiguado su circunferencia, y estaban deseosos de dejar tras de sí un registro de la circunferencia tan correcto e imperecedero como era. posible que ellos construyan«.

Fue el descubrimiento del conocimiento del número pi (π), registrado en la Gran Pirámide, lo que llevó a Taylor a concluir que el perímetro de la Gran Pirámide podría ser análogo a la circunferencia de la Tierra en el ecuador, mientras que la altura representaría la distancia desde el centro de la Tierra hasta los polos. Estudios posteriores de las dimensiones de la Gran Pirámide revelaron inferencias sorprendentes sobre el conocimiento de sus constructores. Al buscar una unidad que se ajustara a la pirámide en números enteros y que aún mantuviera la proporción pi, Taylor concluyó que la unidad de medida egipcia excedía la pulgada británica por 0,0011 pulgadas, y Taylor descubrió que esta unidad se ajustaba a la Gran Pirámide en múltiplos de 366. Tenemos que tener en cuenta que una pulgada británica equivale a 2.54 centímetros. Aún más sorprendente, la investigación geodésica de la Tierra estableció la pulgada egipcia como una unidad de medida precisa para las dimensiones del radio polar. Peter Tompkins, en Secrets of the Great Pyramid, escribió: «Para Taylor, la inferencia era clara: los antiguos egipcios debían haber tenido un sistema de medidas basado en las verdaderas dimensiones esféricas del planeta, que usaba una unidad que estaba dentro de una milésima parte de ser igual a una pulgada británica«. Se especuló que la pulgada británica ha perdido una milésima parte después de muchas generaciones de uso. El astrónomo Charles Piazzi Smyth se comunicaba con John Taylor con frecuencia. Después de la muerte de Taylor, en 1864, Smyth pudo confirmar sus cálculos y también la correlación entre la Gran Pirámide y la Tierra. Smyth calculó que el peso de la Gran Pirámide era de 5.273.834 toneladas piramidales, mientras que el peso de la Tierra es de 5.273 x 1018 toneladas piramidales. Como tal, calculó que era un número entero equivalente al 1015 del peso de la Tierra. Según Taylor, tal como ya hemos dicho, una pulgada piramidal es 0,001 pulgada más grande que una pulgada británica. Hay 25 pulgadas piramidales en un codo y había 365,24 codos en la base cuadrada de la Gran Pirámide, que coincide con los 365.24 días de un año. Una pulgada piramidal equivale en longitud a 1/500 millonésima parte del eje de rotación de la Tierra. Esta relación sugiere que los constructores de la Gran Pirámide no solo conocían las dimensiones del planeta, sino que basaron su sistema de medición en dichas dimensiones. Además, aunque tiene forma de pirámide, su geometría posee una asombrosa aproximación a las propiedades únicas de un círculo o esfera. La altura de la pirámide está en relación con el perímetro de su base, tal como el radio de un círculo está en relación con su circunferencia. Una pirámide perfectamente construida con un ángulo exacto de 51°51′ 14,3″ tiene el valor pi incorporado en su forma. Pi (3,1415926) es un número inconmensurable que, antes de que se inventaran las calculadoras, los ingenieros solían redondearlo a un decimal de tres o cuatro cifras. Es sorprendente leer, por lo tanto, que en 1883 el importante egiptólogo británico William Matthew Flinders Petrie publicó sus minuciosas medidas de la Gran Pirámide y registró lo siguiente: «En general, probablemente no podamos hacer nada mejor que tomar 51°52′ ± 2′ como la aproximación más cercana a la ángulo medio de la pirámide, permitiendo algo de peso en el lado sur. Siendo la base media 9068,8 ± 0,5 pulgadas, esto produce una altura de 5776,0 ± 7,0 pulgadas«.

El escritor William R. Fix, en su libro Pyramid Odyssey, nos dice lo siguiente: «Sabemos que alguien en una antigüedad muy remota conocía el tamaño y la forma de la Tierra con gran precisión. Las tres medidas clave de la tierra están incorporadas en las dimensiones de la Gran Pirámide El perímetro de la Pirámide es igual a medio minuto de latitud ecuatorial. el perímetro de las cuencas es igual a medio minuto de longitud ecuatorial, o 1/43.200 de la circunferencia de la tierra. La altura de la Pirámide, incluida la plataforma, equivale a 1/43.200 del radio polar de la Tierra… No sabemos cómo lo midieron, pero que lo hicieron es ahora un artículo de conocimiento«. Hay diversos escritos sobre las medidas de la Gran Pirámide, pero cada investigador produce resultados ligeramente diferentes a los demás. Seguramente es más fiable escoger el enfoque más realista de los datos obtenidos por el egiptólogo británico William Matthew Flinders Petrie, ya que proporciona una banda de tolerancia en sus mediciones, que indican una relación entre las mediciones de la Gran Pirámide y la Tierra, incluyendo su ubicación. Cuando analizamos la correlación entre las dimensiones de la Tierra y la Gran Pirámide, nos encontramos con tres posibles alternativas. Una alternativa es que los constructores quisiesen demostrar su conocimiento de las dimensiones del planeta Tierra, por lo que consideraron era necesario encapsular este conocimiento en una estructura indestructible, que pudiesen visualizar las generaciones futuras, miles de años después. Otra alternativa podría ser que la Tierra afectase la función de la Gran Pirámide. Al incorporar las mismas medidas básicas en la pirámide que se encontraron en la Tierra, tal vez se mejoró la eficiencia de la pirámide, por ejemplo mediante un número entero armónico del planeta. Una tercera alternativa podría implicar las dos alternativas anteriores. Las dimensiones incorporadas en la Gran Pirámide pueden haber sido incluidas para demostrar el conocimiento de los constructores o, tal vez, para simbolizar la relación entre el verdadero propósito de la Gran Pirámide y la misma Tierra. O quizás las dimensiones no eran necesarias para la función de la pirámide, pero se incluyeron para algún otro objetivo de los constructores.

Posiblemente la segunda alternativa sea la más apropiada, ya que creemos que los constructores de la Gran Pirámide no se tomaron tantas molestias solamente para transmitir su conocimiento a alguna generación futura. Probablemente tuvieron un propósito más práctico, ya que parece clara la relación entre las dimensiones de la Gran Pirámide y la Tierra. Sabemos que la Tierra es un cuerpo dinámico vibrante con tremendas fuerzas que se acumulan a lo largo del tiempo, fuerzas que de vez en cuando resultan en una liberación repentina de una tremenda cantidad de energía. Nos podemos preguntar si podemos aprovechar esa energía, así como si hay alguna manera de extraer esta energía durante un cierto período de tiempo, disminuyendo así su intensidad y tal vez impidiendo las fuerzas destructivas de un terremoto. La ciencia nos ha demostrado que es posible, en una escala más pequeña, que un objeto extraiga energía mecánica de otro objeto que vibra, en el caso de que ambas frecuencias vibratorias estén en armonía. Pero extraer energía mecánica de la Tierra sería una tarea tremendamente compleja. Nos podemos preguntar, ¿qué requerimientos serían necesarios para lograrlo? Primero veamos lo que sabemos con respecto a la resonancia y los armónicos, ya que estos son los fenómenos naturales necesarios para lograr el anterior objetivo. La resonancia es la vibración simpática de un objeto con respecto a otro. La transferencia de energía se debe a la resonancia, ya que la transmisión de energía y vibración van de la mano. Por ejemplo, las cuerdas de un instrumento musical son inducidas a vibrar y la energía llega a nuestros oídos en forma de ondas sonoras. Cuando el sonido en el aire fuerza vibraciones mecánicas en varias cuerdas de piano que vibran a diferentes frecuencias, se produce el fenómeno conocido como armónicos. Las cuerdas absorberán la energía de una fuente de manera más eficiente si tienen la misma frecuencia. Múltiplos de la frecuencia de fuerza fundamental, conocidas como frecuencias armónicas, también absorberán eficientemente esta energía y vibrarán en su resonancia natural. La resonancia probablemente se puede describir mejor con un ejemplo de cómo este fenómeno natural puede desencadenar un poder asombroso y destructivo. Era la mañana del 7 de noviembre de 1940 en el Estado de Washington. El puente Tacoma Narrows había estado abierto solo durante cuatro meses cuando ocurrió la tragedia. Con ráfagas de viento de tan sólo 68 km. por hora, el puente comenzó a oscilar, balanceándose violentamente de un lado a otro. Lo curioso es que las ráfagas de viento barrían el puente a una frecuencia que coincidía con la frecuencia de resonancia natural del puente. A medida que continuaban las ráfagas de viento, las vibraciones torsionales del puente se amplificaron hasta el punto de que los tirantes se soltaron de sus amarres y el puente comenzó a romperse. Afortunadamente, se cerró al tráfico a tiempo y no se perdieron vidas.

La demolición del puente Tacoma Narrows por parte de la naturaleza se considera un ejemplo clásico de las fuerzas destructivas que pueden ser inducidas en una estructura. En este caso, la energía fue proporcionada por el viento, que barrió el puente a la frecuencia de resonancia adecuada de la estructura. Con una amortiguación insuficiente, cualquier estructura que vibre puede eventualmente destruirse, siempre que extraiga energía de la fuente. Otro ejemplo de la fuerza potencialmente destructiva de la resonancia y como evitarla, es cuando soldados en formación cruzan un puente. Cada paso de un soldado individual actúa como una fuerza en el puente. Si el resto de la compañía marcha al unísono por el puente, la energía proporcionada por ese paso se amplifica muchas veces y el puente vibrará al ritmo de la marcha. Si la frecuencia de los pasos coincide con la frecuencia natural a la que resuena el puente, la absorción de energía se maximizará y la vibración del puente será mucho mayor, pudiendo provocar el colapso del puente. Parece evidente que para generar vibraciones mecánicas y disminuir las tensiones que se acumulan en la Tierra, necesitaríamos un objeto que respondiera de manera simpática a la frecuencia fundamental de la Tierra. Este objeto tendría que ser diseñado de tal manera que su propia frecuencia resonante fuera la misma o un armónico de la de la Tierra. De esta manera, la transferencia de energía desde la fuente estaría en su máxima carga. En armonía con las vibraciones de la Tierra, este objeto tendría el potencial de convertirse en un oscilador acoplado, que es un objeto que está en resonancia armónica con otro objeto vibrador, generalmente más grande. Cuando se pone en movimiento, el oscilador acoplado extraerá energía de la fuente y vibrará en simpatía mientras la fuente continúe vibrando.

Sabemos que la Tierra genera constantemente un amplio espectro de vibraciones, por lo que podríamos utilizar estas vibraciones como fuente de energía si tuviésemos la tecnología adecuada. Cualquier dispositivo que atrajera mayores cantidades de esta energía de la que normalmente se irradia desde la Tierra mejoraría considerablemente la eficiencia del equipo. Debido a que la energía sigue el camino de menor resistencia, cualquier dispositivo que ofrezca menos resistencia a esta energía que el medio circundante tendría una mayor cantidad de energía canalizada a través de dicho dispositivo. Como la Gran Pirámide representa un



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Nikola Tesla, las Pirámides de Egipto y la energía

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