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¿Qué se esconde detrás de la guerra en Ucrania?

¿Qué se esconde detrás de la guerra en Ucrania?


Estaba escribiendo un artículo sobre otro tema, cuando empezó la dramática invasión de Ucrania por parte de la Rusia de Putin, por lo que decidí cambiar a un nuevo artículo sobre Ucrania y la Rusia de Vladímir Putin, cuyo nombre se ha convertido en portada de todos los medios de comunicación. Ante 

todo deseo expresar mi más ferviente deseo de que, cuanto antes, se termine esta terrible guerra que tanto sufrimiento está causando en la población ucraniana. Pero conociendo la personalidad de Putin, que trataremos de explicar en este artículo, soy pesimista al respecto, ya que creo que Putin solo aceptará una rendición incondicional de Ucrania. Pero, ¿que sabemos realmente sobre este misterioso personaje que está poniendo al mundo al borde de una tercera guerra mundial? De Putin, actual Presidente de Rusia y que en realidad podríamos considerar emperador absoluto de Rusia, sabemos que fue miembro del KGB durante la época soviética así como conocemos su meteórico ascenso en su carrera política. Pero probablemente la mayoría de la gente ignore algunos puntos importantes de su historia personal, así como su vinculación a la masonería y sus técnicas mafiosas para acrecentar su poder. Para explicarlo, viajaremos adelante y atrás en el tiempo para intentar hacer más interesante este relato. Y aquí demos entrada a Sergei Pugachev, que era un banquero ruso que dirigió la estructura financiera del Kremlin de Yeltsin, el predecesor de Putin, y luego se dio a conocer como el banquero de Putin. Además. Fue cofundador del banco Mezhprombank y estuvo relacionado con la denominada Familia, la cuadrilla de parientes, funcionarios y empresarios que rodeaba al entonces primer presidente ruso, Boris Yeltsin, y que luego se pasaron al actual presidente, Vladímir Putin. Pero para situarnos, empecemos con el caso del mencionado Sergei Pugachev, cuya vida hasta su exilio estaba ligada al gran poder que había disfrutado una vez en Moscú, con los interminables acuerdos tras bambalinas en los pasillos del poder del Kremlin. Pero esta vida en Rusia parecía estar ya muy lejos. Sin embargo, aun estando exiliado de Rusia, la influencia del Moscú de Putin todavía le acechaba como una siniestra sombra. Pugachev se vio obligado a buscar la protección del escuadrón antiterrorista del Reino Unido, ya que sus guardaespaldas habían encontrado cajas de apariencia sospechosa con cables pegados al chasis de su Rolls-Royce, así como en el automóvil utilizado para transportar a sus tres hijos menores a la escuela. Tal como ya hemos dicho, quince años antes Pugachev había sido un miembro del Kremlin, conocido como el banquero del Kremlin, que había maniobrado entre bastidores para ayudar a llevar a Vladimir Putin al poder. Durante años había sido un miembro del círculo íntimo en la cúspide del poder, que había ayudado a torcer las leyes para que se adaptaran a ellos, influyendo en los tribunales e incluso en las elecciones que fueron alteradas para satisfacer las necesidades de la élite en el poder.

Pero ahora la maquinaria del Kremlin, de la que había formado parte, se había vuelto contra él. Pugachev era un creyente ortodoxo ruso que se había convertido en víctima de la expansión implacable de Putin. En primer lugar, y como ya hizo en otros casos, el Kremlin se había apoderado de su imperio comercial,. Pugachev había dejado Rusia, huyendo primero a Francia y luego a Inglaterra cuando el Kremlin le atacó. Los hombres de Putin le habían quitado su proyecto hotelero en la Plaza Roja sin compensación alguna. Luego, sus astilleros, dos de los más grandes de Rusia, fueron adquiridos a precio de saldo por uno de los aliados más cercanos de Putin, Igor Sechin. También su proyecto de carbón en la región siberiana de Tuva, fue adquirido, a precio de saldo, por un colaborador cercano de Ramzan Kadyrov, el presidente checheno, famoso por su genocidio del pueblo checheno y su estrecha alianza con Putin. En su línea para hacer caer a Pugachev, como a otros oligarcas, los hombres de Putin lo culparon por el colapso de Mezhprombank, el banco que cofundó en la década de1990 y que alguna vez había sido la clave de su poder. Las autoridades del Kremlin habían abierto un caso penal alegando que Pugachev había causado la quiebra del banco. El Kremlin seguía su política de robar propiedades a otros para repartirlas entre el núcleo del poder. Según Richard Hainsworth, un veterano experto en banca rusa, la mano del Kremlin parecía clara. «La gente dentro del estado manipuló las reglas en su contra para derribar el banco, y como era de esperar, se benefició a sí misma«. Era una historia típica de la maquinaria del Kremlin de Putin, que se había vuelto implacable. Primero había ido tras los enemigos políticos, pero luego estaba empezando a volverse en contra de sus antiguos aliados. Pugachev fue el primero del círculo íntimo en caer. Y ahora el Kremlin había ampliado su campaña contra él, desde los manipulados tribunales de Moscú hasta los tribunales influenciables de otros países. En los tribunales de Londres obtuvieron una orden de congelamiento de sus activos. Desde que Pugachov abandonó Rusia, el Kremlin lo perseguía. En su casa, en Francia, había sido amenazado por miembros de un grupo mafioso de Moscú, que lo habían llevado a un yate frente a la costa de Niza y le exigieron que pagara 350 millones de dólares para garantizar la 'seguridad' de su familia. Era 'el precio de la paz', le dijeron, el precio por conseguir que el caso penal ruso en su contra por la quiebra de Mezhprombank se desestimasen. Aquí podemos ver un ejemplo de las tácticas que utiliza el régimen de Putin.

Vladímir Vladímirovich Putin, nació en Leningrado, actualmente San Petersburgo, el 7 de octubre de 1952, en el seno de una familia de clase media baja, hijo de un antiguo oficial de la Marina Soviética y de una trabajadora en una fábrica. Estudió en la Escuela Nº193, ubicada al frente de su residencia, y allí comenzó a practicar judo y otras artes marciales. En 1970 ingresó en la Facultad de Derecho de la Universidad Estatal de Leningrado, en donde en 1975 obtuvo honores académicos con una tesis sobre la política de Estados Unidos en África. Al final de su carrera universitaria fue reclutado por el KGB y posteriormente fue enviado a la Escuela 401, donde ese mismo año de 1975 terminó unos cursos orientados a agentes operativos obteniendo el grado de Teniente de Justicia. Trabajó en tareas de contraespionaje en la filial del KGB en Leningrado y en 1979 hizo en Moscú un curso de capacitación de seis meses, después de lo cual regresó a su ciudad natal. Cinco años más tarde, ya con el grado de Mayor de Justicia, retornó a la capital rusa, esta vez para estudiar durante un año, con el falso nombre de Plátov, en el Instituto Andrópov del KGB, que en realidad era una academia de espionaje. Richard Tomlinson, ex agente del MI6 británico, en su libro "The Golden Chain" (La cadena de oro), nos cuenta que, en 1979, los aspirantes a espía en Inglaterra pasaban diversas pruebas de formas de coerción, hipnosis y drogas psicológicas, para inducir un fortísimo estrés físico y psicológico en el candidato a espía y a continuación sosegarlo. Entre el estrés y el sosiego, los candidatos, ya fueran reclutas del ejército, agentes de inteligencia o civiles, terminaban profundamente sugestionados. El «impoluto cuarto oscuro», donde la OSS norteamericana, precursora de la CIA, los interrogaba, se convirtió en la cámara de los horrores para los nuevos reclutas del MI6 británico. Uno de estos lugares secretos era el de Powergen, en Solihull, Reino Unido. Según Tomlinson, los jóvenes reclutas de la Inteligencia Británica que entraban en aquel edificio no tenían ni idea de que se les iba a obligar a convertirse en esclavos de un programa de control mental llevado a cabo por el MI6 y autorizado por la francmasonería del Arco Real mediante el Instituto Tavistock, según explica Daniel Estulin en su libro El Instituto Tavistock.

Un tema relevante es que Putin fue miembro de la francmasonería del Arco Real, aunque ignoramos si lo sigue siendo. Y es un tema relevante porque desde la antigüedad pueden rastrearse las interrelaciones entre las distintas sociedades secretas y su influencia en el devenir histórico. Pero ello será objeto de un futuro artículo. Por ello, antes de avanzar explicaremos someramente en qué consiste dicha francmasonería del Arco Real. La francmasonería parece que empezó con los Caballeros Templarios. El que los historiadores no masones considerasen la historia del origen de la masonería como un mito, era debido a que sólo conocían los rituales y enseñanzas de las órdenes masonas públicas: el Libre y Aceptado Rito Escocés y el Arco Real. Los que estaban al tanto de los secretos de las órdenes más arcanas, como la Brethren de la Rosa Cruz y el Amanecer Dorado, podían ver fácilmente la continuidad directa desde los Caballeros Templarios hasta el presente. La Gran Logia Unida de Inglaterra, consolidada en 1813 con la unión de los antiguos y los modernos masones, incluyó en su sistema el lema del "Arco Real", como aportación específica de los antiguos, si bien indicando que era un medio para mejorar el modo de trabajo de los maestros simbólicos. El lema trata de la búsqueda de la Palabra Perdida tras la muerte del  Maestro Hiram Abif, encontrada bajo una bóveda o arco por tres maestros que ayudaban a preparar el terreno para reconstruir el Templo de Jerusalén, tras  su destrucción por los babilonios. Esa palabra  contendría el Principio trinitario que la Masonería anglosajona atribuye al Gran Arquitecto del Universo, identificando a éste con la trinidad del Dios cristiano, que simbolizan con la triple tau. Los diez siguientes grados (del 4° al 14°) se  trabajan en logias llamadas de Perfección y su temática sigue siendo la construcción del Templo y sus vicisitudes. Cada grado contiene un lema característico y unos símbolos que se utilizan como utensilios de trabajo. Tanto las lemas como los demás símbolos son síntesis cuya riqueza espiritual y filosófica va siendo desglosada mediante el estudio-trabajo de los masones simbólicos. El descubrimiento del deber personal, a través del concepto de Ley universal, es parte fundamental de la búsqueda de la Palabra Perdida y del "sentido" de la vida. En ese camino, la realización de la Justicia y la  práctica de la Equidad que la equilibra, nos van acercando al Conocimiento. En el  grado 13° (Arco Real), el lema alude al descubrimiento, en una cripta, de una trascripción de la Palabra Perdida, aunque ilegible aún para sus descubridores, que deben proseguir esforzándose en la práctica de la Justicia y del Bien. Estos principios deben ser difundidos por toda la Tierra y éste es el tema de la leyenda del grado 14°.

En 1979, en Powergen, a Richard Tomlinson, que era por aquel entonces un recluta de veintiún años que asistía a su primer curso del Integrated National Security Enforcement Team (INSET) de la Inteligencia Británica, le enseñaron por primera vez una fotografía de su homónimo ruso Vladimir Putin, que le había proporcionado uno de los contactos de Oleg Gordievsky, el funcionario de mayor rango del KGB que había escapado a Occidente, y que era un francmasón del Arco Real, al igual que Vladimir Putin. El curso fue dirigido por Stelia Rimington, del MI5, y John Scarlett, el Director General de los módulos del MI6. Los nombres de los programas diseñados por Tavistock para los graduados en prácticas de la Inteligencia Británica eran "Bestia del MI6", "Quesos apestosos" y "Juan Salvador Gaviota". El programa "Bestia del MI6", se refería a un programa que formaba parte del control mental de todos los reclutas durante el período de formación, tanto en el MI5 como en el MI6. Una de las tareas impuestas a los reclutas por parte los programadores del control mental que dirigían el curso, y que pertenecían a la francmasonería del Arco Real, era la llamada búsqueda del tesoro, que tenía por objeto poner a prueba la habilidad para espiar y para no tener compasión de los rivales. Parte del curso se basaba en un juego que practicaban los antiguos soldados romanos con sus prisioneros, denominado rito de Saturno, que era un juego sadomasoquista en el que se torturaba y maltrataba a los reclutas como se hacía con los prisioneros en la antigua Roma. La práctica se llamaba la "Vía Dolorosa", que era una tortura diseñada por Tavistock en la que los programadores de la Inteligencia Británica provocaban en el recluta una experiencia cercana a la muerte para doblegar su voluntad y obligarlos a obedecer órdenes. La idea era que un recluta no les servía de nada si era capaz de desobedecer órdenes de arriba. El programa "Quesos apestosos" se llevaba a cabo leyendo y escenificando la novela Tres hombres en una barca, del escritor inglés Jerome K. Jerome, publicada en 1889. En el capítulo 4 de la novela se habla de lo importante que es no tocar los "quesos que apestan" durante un viaje, es decir, no tocar la mercancía, ni siquiera una vez llegados al destino. Tomlinson explica que a los otros reclutas que estaban siguiendo este curso les aplicaban tremendas descargas eléctricas después de la actividad de formación, en que escenificaban aquella novela.

El objetivo principal del programa "Quesos apestosos" del MI6 era que los futuros reclutas de la Inteligencia Británica interviniesen en diversas misiones por el mundo, para llevar material de contrabando a entornos dominados por los británicos, tanto en las rutas asiáticas de la droga como, sobre todo, en las rutas africanas de diamantes. El programa "Quesos apestosos" se ponía en marcha al mismo tiempo que el de "Juan Salvador Gaviota", cuyo objetivo era estimular y entrenar a los que habían sido captados y que más tarde regresarían, al igual que palomas mensajeras, cuando el programador los llamase. A finales de la primavera de 1980 había un monasterio en el complejo ruso de Ein Kerem, en Jerusalén, que se decía era un convento de monjas, propiedad de la Iglesia ortodoxa rusa, aunque en realidad era un centro de espías del KGB. Según Tomlinson: "Vladimir Putin y demás francmasones del Arco Real del KGB se alojaron en este complejo de máxima seguridad. Los reclutas de la Inteligencia Británica lo hicieron principalmente en el albergue juvenil situado detrás de la iglesia de San Juan, en el centro de Ein Kerem. Por las tardes, los graduados se sentaban a fumar, beber vodka y charlar, junto con sus homólogos rusos, en el porche de los edificios«. Tomlinson hablaba ruso e hizo de intérprete para el grupo del KGB. Este iba a ser el primero de muchos futuros encuentros entre Richard Tomlinson y Vladimir Putin. Putin era unos cuantos años mayor, ya que tendría unos veintiséis años, pero parecía mucho más joven. Nadie sabía en realidad quién trabajaba para qué organismo ni qué organismo era aliado de quién, ni quien los dirigía desde la sombra.

Pero demos un paso hacia adelante y sigamos con los temas relacionados con Pugachov y otros jerarcas rusos. El Kremlin aprendió a abrirse camino a través del sistema judicial del Reino Unido durante su victoria judicial contra Boris Berezovsky, el oligarca exiliado que se convirtió en el crítico más feroz de Putin. Berezovsky había sido también un antiguo miembro del Kremlin que había intentado en vano demandar a su antiguo socio comercial Roman Abramovich, un aliado del Kremlin de Putin y luego propietario del club de futbol Chelsea, en el Tribunal Superior de Londres. La jueza que supervisó el caso, Elizabeth Gloster, no aceptó la afirmación de Berezovsky de que él era propietario de una de las mayores petroleras de Rusia, Sibneft, y con una participación en Rusal, el mayor consorcio del aluminio de Rusia, junto con Abramovich. Pero Abramovich le había obligado a vender sus participaciones a un precio de saldo. ¿Os suena? Pero la jueza Elizabeth Gloster se puso del lado de Abramovich, quien afirmó que Berezovsky nunca había poseído estos activos. Más tarde se supo que supuestamente al hijastro de la jueza Elizabeth Gloster se le habían pagado casi 500.000 libras esterlinas para representar a Abramovich en las primeras etapas del caso. Pero el Kremlin todavía perfeccionó más sus operaciones en el sistema judicial del Reino Unido mediante la persecución de Mukhtar Ablyazov, un multimillonario kazajo que era el mayor adversario político del presidente kazajo, Nursultan Nazarbayev, un aliado clave del Kremlin. Ablyazov fue perseguido por una agencia estatal de Rusia, que lo acusó de desviar fondos del Kazakh BTA Bank, del cual había sido presidente, y que tenía sucursales en toda Rusia. La agencia rusa contrató a un equipo de abogados del principal bufete de abogados londinense Hogan Lovells, que inició once demandas civiles por fraude contra Ablyazov en el Reino Unido, así como una orden de congelación de sus activos.

Sin embargo, en el caso de Pugachev no parece que se encontrasen posibles fraudes. Pero únicamente sobre la base de un fallo judicial ruso, el mismo equipo de abogados londinenses Hogan Lovells había conseguido una orden de congelación de los activos de Pugachev. Al juez no pareció importarle que la venta de su empresa de carbón se hubiera vendido a un precio inferior a la vigésima parte del valor real del negocio. Pugachev se vio obligado a entregar sus pasaportes y se le prohibió salir del Reino Unido durante los interrogatorios sobre sus activos mientras los abogados del Kremlin estrechaban el cerco legal. Al principio, Pugachev había creído que el caso en su contra estaba siendo impulsado por personas de segundo nivel del Kremlin ansiosos por la expropiación de su imperio comercial. Pero a medida que la campaña contra él se amplió y Pugachev comenzó a temer por su propia seguridad física y la de su familia, se convenció de que el propio Putin estaba detrás de ello. Pugachev había detectado la creciente influencia del Kremlin en Londres. Según Pugachev la lista de funcionarios rusos residentes en Londres era interminable. En el Reino Unido, lo principal siempre fue el dinero. Y Putin envió a sus agentes a corromper a la élite británica. Londres se había acostumbrado a la avalancha de dinero ruso. Los precios de las propiedades aumentaron cuando los magnates rusos primero y luego los funcionarios rusos compraron mansiones de lujo en Knightsbridge, Kensington y Belgravia. Los lores y los ex políticos británicos recibieron salarios generosos para servir en los directorios de las empresas rusas. La influencia de Rusia estaba en todas partes. Alexander Lebedev, ex oficial de la KGB y banquero había adquirido el diario más leído e influyente de Londres, el Evening Standard. También tenemos a Dmitry Firtash, un magnate ucraniano que se había convertido en el magnate del gas elegido por el Kremlin y que, a pesar de sus vínculos con un importante mafioso ruso, se había convertido en un donante multimillonario de la Universidad de Cambridge. Pero aún había otros participantes rusos menos notables. Al menos uno de ellos se había convertido en amigo de Boris Johnson, entonces alcalde de Londres. Según Pugachev los espías rusos estaban por todas partes. Pugachev temía que el gobierno del Reino Unido estuviera preparando un trato con los rusos para extraditarlo. Su preocupación aumentó cuando su amigo Boris Berezovsky, muy crítico con el Kremlin, en marzo de 2013 fue encontrado muerto en el baño de su mansión en Berkshire, con su bufanda de cachemira negra favorita alrededor del cuello y una huella dactilar no identificada. en la escena. Por alguna razón desconocida, Scotland Yard no investigó la muerte, dejándolo en manos de la policía local de Thames Valley, que lo calificó de suicidio y cerró el caso.

Y así, un día de junio de 2015, Pugachev había abandonado el Reino Unido. Unas semanas más tarde apareció en Francia, donde obtuvo la ciudadanía y donde la ley francesa protege a sus ciudadanos de la extradición a Rusia. Había huido a la relativa seguridad de su villa en lo alto de una colina sobre la bahía de Niza, una fortaleza rodeada por una alta valla de hierro impenetrable, un equipo de guardaespaldas y una batería de cámaras de seguridad. Pero a pesar de que los abogados del Kremlin no habían abierto un caso de fraude en su contra en el Reino Unido, la persecución legal de Pugachev fue implacable. A pesar de que el Kremlin había expropiado su imperio comercial y Pugachev había comenzado a temer por su vida, fue condenado por desacato por huir del Reino Unido y sentenciado a dos años de cárcel. A pesar de que Pugachev no era ningún ángel, insistió en que lo habían atrapado en una vendetta del estado ruso a través de los tribunales del Reino Unido. con el seguimiento de la amenaza terrorista islámica, y el propio perfil bajo de Pugachev. Antes de que las cosas se pusieran difíciles en Londres, Pugachev nunca había dado una entrevista en su vida. La mayoría de la gente creía que era el oligarca Boris Berezovsky quien había ayudado a llevar a Putin al poder. Pero, de hecho, Pugachev había trabajado en el núcleo del Kremlin y había estado al corriente de algunos de sus secretos más profundos, incluido cómo Putin llegó al poder. Esta parecía ser una de las principales razones por las que el Kremlin estaba tan decidido a perseguirlo y a asegurarse de que estuviera amordazado. Pugachev estaba siendo castigado precisamente por tratar de salir del sistema que gobernaba Rusia. el clan mafioso que nadie podía abandonar sin represalias. En noviembre de 2007 solo faltaban unos meses para que Putin llegara al final de su segundo mandato consecutivo como presidente, momento en el que la constitución de Rusia marcaba que debía dimitir.

Ahora volvamos de nuevo atrás en el tiempo. 1985 fue el año en que Putin terminó sus estudios en la Academia de Espionaje, el antiguo Instituto Andrópov del KGB, y fue enviado a República Democrática Alemana, donde sirvió en la ciudad de Dresde. Pero, tras la Caída del Muro de Berlín y el comienzo de la Reunificación Alemana, fue reclamado para regresar a la Unión Soviética. Según afirma Tomlinson, Vladimir Putin regresó a casa una vez se había extinguido la República Democrática Alemana y, por lo tanto, su puesto como director de KGB dentro de la Stasi, que era el Ministerio para la Seguridad del Estado, la policía secreta de Alemania del Este. Durante mucho tiempo la Stasi tuvo un gran éxito infiltrando espías en los círculos políticos y empresariales de la República Federal de Alemania. La colaboración entre la Stasi y la KGB soviética fue muy estrecha. Como curiosidad tenemos que el líder socialdemócrata alemán, Willy Brandt, dimitió como canciller alemán en 1974, después que se supiese que Günter Guillaume, uno de sus colaboradores más cercanos, se descubriese que era un agente de la Stasi. Ya de regreso en Rusia, en 1988, Putin actuó como agente de la KGB durante la visita del entonces presidente estadounidense Ronald Reagan a Moscú. Luego Putin fue destinado a la Universidad Estatal de Leningrado como asesor de asuntos exteriores del rector, Stanislav Merkúriev. Fue este quien lo puso en contacto con Anatoli Aleksándrovich Sobchak, un político ruso de la época de la perestroika, coautor de la Constitución de la Federación Rusa, que también fue el primer alcalde de San Petersburgo elegido democráticamente y mentor tanto de Vladímir Putin como de Dmitri Medvédev. Pero Putin continuó oficialmente en el KGB, aunque después de comenzar a trabajar como asesor de Sobchak, que en 1990 era presidente de la Diputación de San Petersburgo, presentó en dos ocasiones su dimisión del KGB, que se hizo efectiva el 20 de agosto de 1991, cuando su jefe intervino contra el intento de Golpe de Estado para defenestrar a Mijaíl Gorbachov, aunque según Richard Tomlinson: "Putin estaba desde 1979 en el programa de control mental del MI6 de la Francmasonería del Arco Real y hasta 1994, siendo uno de los agentes que operaba en el KGB". Putin se ganó la confianza de Sobchak y cuando éste ganó las elecciones a alcalde de San Petersburgo el 12 de junio de 1991, le nombró presidente del Comité de Relaciones Exteriores de San Petersburgo, con el objetivo de atraer inversores y desarrollar la colaboración con socios extranjeros.

A partir de 1993, cuando Sobchak comenzó a viajar al extranjero fue dejando la alcaldía a Putin y en marzo de 1994 lo nombró vicealcalde primero. Fue cuando se ocupaba en estas tareas municipales cuando Vladímir Putin entró en contacto con Anatoly Chubáis, entonces ideólogo del proceso de privatizaciones y responsable de la economía rusa. Tanto Chubáis como Sobchak fueron claves en el movimiento de Putin desde el nivel regional al nacional. En 1993, cuando la Unión Soviética se estaba desintegrando, Polonia se convirtió en el centro más grande del mundo para los servicios de inteligencia. Polonia tenía una gran riqueza minera, importantes reservas de petróleo y mucha madera, además de un gran almacén de armas de la época soviética. Por todas estas razones el país estaba siendo esquilmado. Había el claro objetivo de conducir a Rusia a la anarquía, hasta a fin de que no pudiera hacer frente a las operaciones militares de Occidente. En aquellos momentos nadie sabía quién trabajaba para qué organismo ni quien era aliado o adversario. Servicios secretos como el MI5, el MI6 o la CIA fueron algunos de los que participaron en aquella lucha por hacerse con información, drogas, arma, etc…. Casi todos los organismos de inteligencia y casi todas las organizaciones mafiosas estaban involucradas, ya que todo estaba en venta. Además, numerosos bancos occidentales, como Goldman Sachs y otros, se llevaron un botín de casi quinientos millones de dólares. aquí podemos aplicar la frase de que ¡A río revuelto ganancia de pescador! En aquel período de desintegración de la URSS, San Petersburgo sufría una hambruna y el KGB debía a sus empleados varios meses de salario. Mucha gente moría de hambre en las ciudades y la familia de Vladimir Putin no fue una excepción. Putin necesitaba ayuda y consideró que debía buscarla en personas de los servicios secretos occidentales, que aunque habían sido rivales, tal vez pudiesen necesitar sus servicios. Entre estas personas a contactar estaba John Scarlett, agente del MI6 en Moscú. Además, Scarlett, al igual que Putin, era un francmasón del Arco Real. Según Tomlinson, Putin necesitaba una salida segura para su familia y para él, a fin de salir de la dramática situación en que se encontraba en San Petersburgo, donde todo se deterioraba rápidamente. Scarlett se había comprometido a darle una nueva identidad en el Reino Unido, como profesor de alemán, cuyo idioma Putin dominaba. Su esposa y sus dos hijas irían más adelante al Reino Unido.

Pero el MI5, en lugar de facilitar a Putin un salvoconducto para salir de Rusia, decidió, por razones que se ignoran, apresarlo para torturarlo y asesinarlo cuanto llegase a suelo británico. Pero el MI5 británico subestimó al futuro presidente de Rusia, ya que a través de su red de contactos, entre los que seguramente se encontraba su compañero masón Scarlett, se enteró de las reales intenciones del MI5 y canceló su viaje al Reino Unido. Ahora tal vez podamos comprender su odio a Occidente. En 1994, Putin empezó a vengarse, ya que aquel año comenzaron a desaparecer de Europa los ordenadores portátiles del MI6. Putin y sus colaboradores estaban siguiendo el rastro de altos funcionarios del MI6, a través de la información codificada en sus ordenadores portátiles. Tomlinson explica que: "cuando se descifran los códigos, resulta relativamente sencillo controlar a cualquiera de los operativos que figuran en la lista, y también saber cómo hacer para controlar a otros que han sido adoctrinados de un modo similar y volverlos contra sus jefes". La pista principal se encontraba en una antigua máquina de escribir británica modelo que se exponía en el museo de la cárcel de Jerusalén. El código impreso de las letras muestran diez secuencias que representan diez ramas distintas de los departamentos de la Inteligencia Británica en los que ha habido francmasones del Arco Real infiltrados, desde sus orígenes hasta el MI5 y MI6. Todos estos departamentos siguen existiendo hoy en día. Los francmasones del Arco Real del KGB constituían uno de esos departamentos, dentro de esta compleja organización masónica. En 1995 Putin encabezó la filial regional del partido Nuestra Casa es Rusia, hoy desaparecido, del entonces primer ministro Víktor Chernomyrdin. También dirigió la campaña para la reelección de Sobchak a la alcaldía de San Petersburgo. Pero después de sufrir una derrota electoral dimitió de sus cargos y se trasladó a Moscú, para ocupar un cargo en la administración presidencial. En agosto de 1996 Putin fue nombrado vicedirector del departamento de Gestión de Bienes en la Administración del Presidente Borís Yeltsin. Su carrera en Moscú fue meteórica: ya que al año siguiente ya era jefe del departamento de Control y, a partir de mayo de 1998, vicejefe primero de la Administración y responsable de las regiones.

Ahora volvamos de nuevo a los tiempos posteriores a la URSS. El primer mandato de Putin estuvo bañado en sangre y controversias. Se enfrentó a una serie de supuestos ataques terroristas mortales, incluido el asedio del teatro Dubrovka en Moscú por parte de terroristas chechenos en octubre de 2002. La toma de rehenes terminó con más de un centenar de muertos cuando los servicios de seguridad rusos asaltaron teatro y gasearon también a los rehenes que habían estado tratando de liberar. Las batallas entre Putin y los rebeldes de la república de Chechenia, en el norte del Cáucaso, habían causado miles de muertos. Pero muchos en Moscú pensaban que los servicios de seguridad de Putin estaban detrás de estos ataques sangrientos, ya que el resultado final fue una represión que fortaleció su poder. Por otro lado, los oligarcas rusos de la década de 1990 pronto fueron sometidos. Solo se necesitó un gran caso contra el hombre más rico del país para que Putin y sus hombres controlaran el mercado, más o menos libre, de la era de Yeltsin y emprendieran una toma de control por parte del estado ruso. Para Pugachev la estructura de poder construida por Putin implicaba que el presidente había acumulado tanto poder que ahora todo dependía de él. Pero esto hacía que el régimen ruso fuese poco estable. Putin había justificado su control de todas las palancas del poder diciendo que tales medidas eran necesarias para iniciar una nueva era de estabilidad, poniendo fin al caos y al colapso del poder. Pero detrás de este supuesto patriotismo había otra razón muy perturbadora. Putin y los hombres de la antigua KGB que dirigían la economía ahora monopolizaban el poder y habían introducido un nuevo sistema en el que los cargos estatales servían para el enriquecimiento personal. Putin se había rodeado de hombres de confianza, todos los cuales le decían que había sido enviado por Dios para salvar el país, mientras se enriquecían sin escrúpulos. Sin embargo, Pugachev creía que estos hombres de confianza de Putin eran conscientes de la profunda hipocresía del sistema, así como la falsa democracia representada por el partido gobernante del Kremlin, Rusia Unida, en un sistema mafioso que se había vuelto profundamente corrupto.

Todos los logros de la era Putin, como el crecimiento económico, el aumento de los ingresos, y las riquezas de los multimillonarios se debían principalmente al fuerte aumento en el precio del petróleo durante los años de Putin. Es la historia del traspaso apresurado del poder de Yeltsin a Putin, y de cómo se permitió el surgimiento de un 'Estado profundo' formado por hombres de la KGB, que siempre había estado al acecho durante los años de Yeltsin, pero que ahora habían surgido para monopolizar el poder y, tal vez, como ahora se está viendo, poner en peligro a Occidente. Lo que surgió como resultado de la toma de control de la economía rusa por parte de los antiguos miembros del KGB, así como del sistema político y legal del país, fue un régimen en el que miles de millones de dólares se utilizarían activamente para socavar y corromper las instituciones. El actual Kremlin se ha vuelto experto en el mundo de los mercados y ha hundido profundamente sus tentáculos en las instituciones de Occidente, en una manera muy típica de la mafia. Miembros de la antigua KGB, entre ellos Putin, han adoptado el capitalismo como una herramienta para vengarse de Occidente, en un largo proceso que comenzó en los años previos al colapso soviético. La toma de control de Putin siempre fue algo más que controlar la economía del país. Para el régimen de Putin, la riqueza no era para aumentar el bienestar de los ciudadanos de Rusia sino que representaba una proyección de su poder, reafirmando además la posición de Rusia en el escenario mundial. El sistema que crearon los hombres de Putin era un capitalismo que buscaba acumular efectivo para sobornar y corromper a los funcionarios de Occidente. Los mercados occidentales aceptaron la nueva riqueza proveniente de Rusia y prestaron poca atención a las fuerzas mafiosas de la KGB que había detrás. El KGB había forjado una alianza con la mafia rusa desde hacía mucho tiempo, antes del colapso soviético, cuando miles de millones de dólares en metales preciosos, petróleo y otras mercancías fueron transferidos del estado ruso a empresas vinculadas al KGB. Durante un tiempo, bajo la presidencia de Yeltsin, las fuerzas del KGB permanecieron en un segundo plano. Pero cuando Putin subió al poder, la alianza entre el KGB y el crimen organizado salió a la superficie sin reparos. Los hombres que ayudaron a llevar a Putin al poder, como Pugachev y Yumashev, al ver la precaria salud de Yeltsin, intentaron asegurar el futuro del país y su propia seguridad, ante una posible amenaza comunista. Pero Putin y los miembros del KGB que trajeron al poder no se detendrían ante nada para prolongar su poder.

Más allá de los montes Urales se encuentra la vasta llanura de la cuenca petrolífera de Siberia occidental. Desde que los geólogos soviéticos descubrieron allí enormes reservas de petróleo y gas en la década de 1960, la región ayudó a convertir a la Unión Soviética, por un tiempo, en una potencia económica como el mayor productor de petróleo y gas del mundo. Las exportaciones de petróleo fueron vigiladas celosamente por la KGB. Las ganancias que obtuvo el exportador de petróleo del monopolio estatal soviético, Soyuzneftexport, ayudaron a llenar las arcas con divisas fuertes. Cuando la Unión Soviética se derrumbó, la industria petrolera se dividió inicialmente en cuatro empresas de producción: Lukoil, Yukos, Surgutneftegaz y Rosneft. Hubo un colapso generalizado en la producción, ya que los campos petrolíferos del oeste de Siberia se habían agotado por décadas de mala gestión soviética. Pero, escondidos en la sombra, a inicios de la década de 1990 miembros de la inteligencia exterior de la KGB mantuvieron el control de la mayor parte de las exportaciones de petróleo. Los fondos que se generaron se desviaron frecuentemente en forma de dinero negro para la KGB y el Kremlin, lo que les permitió financiar campañas electorales y asegurarse de que los votos parlamentarios fueran a favor del Kremlin. Cuando los sectores más estratégicos y lucrativos de la industria soviética fueron vendidos a mediados de la década de 1990 en las subastas de préstamos por acciones, muchas de estas empresas pasaron a manos privadas. La petrolera Yukos y Sibneft, un productor de petróleo de Siberia occidental, fueron vendidos a precios de saldo a jóvenes banqueros cercanos al entonces gobierno de Yeltsin, como Khodorkovsky y la sociedad de Berezovsky y Abramovich. El acceso al capital que los jóvenes magnates obtuvieron a través de la gestión de las cuentas de tesorería del gobierno ruso por parte de sus bancos les ayudó a proporcionarles ventaja para hacerse con los recursos del país. Mientras tanto, los agentes de la KGB no podían acumular tales cantidades. Las consecuencias de ello fueron muy importantes. El petróleo, a pesar de los bajos precios mundiales en aquel momento, aún constituía una gran parte de los ingresos de exportación de Rusia. Los hombres de Khodorkovsky, por ejemplo, establecieron sus propias redes comerciales para la petrolera Yukos tan pronto como se hicieron cargo de la empresa en 1996. Las ganancias se escondieron en cuentas privadas en el extranjero a través del grupo Menatep de Khodorkovsky, lejos del alcance del Estado ruso, al mismo tiempo que Menatep encontró lagunas en las leyes rusas para minimizar el pago de impuestos.

El equilibrio de poder se estaba inclinando claramente hacia los magnates de la órbita de Yeltsin. La privatización de la exportación de petróleo convirtió a personas como Khodorkovsky y Berezovsky en oligarcas en toda regla, capaces de sobornar a los hombres de Yeltsin y conseguir votos a su favor. Según el ex oficial de la KGB, Andrei Pannikov, el, traspaso del comercio del petróleo a la propiedad privada era una amenaza para la integridad del Estado ruso. Para Putin y sus hombres de la KGB, fue un asunto que atrajo su atención inmediata. De hecho los precios mundiales del petróleo comenzaron a subir cuando Putin fue nombrado sucesor de Yeltsin en el verano de 1999. A mediados del 2002 Khodorkovsky era el hombre más rico de Rusia. A pesar de que había eliminado sin piedad a los magnates de los medios, Putin no había dado ninguna señal de que quisiera aumentar la propiedad estatal en ningún otro sector. Pero para los hombres del KGB que habían llegado al poder con Putin, el nuevo estatus de Khodorkovsky como el hombre más rico del país, operando fuera de su control, era intolerable. Habían estado esperando en la sombra desde el colapso soviético, esperando restaurar el poder de Rusia. El ascenso de Putin a la presidencia, a través de sus falsas promesas a la Familia Yeltsin, era el primer paso para conseguirlo. Los hombres del KGB siempre habían visto la industria petrolera del país como fundamental en el poder geopolítico. Por ello consideraban que tomar el control de los recursos petrolíferos de Rusia era básico para asegurar su propia posición en el poder y para restaurar la posición de fuerza de Rusia frente a Occidente. Todo ello incluyendo, por descontado, su propio enriquecimiento. A diferencia de la época comunista, la nueva generación de miembros del KGB se habían declarado a favor del mercado. Pero su objetivo era utilizar el mercado como arma. Querían establecer una forma de capitalismo estatal que impulsara su propio poder y el de Rusia. A diferencia del petróleo, el gas se había conservado casi en su totalidad como un vasto monopolio controlado por el Estado. Gazprom, el gigante estatal del gas, era el activo más estratégico del país. Con las reservas de gas más grandes del planeta, era el productor de gas número uno del mundo y generaba el flujo de ingresos más grande del país. No solo proporcionaba calor y luz a los hogares de Rusia, sino que también suministraba a Europa el 25% de sus necesidades de gas. Su papel como principal proveedor de gran parte de Europa Central y del Este, así como de Ucrania y Bielorrusia, significaba que podía utilizarse como una herramienta de influencia política, mientras que sus vastos fondos y activos financieros eran una gran oportunidad para los hombres de Putin. Bajo Yeltsin, la alta dirección de Gazprom había tomado el control de la empresa.

Pero Putin los reemplazo con sus propios hombres, lanzando una purga radical con respecto a los gerentes de la era de Yeltsin, a los que se acusaba de que habían desviado activos de Gazprom hacia compañías que controlaban. Los hombres que nombró para gestionar Gazprom habían servido en puestos ejecutivos en el puerto marítimo de San Petersburgo, una infraestructura estratégica de la que se habían apoderado los hombres del KGB de Putin, uniendo fuerzas con el grupo del crimen organizado Tambov. Fue el primer indicio de que la alianza con la mafia se haría cargo de activos a escala estatal. Se eligió como director ejecutivo de Gazprom a Alexei Miller, que había sido adjunto de Putin en el Comité de Relaciones Exteriores de la oficina del alcalde de San Petersburgo y también director del puerto marítimo. En San Petersburgo, los antiguos miembros del KGB habían podido controlar las fuerzas del orden de la ciudad para expulsar a los rivales. pero enfrentarse a los oligarcas de Moscú sería mucho más complejo. A pesar de todo el poder que ejercían a través del FSB, el nuevo nombre del KGB, los seguidores de Putin aún no habían consolidado el control sobre todo el sistema y los magnates de Moscú eran figuras bien conocidas en Occidente, que habían creado empresas que cotizaban en los mercados occidentales. Putin comprendió que eran esenciales para acelerar la recuperación económica de Rusia. Los antiguos miembros del KGB, afines a Putin, iniciaron en secreto lo que se conoció como 'Operación Energía'. Mientras tanto, la Familia de Yeltsin siguió sintiéndose segura sin sospechar de Putin, ya que, para ellos, era un presidente novato, sin experiencia de gobierno. Pero Putin estaba recibiendo clases intensivas de inglés, así como informándose sobre la administración y la historia del estado ruso. Sin embargo, La Familia de Yeltsin todavía creía en la lealtad de Putin y en su obediencia hacia ellos. Asimismo también creían que tenían el control de la mayor parte de la economía rusa durante el primer mandato de Putin. La Familia se sentía tan cómoda que comenzaron a idear planes para privatizar la última gran petrolera estatal que quedaba, Rosneft. Pero los antiguos miembros del KGB de San Petersburgo ya estaban conspirando para mantener a Rosneft fuera de manos privadas. A espaldas de la Familia de Yeltsin habían estado poniendo en marcha un sistema paralelo de gobierno.

Al frente de este proceso estaba Igor Sechin, un leal colega de Putin en la KGB de San Petersburgo, además de Gennady Timchenko, ex agente de la KGB. y estrecho aliado de Putin en San Petersburgo. Timchenko era uno de los operadores más influyentes en el séquito de Putin, pero se mantuvo en la sombra. Una de las primeras tareas de este grupo de antiguos KGB fue asegurarse de que Putin fuera elegido para un segundo mandato como presidente, Para lograrlo, necesitaban reforzar su posición en el poder, pero les preocupaba que la Familia estuviera controlando ciertos sectores de la economía. Por ello los hombres del KGB habían estado elaborando listas de objetivos en el sector petrolero. Entre las primeras de la lista estaba Surgutneftegaz, el productor de petróleo de Siberia occidental dirigido por Vladimir Bogdanov, que ya habían establecido una estrecha relación con los hombres de la KGB de Putin a través de Timchenko. No obstante, los antiguos miembros del KGB se habían fijado en Lukoil, la principal petrolera de Rusia en aquella época. Lukoil había vendido petróleo a través de Urals Trading, el comerciante de petróleo creado por el antiguo oficial de la KGB y socio de Timchenko, Andrei Pannikov, por lo que no pasó mucho tiempo antes de que los hombres de Putin controlaran a Lukoil. Para conseguir el control se abrió una investigación sobre el presunto fraude fiscal de Alekperov, el anterior presidente de Lukoil. Por si no fuese suficiente, el primer vicepresidente de Lukoil, Sergei Kukura, fue secuestrado por hombres vestidos con uniformes de policía y con máscaras. Alekperov había accedido a mantener parte de su participación en nombre de Putin, como una fachada del Kremlin para consolidarse en las industrias más estratégicas de Rusia. Pero aunque Lukoil cedio a la voluntad de los hombres de Putin, una gran parte de la producción de petróleo aún estaba fuera del alcance del Kremlin. Fue un momento decisivo del gobierno de Putin, cambiando la faz de la industria petrolera rusa y desplazando al país definitivamente hacia una forma de capitalismo de Estado en manos de los aliados de Putin. El poder de los hombres de la KGB de Putin se fue consolidando, en un conflicto que acabaría con el empresario más rico de Rusia y subvertiría todo el sistema legal ruso.

De todos los oligarcas de Moscú, Mikhail Khodorkovsky fue el que buscó más activamente integrar su empresa en Occidente. El conflicto que se desarrolló mientras los hombres de Putin intentaban arrebatarle a Jodorkovsky el control de los yacimientos petrolíferos de Siberia occidental de la petrolera Yukos, involucro una lucha de visiones sobre el futuro de Rusia, en que Putin quería conseguir que su país fuese una fuerza independiente contra Occidente. Pero también había un componente personal. Ello sucedió a fines de la década de 1990, cuando Khodorkovsky les quitó a los hombres de Putin uno de los últimos canales para el dinero negro que quedaban y que en la época soviética habían servido al KGB para transferir fondos del Partido Comunista para sus operaciones. La adquisición de VNK por parte de Khodorkovsky fue una de las últimas grandes privatizaciones de la industria petrolera durante la década de 1990, y ello fue la gota que colmó el vaso para los hombres de Putin. La primera vez que Khodorkovsky escuchó que podría estar en peligro fue a mediados de 2002, cuando antiguos miembros del KGB que tenía en su propio servicio de seguridad le advirtieron que el FSB había lanzado una operación para recopilar información comprometedora sobre los gigantes energéticos del país. Pero Khodorkovsky no dio demasiada importancia a dicha información, ya que era aplaudido en Occidente por su transformación, mientras el precio de las acciones de Yukos continuaba aumentando. Estas actividades con Occidente le enemistaron aún más con los hombres de la antigua KGB de Putin. A inicios del 2003, cuando los hombres de Putin comenzaron a intensificar sus planes de venganza, Khodorkovsky vio que estaba en peligro. Cuando los oligarcas de Rusia se reunieron más tarde con Putin alrededor de la gran mesa ovalada del Ekaterinsky Hall del Kremlin, Khodorkovsky decidió plantear la cuestión del aumento gradual de la participación estatal en base a la corrupción estatal mediante una presentación titulada 'Corrupción en Rusia: un freno para el crecimiento económico'. Dijo, entre otras cosas, que el nivel de corrupción en el país había alcanzado el 10% del PIB.

Pero esta intervención fue un error de cálculo por parte de Khodorkovsky, ya que había puesto el dedo en la llaga de Putin. A juzgar por la reacción de Putin, Khodorkovsky había tocado un punto sensible. Para Putin, era impensable que Khodorkovsky lo desafiara abiertamente. Le molestaba profundamente la acusación de corrupción cuando, en su opinión, Khodorkovsky había adquirido su fortuna, en particular Yukos, de manera corrupta. Khodorkovsky había abierto la puerta para que el Kremlin atacara su riqueza. A partir de ese momento, fue como si Khodorkovsky estuviera poniendo todas sus fichas sobre la mesa y acelerara la expansión de su imperio, impulsando un acuerdo que fusionaría Yukos con Sibneft de Abramovich, creando el cuarto productor de petróleo más grande del mundo y el segundo más grande en términos de reservas. El acuerdo se anunció en el elegante vestíbulo del hotel de lujo más nuevo de Moscú, el Hyatt, muy cerca de la sede del FSB en Lubyanka. Era como si Khodorkovsky creyera que la fusión le brindaría una mayor protección, ya que estaba uniendo su empresa con la Familia de Yeltsin. Pero algunos analistas creen que Abramovich en realidad le estaba tendiendo una trampa, buscando apoderarse de Yukos a través de la fusión para, de esta manera, poner en jaque a Khodorkovsky. Al principio, Putin pareció estar de acuerdo con las negociaciones ya que, con la ayuda de préstamos de los bancos estatales rusos, Yukos-Sibneft tomaría el control de uno de los gigantes energéticos de Estados Unidos. Sin embargo, Khodorkovsky comenzó a extender sus actividades al campo político. Poco antes de que se anunciara la fusión entre Yukos y Sibneft, dejó en claro sus ambiciones políticas personales y le dijo al mundo que quería dejar el timón de Yukos cuando cumpliera cuarenta y cinco años. Eso sería en 2007, justo antes de las elecciones presidenciales previstas para 2008, con lo que indicaba que se presentaría a las elecciones presidenciales. Khodorkovsky también había estado en conversaciones con líderes parlamentarios sobre la transformación de Rusia en una república parlamentaria, que eliminaría la excesiva concentración de poder en manos del presidente. Como muchos de los magnates de los negocios de Rusia, Khodorkovsky estaba financiando partidos políticos en la Duma. Esto fue alentado inicialmente por Alexander Voloshin, el jefe de gabinete del Kremlin, y su adjunto Vladislav Surkov. Pero crecía la preocupación de que Khodorkovsky estaba llevando la práctica demasiado lejos.

La dependencia de Rusia de los precios mundiales de la energía sin que tuviese su control tenía al ala más liberal del gobierno de Putin buscando salidas. En los años de Yeltsin, el gobierno estaba demasiado ocupado saltando de una crisis a otra para reducir la dependencia de Rusia de los ingresos del petróleo y el gas: necesitaba todas las fuentes de ingresos que pudiera obtener mientras luchaba por recaudar impuestos. Pero ahora que los precios del petróleo estaban subiendo, la facción liberal en el gobierno, encabezada por Alexei Kudrin, el ministro de finanzas que sirvió bajo Sobchak con Putin en San Petersburgo, y German Gref, el ministro de economía, que también trabajó en San Petersburgo como jefe de la propiedad federal, finalmente podrían buscar usar una situación más estable así como unos ingresos crecientes para reestructurar la economía rusa. El gobierno buscaba aumentar los impuestos sobre la industria petrolera mediante la aplicación de mayores impuestos a la exportación. Pero Khodorkovsky se resistía a los impuestos. Cuando sus hombres en el parlamento lograron derrotar uno de los primeros intentos gubernamentales de imponerlo, los liberales del gobierno de Putin. Gref y Kudrin, se lo tomaron como algo personal. Hasta entonces, según un banquero cercano a Kudrin, habían estado tratando de defender a Khodorkovsky del ataque de los antiguos miembros del KGB aliados a Putin. Pero la situación, creían Gref y Kudrin, se estaba volviendo insostenible. Khodorkovsky empeoró aún más las cosas cuando, después de la votación exitosa, comenzó a llamar a los futuros candidatos para el puesto de primer ministro y les dijo que tendrían que acordar su agenda con él. Khodorkovsky había cruzado una línea roja. Unas semanas más tarde se publicó un informe en los medios de comunicación que afirmaba que él era el líder de un grupo 'peligroso' de oligarcas pro-occidentales que buscaban socavar el gobierno de Putin. El informe reflejaba la mentalidad de los hombres de Putin. Pronto el mismo Putin también comenzó a dejar en claro sus sentimientos. Mientras Putin se preparaba para salir de Rusia para una visita de estado al Reino Unido, la primera como presidente, donde iba a ser agasajado por el primer ministro Tony Blair y la Reina, dio la primera pista de problemas en el futuro. En una conferencia de prensa anual, criticó a los magnates de los negocios por bloquear las reformas en el parlamento para aumentar la recaudación de impuestos sobre la industria energética. Aunque no mencionó a Khodorkovsky por su nombre, su referencia fue inequívoca. Por primera vez, Putin también se había pronunciado públicamente en contra de la reforma del sistema político para transformar el país en una república parlamentaria.

Orquestados para que pareciera que no tenía nada que ver con Putin, los fiscales rusos estaban dando silenciosamente el primer y fatídico paso en el ataque a Yukos. Arrestaron al jefe de seguridad de la empresa, Alexei Pichugin, y lo acusaron del asesinato de una pareja. Pero el arresto de Pichugin podría haber pasado desapercibido si no hubiera sido por un arresto que se produjo una semana después. Se trataba de Platon Lebedev, la mano derecha de Khodorkovsky desde hacía mucho tiempo. De repente, el mundo de Khodorkovsky estaba en llamas. Las acciones de Yukos se vieron afectadas cuando los fiscales intensificaron sus investigaciones. A fines de julio, cuatro días después de que Khodorkovsky regresara de un viaje a los Estados Unidos para recabar el apoyo de los inversores, los fiscales anunciaron cuatro investigaciones penales separadas por asesinato e intento de asesinato por parte de Pichugin. Khodorkovsky negó con vehemencia cualquier participación de él o cualquiera de sus asociados en asesinatos. Khodorkovsky buscó refugio y protección en los Estados Unidos. Inmediatamente después del arresto de su lugarteniente clave Lebedev, se dirigió directamente a la embajada de los Estados Unidos. Poco después, asistió a una conferencia en Sun Valley, Idaho, donde habló con Bill Gates y Warren Buffet. A su regreso a Moscú declaró en la televisión nacional que cualquier continuación del ataque a su organización conduciría a un aumento en la fuga de capitales de Rusia, lo que arruinaría las inversiones y haría retroceder a Rusia al pasado totalitario, cosa que, de hecho, ya estaba sucediendo. Si Khodorkovsky alguna vez tuvo alguna oportunidad de escapar de la campaña del Kremlin, la gota que colmó el vaso para Putin llegó durante su visita a Estados Unidos. Había sido invitado a la Bolsa de Valores de Nueva York, donde se dirigió a decenas de destacados ejecutivos estadounidenses y les aseguró el compromiso de Rusia con una economía de mercado en la que no se anularían las privatizaciones. Al margen, se había reunido en privado con el director ejecutivo de ExxonMobil, Lee Raymond, que había llevado a Exxon a través de su fusión con Mobil para convertirse en la compañía petrolífera más grande del mundo. Conocido por su estilo agresivo, Lee Raymond no se anduvo con rodeos con Putin, diciéndole que eventualmente quería adquirir el control de Yukos-Sibneft, después de la primera etapa de un acuerdo en el que Exxon compraría una participación minoritaria.

Putin estaba fuera



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