Comienza la Semana Santa. Hoy meditamos la Pasión de nuestro Señor Jesucristo, con el Evangelio según San Marcos. Jesús se hizo hombre y por nuestra causa fue crucificado y por nosotros resucitó al tercer día.

Les cuento que, por años, al escuchar este relato se me aprieta el pecho y me siento compungido y triste. En parte por lo que ocurrió entonces, pero también pienso en las veces que yo he crucificado a mi Señor.

Te invito a escuchar atentamente la Palabra, no solamente hoy, sino toda la semana. El llamado es a contemplar la Pasión, Muerte y Resurrección de nuestro Señor. Mira a Jesús en la cruz y deja que su Palabra toque tu corazón.

Haz de ésta una semana diferente, que no sea otra semana más. Busca hacer silencio interior para contemplar la cruz, símbolo de vida. La muerte ya no puede resistir su poder y el pecado ha perdido su fuerza mortal. De nuevo, Jesús aceptó voluntariamente la cruz por amor a ti y a mí. Difícil de entender humanamente, pero pídele luz al Espíritu Santo para que puedas profundizar en el mensaje.

Hay tantos versículos de este Evangelio que podemos tomar para meditar toda la semana. Recordemos que no basta con ser buenos, el Señor nos llama a ser santos. Esta Semana Santa, caminemos confiados hacia la gran noche para redescubrir todo el amor que Dios nos tiene.

Dijo recientemente el Papa Francisco: “La Semana Santa es un tiempo de gracia, no lo olvidemos, es un tiempo de gracia, que el Señor nos da para abrir las puertas de nuestros corazones…”

¡Adelante con fe!

Diácono Richie

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