Al desearles un feliz día a todas las mujeres en su día, invito a los hombres a que hagamos un acto de reflexión: ¿estamos expresando un sentimiento sincero o un cumplido social hipócrita? Si, mis queridos amigos “machos”, ¿si no estamos en disposición de hacerle a la Mujer un permanente reconocimiento, que objeto tiene efectuarlo en un solo día? De nada vale regalar una rosa o una bella frase, a la mujer que se dice amar, si comportamientos cotidianos develan la galantería como un acto farisaico.
En la conciencia de cada quien está determinar si el día de la mujer, que hoy se celebra, debería ser un festejo o más bien un acto de contrición. El desaforado incremento de feminicidios y vejámenes a miembros de ese bello genero lleva a pensar en que esta sociedad debería inclinarse por lo segundo.
Vivimos en una sociedad en la que desde temprana edad se enseña y acepta la ofensa y sumisión de las féminas como arquetipo de proceder correcto. Y se hace desde la trivialidad de una conversación que incluye burlas a ellas, en cuentos o chistes, sobre sus procederes y habilidades, en tiras cómicas en que predomina el uso ofensivo de la imagen de la mujer, en comentarios y hasta en las letras de afamadas canciones.
Mientras quienes nos creemos inteligentes y machos encontremos otros machos que se rían de nuestras estupideces en relación con la mujer, y haya algunas de ellas que nos aplaudan, no habremos avanzado mucho.
A la mujer hay que ponderarla, amarla, respetarla, pero no solo con ocasión de una fecha específica y por el compromiso que el calendario social impone. Celebrar el día de la mujer como un paréntesis forzado a los diarios desafueros a las que una sociedad anacrónica y machista a muchas féminas diariamente somete es ofensivo e hipócrita.
Yo, hoy les pido excusas si no he podido librarme completamente del yugo machista que la sociedad nos impone, lucho por hacerlo. Mientras, mi reconocimiento, admiración, cariño, respeto y amor a ellas.
Ricardo Buitrago C.
