Por: Ricardo Buitrago C.
El desdén, que ya crea suspicacia, con que el Ministerio del ambiente está tratando el problema del Lago del Cisne es tal que el ministro, renunciando al ejercicio de su autoridad en materia ambiental, llegó a afirmar en Barranquilla –así lo publica El Heraldo- que el “P.O.T. de Puerto Colombia definirá futuro de obras urbanísticas en El Cisne”.
Desconoció olímpicamente el alto funcionario la Convención de RAMSAR y el POMCA de Mallorquín en donde se deja bien claro la vinculación de los cuerpos de agua y humedales asociados a esa cuenca como la Ciénaga de los Manatíes, la Ciénaga del Rincón, el Lago de Caujaral, los Bajos del Caney, entre otros. ¡Prevaricato por omisión bien podría estarse tipificando!
Respetuoso de la propiedad privada, se declaró el ministro, sin hacer ningún énfasis sobre la preservación de la pública. Y es allí en la conservación de los humedales, que son del Estado, sobre los que hay graves y bien documentadas denuncias de usurpación de sus áreas, en donde radica el problema del lago y todo el ecosistema circundante.
No es creando un espejo de agua de manera artificial y controlada como se soluciona la problemática creada alrededor del lago. Ello seria, si le ponemos malicia al asunto, la forma como regulando al antojo del hombre, que no de natura, la entrada de agua se controla la cota del lago y se evita que se expanda a todo el sistema lagunar otrora existente en donde, dicen las denuncias sustentadas con registros catastrales y fotos satelitales del pasado y del presente, se han desecado los humedales para efectuar desarrollos urbanísticos.
Ese parque lineal, bonito por cierto, llamado Mirador del Lago pero que como van las cosas de allí se mirará solo un charco, alrededor del cual se ha creado una gran parafernalia, forma parte del conjunto de acciones adversas que permitirán que permanezcan las reducciones de áreas a las que han sometido al lago.
¿Hilando muy delgado? No señores, aquí les explico: los barranquilleros y atlanticenses deben recordar que en el pasado cuando el Arroyo León no había sido intervenido las aguas del Lago del Cisne llegaban a bordear y hasta ingresar a la carretera que conduce a Sabanilla, Salgar y Puerto Colombia.
Ese desborde se producía por la existencia de un cuerpo extraño -la carretera- pero en las otras áreas circundantes al lago los humedales cumplían el efecto de “amortiguación” de las aguas. Es entonces esa zona en donde se está construyendo el bellísimo parque, área de humedal pues en forma periódica y cíclica, salvo el pequeño promontorio en donde estaba una caseta, se inundaba, amortiguaba. De hecho, para poder desarrollar la obra se han efectuado allí grandes rellenos.
Pues bien; construido el parque habrá que evitar que se inunde y ello es factible hacerlo pues las aguas que ahora ingresan del arroyo se hacen por bombeo, vale decir en forma controlada.
Quiere decir eso que la cota pico del lago que existía en el pasado se bajará, con procedimientos técnicos que no de forma natural, para evitar que las aguas se desborden hacia el parque pero también para que no retornen a las tierras que, se dice, fueron desecadas.
Al paso que vamos con el desdén ministerial y la actuación de la CRA que se niega a ver la realidad, tendremos un bello parque que mirará hacia un espejo de agua que, insistirán en llamar lago, pero en proporción a lo que fue apenas llegaría a la categoría de charco.
Coletilla via Twitter:
Coletilla via Twitter:
Del Lago del Cisne @MinAmbienteCo parece tiene la percepción de un charco, pues afirma su llenado va en un 85% y el agua no se ve— Ricardo Buitrago C (@BuitragoRicardo) diciembre 18, 2015
