Con más motivo en estos tiempos, en los que a ciertas alcaldesas de grandes ciudades españolas se les ocurren las más peregrinas (y estúpidas) ideas. El laicismo de barraca está mostrando su rostro más alelado. Frente a esto, la maravilla, el misterio, el asombro, la belleza y la trascendencia de la Navidad. Ante la luz alumbrada en el silencio de la noche de Belén, no hace falta decir ni hacer