Naturalmente, para entender el nombre hay que tener un mínimo conocimiento del Evangelio; pero esto lo supongo en mis escasos y selectos lectores y lectoras. Tras los atentados de París, un buen amigo periodista me preguntó por Whatsapp por un amigo común, foto reportero afincado en Kenia. La razón era un tuit de @ebaste, del 14 de noviembre, que recoge una noticia de El Mundo de un asalto