Todos hemos escuchado muchas veces el hecho de que los Extremos se tocan. La estrategia política por antonomasia es tildar a cualquier partido de extremista. Se suele decir que la extrema derecha no difiere de la extrema izquierda, y es verdad. Es verdad siempre que se mal entiendan los extremos. El centro político se trata de una mera estrategia política puesto que se trata de un equilibrio de Nash. Si consideramos que la ideología de la población sigue una distribución normal de media “centro político” entonces la mejor estrategia para un partido, haga lo que haga el contrario es situarse en el centro pues recabará, como mínimo, la mitad de votos (considerando un uno contra uno). Para comenzar, los extremos no pueden, bajo ningún concepto, tocarse. De hacerlo, dejarían de ser extremos. Por ejemplo, suele relacionarse el comunismo de la URSS con la extrema izquierda y, sin embargo, el nacional socialismo alemán con la extrema derecha. Resulta intrigante cómo la designación difiere cuando la realidad intrínseca que subyace es la inexistencia de libertad personal y el poder total del estado. (En el caso de la URSS la propiedad pública de los medios de producción no difería de la propiedad privada de los medios de producción en Alemania por cuanto el nivel de producción, el objeto a producir, el modo de producción…. venían designados por el estado. Tampoco creo que sea de interés volver a anotar como el poder total de la mayoría no hace a la minoría libre) Mi caracterización de los extremos es muy […]

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