La Clase Obrera de Alcoy 

sufrió la explotación 

de los amos sin piedad 

que buscaban el rendimiento.

Los hombres en las fábricas 

trabajaban sin cesar 

con jornadas interminables 

y salarios de pesar.

Las mujeres en talleres mal pagados

 hilaban sin tiempo ni descanso.

Los niños desde pequeños 

a las fábricas iban a parar 

sin jugar ni ir a la escuela 

solo sabían trabajar.

El dinero no les bastaba 

para poder subsistir 

gastaban más de lo que ganaban

 en comida, ropa y vivir.

Vivían en tugurios oscuros 

sin luz, sin agua, sin ventilación 

donde se apiñaban sin futuro 

sin higiene ni educación.

La comida era escasa y pobre

 pan, patatas y arroz

 la carne y el pescado 

no podían comerlos 

más que en ocasiones.

La ropa era vieja y rota 

la compraban usada o la heredaban 

los zapatos eran una nota 

que solo en invierno calzaban.

La salud era muy frágil 

las enfermedades acechaban sin cesar 

la tuberculosis, el cólera, la viruela

 mataban a muchos sin piedad.

La educación era un lujo 

que pocos podían alcanzar 

la mayoría no sabía leer ni escribir 

ni tenía ganas de aprender.

Así era la vida de los obreros en Alcoy

 al final del diecinueve 

un retrato de dolor y sufrimiento 

que nadie debería repetir.

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Fuentes
La clase obrera de Alcoy a finales del siglo XIX (um.es)
TESIS DOCTORAL EL NIVEL DE VIDA DE LOS TRABAJADORES DE ALCOY (1836-1936) (ua.es)


Miseria en Alcoy, 
miseria en Barcelona:


LA JAMANCIA
En 1840 se legalizó el asociacionismo obrero por un Decreto Real. Así nació en Barcelona la Asociación Mutua de Obreros de la Industria Algodonera, el primer sindicato del país.
Barcelona era una ciudad que se industrializaba dentro de las antiguas murallas, lo que provocaba una situación asfixiante y cada vez más dura. En el casco antiguo se mezclaban viviendas, talleres y fábricas. La gente vivía hacinada y en condiciones insalubres. A esto se sumaban problemas como el paro, los sueldos de hambre, las jornadas agotadoras… y algunos vestigios del Antiguo Régimen. Aunque la burguesía había eliminado las trabas feudales que le impedían enriquecerse, aún existían impuestos como los burots, que gravaban los productos que entraban o salían de la muralla. Esto afectaba sobre todo a los que tenían el salario más ajustado para sobrevivir y alimentar a su familia.
En noviembre de 1842 hubo una revuelta que empezó por la negativa de unos obreros asociados a pagar el burot cuando volvían de una merienda campestre de domingo. Discutieron con los guardias de la muralla y detuvieron a un obrero. Entonces se organizó una protesta frente al Ayuntamiento, donde hubo un enfrentamiento armado con el Ejército.
Esto desencadenó un levantamiento que se extendió por toda la ciudad. El pueblo trabajador explotó y causó 600 bajas militares entre muertos y heridos.
La situación fue intentada ser “encauzada” por sectores liberales que formaron una Junta Revolucionaria, que agrupaba a industriales y burgueses moderados y progresistas. Incluso algún miembro de la familia Güell. Este sector social es quien dirigía la Milicia Nacional que se había negado a disparar al pueblo.
Pero cuando el Gobierno amenazó con bombardear la ciudad desde Montjuic, esta burguesía liberal cambió de bando. Los sectores populares y los trabajadores formaron entonces su propia milicia, la Patuleya, que la Junta intentó desarmar en todo momento. Al final la Junta se disolvió y los sublevados formaron una Junta de Desesperados.
Para entonces ya ha llegado Espartero a la ciudad. El mismo que había entrado triunfante en ella en 1840, que había conseguido acceder a la regencia de Isabel II por su amotinamiento, se disponía ahora a bombardearla. Así lo hizo durante más de 12 horas el 3 de diciembre. Las bombas de Espartero devolvieron el orden a la ciudad.
Poco después, en mayo de 1843 Prim se sublevó contra Espartero. La ciudad lo apoyó y lo aclamó cuando entró en junio de ese mismo año. Sin embargo en agosto se produjo otro levantamiento por las aspiraciones democráticas que Prim defraudó. Es la revuelta conocida como Jamancia, del caló jamar que significa comer. Un nombre que se basa en los cánticos de los sublevados en los que se amenazaba con comerse a sus enemigos de clase y también por el principal motor del movimiento, el hambre.
81 días permaneció Barcelona en pie contra el Gobierno. Además de las barricadas hubo un famoso y frustrado intento de asalto a la fortaleza de la Ciudadella en octubre. Acto seguido Prim bombardeó, como hiciera un año antes Espartero, la ciudad hasta su capitulación en noviembre.
Se ponía así fin a este levantamiento que marcó la estela de los próximos, en los que cada vez de manera más clara los otrora burgueses revolucionarios liberales fueron los garantes del orden y los encargados de acabar con todo motín o protesta obrera y popular.
fuente: La Jamancia de 1843, cuando la burguesía dejó de ser revolucionaria - Barcelona RebeldeBarcelona Rebelde



Miseria en los 
tejedores de Europa:
En junio de 1844 se produjo una de las primeras rebeliones de la emergente clase obrera europea: la de los tejedores de Silesia, en Prusia.
La crisis social se había agudizado en Silesia a principios de 1844. El desempleo crecía y los productos ingleses, beneficiados por el rápido desarrollo industrial y por el fin del bloqueo napoleónico, inundaban el mercado con telas baratas. Los tejedores de Silesia, que no podían competir con las máquinas hiladoras de Inglaterra, sufrían el paro y la reducción de sus salarios. La mayoría de los tejedores trabajaban en las fábricas y también en sus casas, cobrando una paga miserable por el trabajo de toda la familia. Marx resaltaba la claridad con que los cantos de los trabajadores expresaban su situación: “Sois la fuente de la miseria Que oprime aquí al pobre Sois vosotros lo