(El Hombre Rebelde, por Albert Camus. Alianza Editorial S.A. Madrid 2013)

Albert Camus nació en 1913 y murió en 1960 en un accidente automovilístico. Ganó el premio Nobel de literatura en 1957. Fue el segundo escritor más joven en obtener el Nobel. No debe haber duda de que su visión con respecto a los regímenes totalitarios las toma fundamentalmente del nazismo (él perteneció a la Resistencia francesa durante la ocupación nazi en Francia) y del comunismo ruso, sobre todo estalinismo ruso, al ser contemporáneo de la generación que sufrió los crímenes de Stalin.

Cada una de las siguientes notas constituye un tema con el cual se podría desarrollar un artículo e incluso un ensayo.  Pero, por lo pronto, ahí las presento. Después de todo "a buen entendedor, con pocas palabras basta". Entiéndase también en el caso de los cubanos.

"Un sólo jefe, un sólo pueblo, significa un sólo amo y millones de esclavos" ..Pág. 257 Y continúa diciendo: "Los intermediarios políticos que son, en todas las sociedades, los garantes de la libertad, desaparecen para dar paso a un Jehová con botas que reina sobre multitudes silenciosas o, lo que viene a ser lo mismo, vociferando consignas".

Ésta que sigue subraya los perversos métodos de intimidación y tortura de la tiranía.

"... sólo el furor irracional de una bestia puede imaginar que hay que torturar sádicamente a hombres para lograr su consentimiento".

"Un objetivo que requiere de medios injustos no es un objetivo justo". Pág 291.

"La reivindicación de la justicia desemboca en la injusticia si no está fundada en una reivindicación ética de la justicia".

Pero ésto anterior es lo que ha perseguido y persigue la tiranía: envilecer a la población al subvertir los valores cívicos y morales que la debieran sustentar.

"En el reino de las personas los hombres (como género humano*) traban afecto entre sí; en el reino de las cosas, los hombres se unen por la delación".  Y en éste punto señalo algo que no me canso de repetir: J. L. Borges subrayaba: "delator, el peor delito que soporta la infamia". Lo que en cubano se podría traducir: Ser chivato es la última carta de la baraja.

Ni que decir que, como en el caso de Cuba, la chivatería ha tenido un papel endemoniadamente relevante entre las muchas ignominias incentivadas por los regímenes tiránicos.

Hasta aquí algunas de las notas que tomé del ensayo de Camus. Las siguientes que expondré las considero, por supuesto, igualmente interesantes e ilustrativas.