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Del realismo anti-mágico a la composición de nuevas melodías

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“Todo lo que pueda estar en las manos del sector privado, va a estar en las manos del sector privado”. Javier Milei, presidente electo.

"Nada de lo que deba ser estatal, permanecerá en manos del Estado”. Roberto Dromi, Ministro de Obras y Servicios Públicos de Carlos Menem.

Si hay un punto (entre otros) que traza una línea indeleble que vincula a la última dictadura cívico militar, al menemismo, al macrismo y al ¿Milei-ismo? es la vocación indisimulable e irrenunciable de empobrecer al Estado, reducirlo, maniatarlo, para habilitar la expresión a sus anchas de todo capricho económico y de ejercicio del poder del llamado establishment, o círculo rojo, según ha definido en su momento Mauricio Macri.

La entrega de las empresas del estado y los recursos naturales devenidos en simple materia exportable y/o commodities ha sido una constante, so pretexto de la “eficiencia” del sector privado para generar riqueza contra un Estado demonizado y calificado de acuerdo al enunciante como “elefantiásico”, “ineficiente”, “corrupto” o simplemente “ladrón”.

Selecciono el tópico “privatizaciones” para comenzar esta recorrida porque fue el propio Javier Milei, electo presidente hace hoy exactamente una semana, quien ratifico primero que nada en sus intervenciones periodísticas inaugurales de su condición de presidente electo su decisión de avanzar con la venta de los medios públicos y de YPF, la empresa nacional de hidrocarburos que, no obstante ponernos a las puertas del autoabastecimiento energético, al decir del “peluca” vale menos que cuando se recuperó.

No omitió referirse en el mismo sentido a Aerolíneas Argentinas sobre la que, entre otras cosas, manifestó que se la entregará a los trabajadores para que formen una “cooperativa”. De línea de bandera, a cooperativa sin beneficios.

Sobre la compañía aérea, un dato: del presupuesto destinado por el Estado para este año, no usó un solo peso porque su rendimiento económico hizo que no lo necesitara.

El tercero gobierna

La distopía argentina contiene elementos que constituyen un cóctel volátil. Una vez concretado el triunfo de Sergio Massa en las elecciones generales, de caras a la segunda vuelta Mauricio Macri avanzó velozmente en la formalización de lo que era evidente: la apuesta del ex presidente por el “león” que lo llevó a destrozar primero a Rodríguez Larreta, luego a Bullrich, posteriormente a Juntos por el Cambio y todo parece indicar por estas horas al PRO, partido vecinalista que llegó a la arena política nacional gracias al extinto radicalismo.

Concretado el triunfo de Milei por amplio margen en el ballotage, la semana posterior se construyó en torno a declaraciones altisonantes del electo ante los periodistas exultantes de independencia y neutralidad que se emocionaron casi hasta las lágrimas por el resultado.

Mientras que Majul y Fantino dejaron todo en la cancha, los vaivenes respecto de quienes integrarán el gabinete se transformaron en la comidilla del día a día.

La decisión aparentemente irrevocable de Milei de armar un equipo de gobierno con los propios, impidiendo el colonizador avance del macrismo se fue diluyendo de manera tal que terminada la semana no solo Macri parece haber copado la playa libertaria con su avanzada, sino que tras de sí instaló con fuerza a los infantes de Schiaretti que, portador de apenas el 7% de los votos en la primera vuelta, también será gobierno renunciando para siempre a su condición de peronista para tatuarse en el alma, y de por vida, la de empleado de Macri, a quien obedeció en sus tiempos de “trabajador” en SocMa (Sociedades Macri).

Respecto del cordobés y de otros auto-percibidos como peronistas, como Randazzo, quien se fotografió con el tucumano Bussi (si, el hijo del genocida y a su vez reivindicador de la dictadura), es menester hacer un señalamiento: si alegremente se es parte de un gobierno estructurado conceptualmente sobre la idea que la justicia social "es una aberración", esa persona no es peronista.

A todo esto, según surge de las informaciones de los últimos días, el presidente economista entrega el ministerio de economía al inventor de las leliqs de quien dijo en su momento que con ese ingenio "nos robó 15mil millones de dólares".

De paso, “Toto Messi de las finanzas” Caputo (de él hablamos) es anti-dolarización. El ex ministro de economía de… Macri, se reunió con los bancos que operan en el país y les dijo que (la dolarización) no va a pasar, y que resolverá el tema leliqs con 20mil millones de dólares que sacará vaya a saberse de donde, y poniendo al Fondo de Garantía de Sustentabilidad de ANSES como garantía.

Dólares para resolver un problema en pesos+regalar la plata de los jubilados. Una delicia.

Los despidos que ya son

Milei anunció el fin de la obra pública. Empresas constructoras ya enviaron telegramas de despido incluso en nuestra zona. Fin del comunicado.

Ah! Tal vez no pague los aguinaldos de trabajadores estatales porque “no hay plata”.

Que Bullrich vaya a ser Ministra de Seguridad no cambia mucho la manifiesta intención represiva del gobierno entrante. Solo es un dato más que confirma la colonización macrista del espacio llamado “La libertad avanza”.

Para más datos sobre los vaivenes de la semana del “León” y el gato, recomiendo seguir la cobertura impecable de El Ágora Digital.

Solo completar la recorrida, desordenada tal vez, mencionando lo que se trasluce: Javier Milei es un presidente electo debilitado antes de su asunción.

Su purismo libertario anti-casta devino en una declinación (los más esforzados simpatizantes lo llaman “pragmatismo”) de sus postulados.

La “casta” se metió en su versión más recalcitrante hasta los huesos de ese Frankenstein llamado “La libertad avanza”, y la dolarización al parecer no será.

Como síntoma, la estabilidad de la cotización del dólar tras la reunión de banqueros con Caputo. No parece que los grandes jugadores vayan corriendo a asegurarse los verdes para primerear al resto de la sociedad. Veremos cómo sigue esta novela.

Por casa…

Es evidente que el resultado de las elecciones para el campo nacional y popular es un golpe duro.

Tras apenas 4 años de derrotado el tercer experimento neoliberal liderado por Mauricio Macri la llegada de Milei al gobierno y de, nuevamente Macri al poder es un retroceso de proporciones potencialmente catastróficas.

El gobierno de Alberto Fernández, con las salvedades enormes del caso (pandemia, guerra OTAN-Rusia, sequía histórica) fue incapaz de cumplir con las expectativas generadas merced a una idea posibilista y por momentos hasta derrotista del quehacer gubernametal.

El avance y retroceso en la cuestión Vicentín, durante la pandemia, viene al dedillo como ejemplo. Por otra parte, tiros en el pie como el del “vacunatorio vip” o la fiesta de cumpleaños de la esposa del presidente en plena cuarentena comenzaron un camino sin retorno de dilapidación del capital político expresado en el 82% de imagen positiva que llegó a tener el presidente saliente en los primeros compases de la gestión.

Alberto Fernández en declaraciones recientes aseguró muy suelto de cuerpo no sentirse responsable de la derrota de Massa en el ballotage.

Si bien es cierto que las responsabilidades son atribuibles a la totalidad de la coalición de gobierno, no menos cierto es que fue el mismo quien en su hora aseguró que “este no es un gobierno colegiado”, dejando claro que las decisiones las tomaba el.

Cristina Kirchner se cansó, por diversos medios y de distintas maneras, de mostrar cual debía ser el camino a seguir, señalando que era imprescindible trabajar fuertemente en la distribución del ingreso y atender las demandas sociales. La desatención de las mismas solo podía devenir en lo que devino: el fenómeno de insatisfacción democrática que ella misma ha desarrollado y expuesto.

El acuerdo con el fondo, condicionante e inflacionario, partió para siempre al bloque gobernante. No aprovecharon Fernández y Martín Guzmán el momento de debilidad institucional global causado por la pandemia para negociar con otro nivel de firmeza con el FMI respecto de la deuda asumida por Macri, atando al país al sometimiento habitual por parte del organismo.

La consolidación de la inflación fue, probablemente, el factor determinante para que se llegara al resultado del pasado domingo. En este marco, con 140% de inflación anual, casi que no está de más decir que los más de 40 puntos obtenidos por Massa en la segunda vuelta son prácticamente un milagro.

Ahora, lo que queda es la reconstrucción. Sin pretensiones de originalidad, quien escribe observa como evidente que, buscándolo o no, quien se erige como líder de este lado de la grieta (que no se cerró) es Axel Kicillof, reelecto por escándalo como gobernador de la Provincia de Buenos Aires.

Tendrá sus problemas de gestión porque no será extraño que el gobierno nacional pretenda ahogar financieramente al de la provincia, con lo cual se verá que mano tiene el ex ministro de economía de Cristina para navegar en río minado.

No obstante, su triunfo electoral y su andar político, que lo muestra siempre dando pasos precisos y certeros, lo ponen en el centro de la escena. Se verá a partir de diciembre como se reordena el espacio.

Una salvedad (obvia pero no menor): el campo nacional y popular no es solo peronista. El embate neoliberal se lo llevará puesto en pleno, incluyendo a aquellos que no se enteraron aún que ahí es donde pertenecen. Y con mucha humildad y corazón habrá que contener porque si, a pesar de la derrota electoral, la Patria sigue siendo el otro.


No pienso que todas las personas que votaron por Javier Milei sean de extrema derecha. La Libertad Avanza como espacio ciertamente lo es, y lo demuestra blandiendo la celebración de la dictadura, le reivindicación de los genocidas y el programa económico de híper-ajuste y entrega del país a la condición de colonia, pero en campo de sus votantes es variopinto.

Señalé más arriba que el gobierno de Alberto Fernández no cumplió las expectativas. En sus primeros pasos, fue notable y conmovedor el acercamiento que el presidente cesante logró con sectores juveniles.

La narrativa inicial de futuro, de construcción de oportunidades, caló hondo. Eso se diluyó y el espacio fue ocupado por un personaje de pose irreverente y revolucionaria que sedujo con su discurso altisonante, su estrategia de situar como culpable de todos los males a “la casta” prometiendo que al terminarla, florecerían las ideas de la libertad.

Supo, el plagiador serial de libros, interpelar a amplios sectores de la llamada “juventud” y llevarlos para su lado. El golpazo no tardará en llegar y veremos cuantos despiertan de la ensoñación, pero de momento el consenso lo tiene.

Por el lado de la militancia nacional y popular, algo es menester: tratar de comprender el fenómeno, entender que no se han dado respuestas a muchas necesidades, reflexionar y construir. Enojarse es válido, pero en un punto inconducente. En tiempos de Cristina se cantaba que “multiplicar es la tarea”. Bueno, la tarea sigue siendo esa. La construcción de mayorías no es solo con quienes están (y se sabe) en la misma vereda.

Es verdad que existe un elemento insoslayable que explica en parte el resultado, y es el antiperonismo instalado en gran parte de la sociedad pero eso existe desde que el peronismo nació, y aun así se han ganado elecciones.

Sin ignorar este aspecto, es imprescindible buscar respuestas por otro lado. Sobre esto, el pasado martes Juan Ignacio Guarino abrió el programa de El Ágora en Radio Nacional incorporando una sentencia contundente e imprescindible como insumo para la comprensión de lo que hoy sucede. “No nos escuchan”, dijo Juan.

A muchos sectores, es evidente, no hay manera de llegarles con el relato de siempre.

Será momento entonces, en el marco de una búsqueda que necesariamente deberá ser profunda, de echar mano a aquella propuesta de Axel Kicillof que le valió tantas críticas y que es sorprendente por su sencillez y claridad conceptual: es momento de componer nuevas melodías.

Esas nuevas melodías por supuesto deberán asentarse sobre la identidad de un movimiento que siempre se propuso, con sus más y sus menos, sus aciertos y errores igualmente grandes, construir una Patria Justa, Libre y Soberana y para eso, tener siempre presente la enseñanza de las Madres y las Abuelas: la lucha es en paz, sin revanchismo, con amor, con escucha, con firmeza, sin renunciamiento y por siempre y para siempre con los 30.000 como bandera.

Y por favor, Alberto. Antes de irte, libertad a Milagro.

Del realismo anti-mágico a la composición de nuevas melodías es una publicación original de El Ágora Digital.



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