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En el reino del revés a la Argentina faltan dosis de introspección positiva

"No te creo nada. Vos reivindicás la dictadura. Nunca te escuché una crítica a la dictadura. Me hacés acordar a (Alfredo) Astiz, que se infiltró en la organización de las Madres. Sos un infiltrada en la democracia, no creés en la democracia".

Es cita textual. Lo escrito en el primer párrafo es lo que le dijo Agustín Rossi (Unidos por la Patria) a Victoria Villarruel (La Libertad Avanza) en el debate de candidatos a la vicepresidencia realizado en la semana que culmina en el canal de noticias del Grupo Clarín, TN.

En el cruce, la respuesta de Villarruel fue, en líneas generales, acusar a Rossi de defender implícitamente a las agrupaciones armadas de los 70, pero nada agregó que pueda desmentir al santafesino respecto de su adhesión a la dictadura.

El archivo

En 2014, Villarruel fue entrevistada por Carlos Maslatón en su programa Realpolitik por FM Identidad de la ciudad de Buenos Aires. Allí, la hoy candidata a la vicepresidencia de Javier Milei fustigó al matrimonio Kirchner acusándolo de romper una negociación entre el Estado democrático y los militares de la dictadura que garantizaba a estos la impunidad.

“(Raúl) Alfonsín cumplió a su manera. (Carlos) Menem llegó después a la presidencia y también, a su forma, cumplió a través de los indultos y los perdones. Ahí llegamos al matrimonio Kirchner, que vuelve a retrotraer todo este asunto a la década de los setenta”, manifestó la abogada es esa oportunidad, y añadió que “esta negociación se rompe a partir de 2003, cuando los Kirchner reabren el juzgamiento contra los agentes del Estado. Entonces, inevitablemente deberían haber también reabierto la posibilidad a las víctimas del terrorismo para llevar a juicio a los ex terroristas”.

Un año antes de estas declaraciones, el genocida Jorge Rafael Videla formuló declaraciones de similar talante a una revista española, cuando dijo aquello de que su “peor momento” llegó con los Kirchner.

Victoria Villarruel en la mencionada entrevista con Maslatón no solo despotricó contra la re apertura de los juicios por delitos de lesa humanidad, sino que además se quejó hondamente del Nunca Más porque, explicada, la Conadep debió investigar, además de los crímenes de la dictadura, aquellos atribuídos a las organizaciones armadas, equiparando de esta manera a esas organizaciones con el terrorismo de Estado (definición que no emplea ni de chiripa) implementado por el gobierno de facto.

Con este sol…

El día del estudiante y la primavera dejó esta vida Mario Wainfeld, abogado laboralista y periodista de Página 12 y conductor del ciclo “Gente de a pie” en Radio Nacional. La frase que es título a la presente nota es de su autoría, y puede leerse en su última nota para Página titulada “Las promesas de Massa, las amenazas de Milei: La Argentina año verde”. Esa nota es la inspiración para la que usted lee en este momento y me permito una digresión, antes de seguir con el hilo.

La muerte de Mario Wainfeld es impactante, dolorosa. La que se pierde es la voz de un hombre sencillo, comprometido, que no renunció a su identidad política (en cada emisión radial relataba capítulos desordenados aunque esclarecedores de sus tiempos de militancia partidaria más activa) lo que no le impidió ser certero con la crítica, y riguroso con el ejercicio periodístico. Wainfeld, a quien tuve la oportunidad de tratar cuando presentó en nuestra ciudad su libro “Kirchner, el tipo que supo”, hacía eso que en la actualidad no parece ser parte de lo que el periodismo debiera hacer, que es ayudar a la construcción del conocimiento, a generar espacios de debate y reflexión profunda.

Aquella vez en Bahía, la charla, previa a la presentación del libro, fue en muchedumbre en un rincón de un local de Chiclana y O´Higgins que cada tanto cambia de nombre. Éramos varios. Recuerdo que la movida la había coordinado Damiano Shepherd, hoy director de Nacional Bahía Blanca. En la escucha de tanto testimonio, despedida y semblanza, sus compañeres de diario y radio destacaban de su carácter su esencia popular y su gusto por las juntadas. Los coros de los viernes en el cierre de sus programas, para elles, y para sus escuchas (yo incluído) representaban no otra cosa que la potencia del conjunto de voces que conformaban una sola voz. Decía que una persona sola podía desafinar, pero que no hay coros desafinados.

El conjunto, el colectivo, la construcción colectiva.

No me había pasado con la muerte de otros colegas, admirados algunos. Con Wainfeld… la sensación es gran tristeza. Se fue un referente. El también, un tipo que supo. Que supo cómo articular política y periodismo con maestría, con enorme capacidad de síntesis (algo de lo que carezco, por mucho que me esfuerce), con humana calidez.

Retomo el hilo, y me sirvo de esa última nota de Mario Wainfeld para eso. Escribía el periodista, sobre Javier Milei, que “mestiza jerga técnica con insultos. Macartea con criterio universalista: el Papa Francisco, los curas villeros, los economistas que lo cuestionan, los intelectuales que otro tanto. Define como guerrillero a un periodista de un afamado canal de cable… too much. Los colegas no le piden que diga el apellido y lo filtra por redes. Oy, oy, oy.”

Agregaba que “los comentaristas en redes y quinchos, propios u hostiles, subrayan que al libertario “no le entran balas”, que está acorazado en amianto, blindado… El hombre blande una motosierra, ataca al aire en su batimóvil… El entorno ríe. No hay remate.” A este respecto, hay que señalar que distintas consultoras señalan que si bien en este momento no suma adhesiones, el capital obtenido por el despeinado portador de motosierra china se mantiene intacto.

Describía más adelante Wainfeld que  “impresionan las inconsistencias del candidato favorito. Para dolarizar cuenta con un par de propuestas de “Fondos", alega. Grandes jugadores del sistema financiero, los Fondos de inversión proveerían miles de millones de dólares y recetas infalibles. “¿Quiénes perderían?”, pregunta un periodista. “Los políticos, sólo los políticos”. Una perinola imposible, casi todos ganan”, agregando que “los electores de Milei esperan respuestas veloces. Con lógica, Milei elogia a Menem y al ex superministro Domingo Cavallo. La clave es la inflación nula que duró diez años, no la Convertibilidad. Esta regla es complicada, distinta a la dolarización, un instrumento y no el fin.”

En la continuidad de análisis, el periodista señalaba en tono de advertencia (surgida de genuina preocupación) que “el peligro político de Milei presidente podría producirse de inmediato. Hiperinflación por descontrol de variables, por la dolarización alocada manejada por manos inexpertas. Por la reducción del gasto público superior a la del Fondo Monetario Internacional (FMI) con motosierra: miles o millones de despidos, cierres de empresas públicas. El escenario más factible probaría el temple y la sensatez de un novato violento, machista, discriminador, intolerante, fanático. Enojado con la realidad y con la protesta social que la corporizaría.”


La síntesis de lo hasta acá escrito podría ponerse de la siguiente manera: el muchacho de la motosierra, con sus ideas privatistas, de economía ferozmente abierta y privatizada, con un estado disminuido hasta el absurdo sintetiza a la perfección junto con la reivindicación activa de la dictadura formulada por su compañera de fórmula la evidente posibilidad de un ejercicio proto-fascista en una Argentina que hoy dista de estar bien, pero que corre serio riesgo de empeorar.

No obstante, acá sí que me cuelgo de la frase de Mario Wainfeld que es título de esta nota: En el reino del revés a la Argentina Faltan Dosis de introspección positiva.

Nuestro país, calificado como “este país de mierda” por algún otro periodista (pseudo), al fin, escriba de la corporación mediática que es impedimento más grande que tiene nuestra democracia para desarrollarse efectivamente, contiene en su interior las fuerzas que necesita para ponerse de pie, comenzando por su gente. Nadie puede discutir la vocación de estudio, trabajo y esfuerzo de les argentines, aunque haya quienes se empeñen de calificarnos como vagos. Argentina es un país de ciencia, tecnología, ciencias sociales, historia, deporte, educación, así como de resistencia, debate, organización social, lucha.

Es indiscutible que como pueblo tenemos nuestras contradicciones y tensiones irresueltas, como cada pueblo de la tierra, pero no es menos cierto que el potencial está ahí.

Escribo prácticamente en el final de cada nota que aporto a El Ágora Digital que Argentina, aún sitiada por los buitres externos y los caranchos internos y esa deuda externa gentileza de Macri que es una condena sin juicio previo, depende de sí misma. Algunos elementos de caras al año próximo, si no nos gobierna la extrema derecha, pueden ser de fundamental importancia: la participación activa del Estado nacional en la construcción de un mundo multipolar, el potencial de desarrollo económico gracias a la inversión en materia energética, la perspectiva de un año sin sequía, por mencionar algunos ítems, pueden ponernos en la puerta de la recuperación.

Para que todo lo bueno sea posible, sin embargo, será imprescindible reparar en que uno puede no pegar una nota, pero coros… no hay uno que desafine.

La recuperación del sentido de lo colectivo como valor fundamental es el principal desafío. Lo demás (peco, siempre, de optimismo) llegará como consecuencia.

En el reino del revés a la Argentina faltan dosis de introspección positiva es una publicación original de El Ágora Digital.



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