Una distendida Patricia Bullrich define los términos para convocar a Horacio Rodríguez Larreta, e intentar así evitar la fuga del voto "paloma" a Sergio Massa, ante el riesgo real de que el próximo presidente sea Javier Milei. Juntos por el Cambio opera para evitar la pérdida de sufragios y buscan mostrarse confiados de cara a octubre.

La contundente diferencia de votos que consagró a Bullrich sobre Larreta significó la victoria mayor que la ex ministra de Seguridad esperaba de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). Pero ahora, la ex titular del PRO tiene un desafío aún mayor: retener el 11% que sacó el alcalde porteño para ella misma en octubre.

Este lunes, Bullrich participó de una reunión con su mesa chica. Entre ellos estaban Luis Petri, Cristian Ritondo, Hernán Lombardi, Néstor Grindetti, Juan Pablo Arenaza, Damián Arabia y Cristian Larsen.

Allí comenzaron a definir la estrategia que tendrán de cara a las generales y cómo será el acercamiento con el sector de Larreta y el tendal de heridos que dejó la virulenta interna de JxC.

La gran duda que tienen los estrategas de la ex ministra de Seguridad es si, de cara a octubre para cooptar el electorado de las palomas, los halcones deben moderar su discurso o si mantendrán la belicosidad que les permitió ganar la interna. A priori, pareciera que no está en los planes cambiar la estrategia.

Bullrich, ahora como la única representante de JxC para la Casa Rosada, tiene la certeza de que se mantendrá como la referente del "anti-Gobierno", definición que tomó de Mauricio Macri. El fundador del PRO y la candidata presidencial están convencidos que las PASO demostraron que el discurso dialoguista de centro no prende en el electorado, y que para competir contra la sombra de Milei deben ser "más papistas que el Papa".

Lo cierto es que, pese al tono tranquilo que Bullrich y su equipo buscan mostrar, Juntos por el Cambio fue uno de los grandes perdedores de las primarias: en el plano individual, Bullrich -la más votada- quedó lejos de Javier Milei -que la duplicó en votos- y también del oficialista Sergio Massa.

Pese a que, midiendo por fuerzas, Juntos por el Cambio quedó en segundo lugar, lo cierto es que son escazas las peceras de las que Bullrich puede ir a "pescar" votos, especialmente manteniendo el discurso duro.

En un panorama donde dos de los tres principales candidatos presidenciales representan posturas de extrema derecha, el electorado "moderado", tanto larretista como radical, se puede ver más seducido de inclinarse por apoyar a Massa, quien tiene un tramo mayor para crecer de cara a octubre y meterse en el ballottage.

Lo cierto es que la interna del PRO tuvo un nivel inusitado de violencia: Bullrich no perdió oportunidad para denostar y atacar al Jefe de Gobierno porteño, e incluso amenazar con "romperle la cara" a Felipe Miguel, Jefe de Gabinete de la Ciudad.

Además, Larreta está muy enojado con la candidata por el escándalo que hizo el domingo al momento de votar en La Rural. En el entorno del jefe de Gobierno creen que montó un show premeditado para perjudicar a su rival en la interna cuando, ante todas las cámaras de televisión, se quejó de las fallas del sistema de boleta única electrónica.

Los movimientos de Bullrich irritan en el entorno de Larreta. Es que el jefe de Gobierno obtuvo 11 puntos en las primarias y entienden que la ganadora de la interna necesita de cada uno de ellos para ganarle a Javier Milei, o cuanto mínimo para llegar a segunda vuelta.

Por ahora, el encuentro entre Bullrich y Larreta, que se daba como algo inminente en la noche del domingo, todavía no tiene fecha por la desconfianza que reina entre ambos.

La candidata presidencial no tiene apuro e impondrá sus condiciones. Y si bien el jefe de Gobierno no tiene nada más que perder, quiere conocer el "tono" de la convocatoria de la ex ministra de Seguridad antes para aceptar el convite.

Antes de las PASO, varios sondeos indicaban que cerca del 30% del electorado larretista se fugaría de las filas de JxC, producto de las heridas dejadas por la interna con los halcones.

Conscientes que es altamente probable que JxC quede en tercer lugar en octubre, ahora el bullrichismo opera para negar dicha posibilidad.

Damián Arabia, aspirante a diputado nacional y armador del PRO, consideró que la alianza opositora obtuvo un empate con  Milei, y vaticinó, optimista, que habrá una mayor crecimiento para las generales.

"Como Juntos por el Cambio estuvimos a un punto y medio de porcentaje. Al presentarte como una coalición en un competencia electoral, los votos son del espacio", explicó en declaraciones a Splendid - 990.

"No va a haber ningún voto de Juntos por el Cambio que se vaya de Juntos por el Cambio, porque naturalmente, al presentar dos propuestas, se divide el electorado, pero el votante y la dirigencia cambiemista es la misma", profundizó.

Habrá que ver si dicha creencia se confirma en octubre. Hasta entonces, el oficialismo de Unión por la Patria ya convocó a radicales y larretistas para formar una "nueva mayoría" que logre evitar un gobierno de Milei, que podría atentar contra las bases mismas de la democracia.

Además de los votos, Bullrich debe encontrar la forma de "amigarse" con la mayoría de espacios dentro de JxC que se habían encolumnado con Larreta para las PASO: los radicales de Gerardo Morales y Martín Lousteau, la Coalición Cívica de Elisa Carrió, Graciela Ocaña, Margarita Stolbizer y la gran mayoría de los gobernadores electos.

El día después: Patricia Bullrich Intenta evitar la fuga de votos larretistas y radicales a Massa es una publicación original de El Ágora Digital.