Cuando comenzaba a redactar esta nota en la noche del viernes en el cierre de una jornada que aún por esas horas se mantenía intensa, planteaba un enfoque que básicamente se sostenía en la premisa que Alberto Fernández, en tanto se entendiera que su anuncio de no ir por la reelección suponía un renunciamiento, no renunciaba a nada porque nada había a lo que renunciar. En el escenario actual de crisis económica y social, con una inflación que no ceja en su galope e ingresos de trabajadores que no se recomponen y de hecho pierden cada día, las chances de una reválida de su Gobierno eran nulas.

No creo que lo escrito en el primer párrafo sea erróneo en líneas generales, pero en el marco de la situación actual en las aristas nacional e internacional (léase, geopolítica), con propuestas de los candidatos de la oposición que no son otra cosa que el abismo, y con la necesidad de ordenar los papeles y reorientar el rumbo otros aspectos deben necesariamente incorporarse a la ecuación.

En este sentido, con todo y las observaciones que pueden (y deben) hacerse sobre el gobierno de Alberto Fernández en nombre del Frente de Todos, es menester entender que rápidamente el peronismo en su conjunto y en sus diversas vertientes, tanto como los integrantes del frente provenientes de otras expresiones, deben urgentemente montar un andamiaje que sostenga al gobierno nacional y le facilite herramientas, que es esperable sean aceptadas por el jefe de Estado, para que el tránsito en el tramo final de su gestión encuentre algún nivel de solidez que salvo marcados momentos no tuvo en general.

Lo necesario

Esa solidez es imprescindible por al menos tres razones fundamentales, siendo la primera en la lista proveer de al menos cierta tranquilidad al pueblo argentino, lo que debiera venir de la mano de algún resultado económico y la aplicación de políticas de redistribución de una buena vez, llámese suma fija para asalariados y alguna clase de política de ingresos específica para les trabajadores monotributistas e informales de variada especie, así como jubilaciones y pensiones.

Se dijo, en ocasión de la derrota en las primarias de cara a las elecciones de medio término, que la decisión de no sumar una tercera cuota del IFE en tiempos de pandemia motivó aquella derrota, y la tendencia no se modificó luego.

Otra de las razones es el escenario regional. Luiz Inácio Lula Da Silva, presidente de Brasil, estuvo en los últimos días de gira por China y Abu Dhabi. Sus declaraciones, especialmente las formuladas en China, exponen con claridad meridiana no solo la posición de su gobierno respecto de temas de la actualidad como la guerra Rusia-Ucrania, sino que apuntó al centro de las formas de comercio que desde hace décadas se consolidaron en favor el dominio estadounidense desde finales de la Segunda Guerra Mundial.

El cuestionamiento de Lula al dólar como única moneda de intercambio, el anuncio del comienzo de gestiones para que el intercambio entre su país y el gigante asiático sea en sus respectivas monedas y, acaso como expresión de una mirada geopolítica totalizante, la propuesta de la formación de un “Club de Paz” constituido por países neutrales para intentar acercar posiciones entre Rusia y Ucrania emociona por la altivez con la que un país sudamericano se planta ante los intereses y esquemas de dominio estadounidenses y en menor medida europeos, y entusiasma porque marca un sur (no un norte) al que dirigirse: de pronto la idea de una Patria Grande soberana vuelve a asomar pero hay que ser realistas. El camino es tortuoso, la historia lo demuestra y requiere decisión política ir hacia allí.

En tanto el ascenso de Lula, el cuate Manuel López Obrador posiciona a Méjico, cuyo principal problema de subsistencia es tener a Estados Unidos en la frontera norte. Bolivia nacionaliza el litio, el mismo camino en las últimas horas tomó el Chile de Boric y se esperan en este sentido definiciones de nuestro país, que sufre la descarnada presión de Estados Unidos para literalmente interrumpir cualquier negociación con China, a la vez que posa descaradamente sus ojos sobre los recursos estratégicos: litio, petróleo y agua. Más adelante, nos referiremos breve pero específicamente a la visita de la jefa del Comando Sur de Estados Unidos a Argentina en los últimos días.

La tercera de las razones imprescindibles para que el Frente de Todos en su conjunto apuntale al gobierno de Alberto Fernández en su tramo final es lo que se avizora si, como perece hoy probable, el triunfo en las próximas elecciones se decantara por las opciones de (extrema) derecha.

El pasado miércoles finalizó el llamado “Foro Llao llao”, organizado por los 11 empresarios más importantes del país. Hasta allí se dirigieron candidatos opositores: tres de Juntos por el Cambio y el autodenominado como libertario Javier Milei. Por la alianza PRO-radical estuvieron Patricia Bullrich, Horacio Rodriguez Larreta y, un día después que estos, el carcelero de Milagro Sala, Gerardo Morales, gobernador de Jujuy.

Como indica el periodista David Cufré en una nota de Página 12 en la que aborda las ideas dolarizadoras de los embajadores vernáculos del neoliberalismo, “Bullrich se ofrece como precandidata con un programa muy similar al de Macri, pero en la versión shock, con mega devaluación y mega ajuste fiscal. Horacio Rodríguez Larreta está en la misma sintonía, pero en la versión gradualista, y de pesificación ni una palabra.” Por su parte, Milei , en lo que camina por la vida asegurando que los órganos humanos y los hijos pueden venderse, que hay que privatizar las calles, eliminar la obra pública y la educación obligatoria, es quien más fuertemente habla de dolarizar.

Entre Larreta y Bullrich solo se verifican diferencias de tono: mientras el jefe de gobierno porteño que quiere ser presidente de un país a cuyas provincias les roba recursos mediante fallos a medida posa de moderado, la ex ministra de trabajo de De La Rúa, aquella del 13% de recorte a jubilados y estatales y que como ministra de seguridad de Macri es la responsable política de las muertes de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel asegura que “el concepto que va a regir nuestro gobierno va a ser el concepto del orden (sic)”.

Morales, por su parte, asegura según El Economista que “vamos a tener que tomar medidas duras” y que “en el corto plazo la concepción es restablecer el orden: orden en la economía, en las cuentas públicas, hay que ordenar de inmediato, tenemos programa monetario, financiero, hay allí un camino, y allí están las medidas más impactantes que hay que tomar”.

Agregó que “ordené Jujuy sin derramar una gota de sangre, no hay cortes de ruta, terminé con el Estado paralelo, la corrupción está presa y lo hicimos con la ley y la Constitución", omitiendo que armó una suprema corte a su antojo habilitando un proceso autoritario de persecución política que mantiene presa a Milagro Sala y distintas referentes de la organización Tupac Amaru.

En común, tienen los candidatos de la derecha el ánimo dolarizador, formal o de hecho, la desregulación de la economía y la represión de la protesta social. La historia lo demuestra: en distintos roles, Bullrich, Morales y Larreta fueron integrantes del gobierno de la Alianza que en el 2001 se fue dejando decenas de muertos y un país estallado. Por su parte, el “novedoso” Milei, discípulo de Cavallo, fue asesor del genocida tucumano Antonio Domingo Bussi cuando este fue diputado nacional y allí una nota de su conducta laboral que es una constante, y es que al congreso no iba, así como en la actualidad gusta de faltar a las sesiones y a las reuniones de las comisiones.

Un dato más sobre su “palmarés” es que fue economista jefe de Máxima AFJP, una de las administradoras de fondos de jubilaciones y pensiones del esquema privatizado creado por el menemismo en los '90. Será por eso que se ha opuesto con facho fervor a la moratoria previsional aprobada en el Congreso de la Nación y que toda vez que puede ataca al sistema previsional, como puede leerse en una nota con su firma publicada por el diario La Nación el 9 de enero del 2021 titulada “Reforma previsional y hundimiento social en la que asegura, entre otras cosas, que “el manejo político del sistema previsional de reparto está hundiendo a la economía”. Será mejor que a los fondos los maneje la banca…

En síntesis, en el escenario aparecen razones de peso en el plano local, el regional y el geopolítico para que el Frente de Todos aúne esfuerzos para darle solidez a lo que queda del gobierno de Alberto Fernández.

¡Ah sí! El plano geopolítico

La OTAN, encabezada por un Estados Unidos que se lleva a toda Europa a su estela guerrera con Rusia, que de pasó en lo que invade anexa zonas de Ucrania que están en disputa desde la disolución de la URSS pero eso, amén de mencionarlo como parte del contexto internacional, no es tema de este análisis.

En lo que la aventura bélica se extiende, mientras dinamita Ucrania en su pretensión de someter a Rusia, Estados Unidos se encuentra en plena guerra comercial y por esferas de influencia con China. Zona candente es hoy el sudeste asiático con ejercicios militares de intensidad creciente del lado chino, estadounidense, taiwanés y japonés.

Por el pago sudamericano, una Argentina sometida por el FMI como consecuencia del endeudamiento decidido por el gobierno de Macri a instancias de Donald Trump y del acuerdo gestionado por Martín Guzmán generador de la diáspora del FdT es visitada regularmente por funcionarios estadounidenses que tienen una clara y confesa misión: evitar a toda costa que se lleven adelante acuerdos con China en diversas materias, y asegurarse el usufructo de los recursos estratégicos que pertenecen al pueblo argentino.

El pasado 18 del corriente se reunió con el Ministro de Defensa Jorge Taiana la Generala Laura Richardson, jefa del Comando Sur estadounidense.

En su cuenta en Twitter, Taiana contó que “dialogamos sobre varios temas en materia de Defensa". Entre esos temas, el ministro describió "los acuerdos bilaterales vigentes, la jerarquización de las Fuerzas Armadas, el equipamiento militar y la prioridad estratégica que la Argentina le asigna al Atlántico Sur".

La semana anterior quien visitó el país fue la Sub-secretaria de Estado Wendy Sherman, quien dijo que “Argentina puede salir adelante si los ciudadanos soportan el dolor a corto plazo".

Desde hace tiempo se sabe que Estados Unidos no sólo pretende controlar la explotación de litio en la región, sino que se puso como como meta evitar que China sea la co-responsable de la construcción de una cuarta central nuclear en el país, tal como lo informa Página 12 en la nota titulada “La jefa del Comando Sur de Estados Unidos vuelve a Argentina con la mira en los recursos naturales y el vínculo con China”.

Así, entre el endeudamiento, el golpe de mercado extendido en el tiempo que se traduce en inflación y corrida contra el peso, las ínfulas estadounidenses y el avance de la extrema derecha con su compendio de ideas económicas que significarían sepultar la posibilidad de la independencia económica, el negacionismo respecto de los crímenes de la dictadura y su promesa de represión, la manzana parece estar rodeada. A esto, sumarle dos aspectos y a la vez parte de un mismo esquema clave: la campaña de acción psicológica de los medios concentrados contra toda propuesta nacional-popular y el comportamiento del poder judicial que de justo, no tiene nada.

Las cuitas propias

Se sabe, el presidente de la Nación, Alberto Fernández, anunció el pasado viernes mediante un video que no será candidato a la reelección como primer mandatario.

Sin mencionar explícitamente la palabra “renuncia”, aseguró que “el próximo 10 de diciembre es el día exacto en que cumplamos 40 años de democracia. Ese día, entregaré la banda presidencia a quien haya sido elegido legítimamente en las urnas por el voto popular. Trabajaré fervientemente para que sea un compañero o una compañera de nuestro espacio político y represente a quienes seguimos y seguiremos luchando por una patria justa, con equidad y felicidad para todos y todas”. En otras palabras, entregará una banda presidencial a la que ya no aspira retener.

El anunció se dio en medio de un escenario de atentado contra el valor del peso por parte de sectores concentrados que se traduce en una marcada alza en el precio del dólar ilegal comúnmente llamado “dólar blue”, que como mercado paralelo no tiene otro objetivo que generar presión sobre la cotización oficial para generar procesos devaluatorios que los favorezcan en lo económico, a la vez que condicionan el accionar del gobierno.

De hecho, tras conocerse la decisión del presidente El dólar blue finalizó la semana a $ 442 para la venta y $ 434 para la compra. En el Banco Nación, el dólar oficial cerró su cotización a $ 225 para la venta y $ 217 para la compra.

El escenario, visto desde una perspectiva más amplia, muestra resultados muy malos en materia de pobreza e inflación en un contexto de crecimiento económico que no se traduce en una mejora en las condiciones de vida de vastos sectores sociales.

Mi nota del pasado domingo titulada “La espiral endiablada: más inflación, más pobreza, y un escenario electoral complejo” aborda esta realidad aportando los números que son de público conocimiento. “32,9% de la población económicamente activa se encontraba por debajo de la línea de pobreza al cierre del 2022 según los datos difundidos por el Indec en la última semana del pasado marzo. El índice es 1,9% superior al mostrado al final del 2021, a pesar que la economía mostró un crecimiento del 5,2% y el desempleo pasó del 7 al 6,3% lo que muestra que el crecimiento económico tanto como del empleo no se traducen en una mejora de la distribución de la riqueza. Puesto de otra manera, 18,1 millones de personas de las 46 millones que componen la población argentina son pobres, y de ellas, 3 millones 700mil son indigentes.”

La estética de la derrota

"Está claro que no logramos todo lo que nos propusimos", reconoció el Presidente, que apuntó a la herencia recibida del gobierno macrista y señaló que el Frente de Todos recibió en 2019 "un país endeudado, en recesión, en default, con alta pobreza e inflación".

"La responsabilidad y el compromiso me llevan hoy a estar convencido, sin espacio para ninguna duda que tengo que concentrar mi esfuerzo, mi compromiso y mi corazón en resolver los problemas de los argentinos", enfatizó.

A todo esto, no se han conocido voces que pidieran al presidente que reconsidere su decisión. Antes bien, la novedad esperada fue bien recibida y reconocida como “un gesto de generosidad política”.

Este vacío evidente se transforma en una razón más para que el FdT asuma el compromiso de garantizar a toda costa la solidez del gobierno hasta su final en diciembre.

La ciudad con Cristina

Ayer se realizó en la ciudad de Buenos Aires un plenario de la militancia que tuvo como principal orador a Máximo Kirchner. Allí, el diputado nacional expresó que "la birome siempre la han tenido los militantes y las militantes. El problema es que queremos escribir un nombre y el Poder Judicial quiere borrar ese nombre", a propósito de la persecución judicial que tiene en la mira a la vicepresidenta Cristina Fernández.

Dijo además Máximo Kirchner que "creo que en las muchas veces denostada actividad militante es importante que la gente participe para poder discutir un programa de gobierno", poniendo en el centro de la escena lo que para cierta dirigencia política siempre fue algo a evitar, que es la participación de la ciudadanía en la política activa, la que significa ser parte del proceso de toma de decisiones.

"Debe ser un programa claro con 10, 15, 20 puntos y el compromiso inquebrantable de cada una de las partes del Frente de Todos de llevarlo adelante." Planteada esta idea, Kirchner analizó la gestión de Alberto Fernández apuntando en un pasaje del su discurso contra el ex ministro de economía Martín Guzmán, de quien sugirió que mintió respecto del acuerdo alcanzado con el FMI que motivó su renuncia como presidente del bloque oficialista en Diputados.

También avanzó en un tema fundamental, que son las responsabilidades del sector privado al que el gobierno nacional ayudo en tiempos de pandemia para que, entre otras cosas, se pagaran los sueldos, y que con ese mismo dinero hoy “atentan contra el mismo gobierno que los ayudó”, pidiendo el compromiso ciudadano para no convalidar esas conductas.

Finalmente, convocó a participar, a convertir el enojo en participación para sí transformar la realidad en la que vivimos.

Aquí un tramo del discurso de Máximo Kirchner que vale la pena repasar:

Alberto Fernández no irá por la reelección. En el mismo video en el que lo anunció habló de las imposibilidades de su gobierno, reivindicó fundamentalmente la gestión durante la pandemia y aseguró que trabajará para que PASO (Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias) se decida quien será la o el candidato del Frente de Todos en las elecciones por venir.

Por otra parte, con el operativo clamor en pleno a la espera de la resolución de la candidatura o no de Cristina Fernández de Kirchner quien el 27 de este mes participará de un acto en el Teatro Argentino de La Plata, el escenario y sus consecuentes desafíos son evidentes: la situación social camina hacia el desborde, el endeudamiento externo y el respectivo acuerdo con el FMI son una piedra imposible de sostener en el largo plazo, la extrema derecha camina firme como no se ha visto desde la recuperación de la democracia, las corporaciones mediáticas en tríada con los sectores económicos concentrados y un poder judicial cooptado y corrompido atentan de manera constante contra las posibilidades de cierta estabilidad económica, y la presión indisimulada de Estados Unidos para someter al país a sus antojos es otro pesado condicionamiento.

No obstante en la región, con todo y sus dificultades, florecieron gobiernos nacionales-populares con un Brasil que se pone a la cabeza de los procesos de integración y de fortalecimiento de relaciones sur-sur y contra hegemónicas, y con todo y la estética de la derrota que parece haberse apoderado del gobierno, en el convulsionado interior del Frente de Todos late la posibilidad de encontrar un camino que permita superar la coyuntura y avanzar en un proceso de crecimiento.

Del acuerdo de las partes y la efectiva habilitación de los canales participación ciudadana en las grandes discusiones depende el futuro.

El futuro no está escrito es una publicación original de El Ágora Digital.