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La agresión contra Sergio Berni, en medio de la gestión de Provincia y el carancheo opositor

Este lunes el ministro de Seguridad bonaerense Sergio Berni fue golpeado por manifestantes de la UTA que protestaban tras el asesinato de un compañero durante un hecho de inseguridad poco claro. Mientras Kicillof suspendía su agenda para reunirse con el líder del gremio y avanzar en soluciones, la oposición no perdió oportunidad de intentar usar políticamente el hecho en tiempo de campaña electoral.

El crimen del colectivero

Daniel Barrientos, chofer de colectivo, tenía 65 años y estaba a un mes de jubilarse. En la madrugada del lunes conducía la unidad 87 de la Línea 620 que manejaba en el Partido de La Matanza.

En el cruce de las calles Cullen y Bernardino Escribano, en el barrio Vernazza de Virrey del Pino, cerca de las 4:30 AM, dos personas subieron armadas. En el colectivo viajaba una mujer con su hija y otro hombre, agente de la Policía de la Ciudad que no estaba en funciones.

La primera versión indicaba que Barrientos había muerto tras recibir un balazo en el pecho al quedar en medio de un tiroteo entre el policía de civil y las dos personas armadas.

Sin embargo, más tarde el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, contradijo esta versión.

"Fue un asesinato a sangre fría, sin ningún motivo, y el policía respondió a los disparos recién ahí", aseguró en rueda de prensa por la tarde del lunes.

Según esa versión, el tiroteo se habría dado debajo del colectivo, cuando los hombres armados intentaron huir tras balear al chofer e intentar robarle el bolso a la mujer.

En un video captado por cámaras de seguridad de la cuadra se puede ver el momento en que las dos personas suben al colectivo y luego descienden. En horas del mediodía, la Policía Bonaerense detuvo a un sospechoso del crimen y hay dos prófugos: la otra persona que subió al colectivo y otro hombre que los habría esperado en un auto.

La agresión e intervención de la Policía de la Ciudad

A raíz del crimen, los choferes agrupados en la Unión Tranviarios Automotor (UTA) -que vive además una interna sindical que sumó leña al fuego entre la cúpula gremial y un sector disidente- comenzaron un paro con fuerte adhesión. Los compañeros de Barrientos de La Matanza, en tanto, cortaron la General Paz a la altura de la avenida Juan Manuel de Rosas, en el límite entre Lomas del Mirador y Mataderos.

Hasta allí intentó acercarse Berni, junto a su par de Transporte, Jorge D´Onofrio, a dialogar pero fue agredido de forma violenta por un reducido grupo de manifestantes, lo cual llevó a que finalmente sea evacuado por la Policía de la Ciudad en una polémica intervención que despertó incluso las críticas del propio ministro provincial.

En ese momento se desató una dura represión de parte de la fuerza porteña, que quedó consagrada por el salvaje escudazo que un efectivo realizó contra un manifestante que no se encontraba combatiendo, sino dialogando con otro policía.

Tras ser atendido en el Churruca, Berni criticó el accionar de la Infantería porteña al afirmar que, si bien “cumplió con el protocolo”, avanzó sobre los manifestantes cuando “lo teníamos prácticamente resuelto y nos estábamos poniendo de acuerdo sobre dónde nos íbamos a reunir”.

De hecho, en los videos se oye al coordinador del operativo de la Policía de la Ciudad gritar "sacalo, sacalo", mientras Berni se resistía a ser llevado por la fuerza de seguridad porteña. "No me quiero ir", insistía el ministro, en una escena un tanto dantesca.

Los avances de Kicillof y el oportunismo opositor

Tras los incidentes y casi en coro, diversos referentes de la oposición intentaron usar políticamente el crimen y aprovecharon para hacer campaña contra el Gobierno provincial de Axel Kicillof:

"Esto sucede cuando, en vez de luchar de frente contra el crimen, se participa de un gobierno que avala la delincuencia", tuiteó Patricia Bullrich, que igual publicó un esbozo de "solidaridad" con Berni: "No admito la violencia contra la autoridad", escribió la exministra.

Horacio Rodríguez Larreta, en tanto, dijo que "estamos en contra de toda violencia" y agregó que "nos merecemos vivir en paz". El jefe de Gobierno agradeció a los "ocho policías heridos" pero nada escribió sobre el accionar de la fuerza porteña ni del ataque directo del agente que golpeó con su escudo a un manifestante.

Por su parte, el presidente de bloque del PRO en la Cámara de Diputados de la Nación y ex ocupante del cargo de Berni, Cristian Ritondo, quien encabezó la cartera cuando sucedieron múltiples hechos de inseguridad, fue muy crítico con el gobierno bonaerense.

“Uno de los reclamos más urgentes en la Provincia es por mayor seguridad y la única respuesta del gobernador es esconderse detrás de Berni", chicaneó Ritondo, antes de agregar que "el Ministro de Seguridad busca hablar con los perjudicados, pero la gente ya está cansada de las palabras y quiere hechos”.

Mientras la oposición se distendía en redes sociales para hacer campaña, Kicillof suspendió su agenda del lunes para reunirse de forma urgente con el titular de la UTA, Roberto Fernández.

Allí, Kicillof pidió avanzar con penalidades a las empresas que recibieron los fondos para la instalación de cámaras de seguridad y no las instalaron. Por ley, en 2021, el gobierno bonaerense desembolsó $2.500 millones a empresas de colectivos en lo que respecta a subsidios.

De allí se desprendía que las cámaras empresariales deberían haber avanzado en la instalación de dispositivos de seguridad. Según el Ministerio de Transporte, las empresas hicieron una inversión “a medias”: la mayoría que instaló cámaras lo hicieron sin chip, es decir, sin grabar ni posibilidad de transmitir imágenes y usaron los recursos para otras cuestiones.

La Seguridad nuevamente en el centro del debate

La cuestión de la Seguridad lleva siendo un tema de agenda política -así sea por conveniencia mediática o por inocultable realidad- desde hace más de una década. Y lo cierto es que los distintos gobiernos, con sus avances y retrocesos, no han sido capaces de resolver cuestiones de fondo que complejizan la situación.

Mientras Kicillof utiliza los recursos disponibles para intentar acercarse a soluciones, la crisis económica y política que golpea a la Argentina a nivel nacional -cuya inflación interanual ya alcanza los tres dígitos y donde cerca de un tercio de los trabajadores "en blanco" están por debajo de la línea de pobreza- sólo agrava la situación.

Tampoco ayuda una oposición olvidadiza, que no repara en que dilapidó la confianza de la ciudadanía en tan sólo un mandato y que durante su tiempo no sólo no pudo solucionar el conflicto de inseguridad, sino que pareció agravarse bajo las gestiones de los ministerios de Seguridad de Bullrich (a nivel nacional) y Ritondo (provincial). Todos amparados dentro del gran paraguas del gobierno de Mauricio Macri.

En el medio, el ataque a un ministro en funciones debería despertar la alerta de toda la dirigencia política, en el marco de un año electoral clave, con una ciudadanía desencantada que expresa lo que Cristina Fernández de Kirchner denominó como la "insatisfacción democrática".

La agresión contra Sergio Berni, en medio de la gestión de Provincia y el carancheo opositor es una publicación original de El Ágora Digital.



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