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Brasil recupera el orden público tras el intento de golpe de Estado bolsonarista

Este domingo Brasil fue sacudido cuando 4 mil simpatizantes bolsonaristas asaltaron las dependencias de los tres poderes de la República en un intento de golpe de Estado contra el gobierno de Lula da Silva. La situación fue finalmente controlada: se detuvieron a más de 400 golpistas, se destituyó temporalmente al gobernador de Brasilia y se dio un ultimátum a los bolsonaristas que acampan en los cuarteles militares.

Cerca de 4 mil simpatizantes del expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro invadieron este domingo el Congreso, el Tribunal Supremo y el palacio presidencial de Planalto, sedes de los poderes en Brasilia, generando múltiples destrozos, y exigiendo a la Legislatura y a las Fuerzas Armadas que den un golpe de Estado en contra el «gobierno comunista» del presidente Lula da Silva.

Crónica de un asalto anunciado

Las primeras columnas de bolsonaristas llegaron a las tres de la tarde del domingo 8 de enero a la avenida principal de Brasilia luego de haber recorrido unos seis kilómetros desde el Cuartel General del Ejército, cuyas autoridades les dieron cobertura desde el 30 de octubre cuando se acantonaron allí para demandar un golpe de Estado.

Con banderas brasileñas y vistiendo camisetas de la selección de Neymar, los simpatizantes de ultra derecha dieron el mayor ataque a la democracia de las últimas décadas en Brasil.

Una vez ingresados en el Planalto destrozaron muebles, decorados y obras de arte.

El persidente Lula no se encontraba en Brasilia sino en la ciudad de Araraquara, en el interior de San Pablo, para comprobar los daños causados por las fuertes lluvias en la región. Desde allí siguió los hechos y posteriormente emitió un discurso en el que apuntó contra grupos nazis y responsabilizó al expresidente Jair Bolsonaro.

Pese a las recomendaciones de que no asista a los lugares del conflicto por cuestiones de seguridad, Lula viajó hacia Brasilia y -pasado el momento de tesnión- recorrió el palacio presidencial, el Congreso y la Corte Suprema.

Antes de regresar a la capital del país, Lula ordenó la intervención federal de la seguridad, ante la omisión de la policía brasiliense, de sabida simpatías por Bolsonaro.

«Decreto la intervención federal en el distrito federal, que se limita al área de la seguridad pública, con el objetivo poner fin al grave comprometimiento del orden público«, leyó Lula en un mensaje televisado.

La intervención en Brasilia será hasta el 31 de este mes y su objetivo es poner fin a los actos de violencia en los edificios del poder público.

El mandatario remarcó que el operativo de seguridad desplegado ante la llegada de los facistas se destacó por su falencia.

«Creemos que hubo falta de seguridad y quiero decir que todas las personas que hicieron esto serán encontradas y serán punidas«, dijo Lula desde Araraquara.

«Lamentablemente, los que tenían que hacer la seguridad del distrito federal era la policía militar del distrito federal y no lo hizo; hubo una incompetencia, mala voluntad o mala fe, ustedes vieron las imágenes de cómo los acompañaban» a los manifestantes, comentó el presidente democrático.

Los golpistas que promovieron la destrucción del patrimonio público en Brasilia están siendo identificados y serán castigados”, escribió da Silva en su cuenta de Twitter. El lunes estará presente en su despacho del palacio presidencial, aunque su estado es calamitoso tras el asalto bolsonarista.

En otro momento de su discurso Da Silva también advirtió que tomará medidas frente a funcionarios que no cumplan sus responsabilidades, lo que fue interpretado como una advertencia al conservador ministro de Defensa José Múcio Monteiro, quien más de una vez parece ser el representante de los militares en el gobierno, en lugar de hacer valer las órdenes de Lula dirigidas al partido militar.

Al contrario de Múcio Monteiro, el ministro de Justicia, Flavio Dino, montó un gabinete de crisis y prometió ir hasta las últimas consecuencias con las investigaciones sobre quienes realizaron el alzamiento pero también sobre los autores intelectuales y quienes los financiaron.

Alrededor de las ocho de la noche unos 170 fascistas comenzaron a abandonar el Planalto y el Congreso, parte de ellos esposados, y luego embarcados en vehículos policiales.

La destitución del gobernador

El Tribunal Supremo de Brasil destituyó, a última hora del domingo, al gobernador de Brasilia y aliado político de Bolsonaro, Ibaneis Rocha, durante 90 días por fallos en la seguridad de la capital.

El juez del Tribunal Supremo Alexandre de Moraes indicó que «la escalada violenta» contra la sede de los tres poderes «solo podía ocurrir con la anuencia, y hasta la participación efectiva,» de las autoridades competentes por la seguridad pública e inteligencia.

Moraes también ordenó a las plataformas de redes sociales Facebook, Twitter y TikTok bloquear la propaganda a favor del golpe.

El ultimátum a los bolsonaristas

Por otro lado, el Tribunal Supremo de Brasil ha ordenado este lunes al Ejército del país desmantelar todos los «campamentos bolsonaristas» que existen en el territorio nacional en un plazo de 24 horas.

Moraes ha recalcado así la importancia de que estos campamentos -situados en territorio ajeno al Ejército- sean completamente desmantelados a medida que la Policía arresta a «todos aquellos manifestantes que aún queden en las calles» tras una jornada que se ha saldado hasta el momento con más de 400 detenidos.

En una nueva orden judicial, Moraes ha expresado que:

«Nada justifica la existencia de campamentos de terroristas, financiados con la complacencia de autoridades civiles y militares de forma totalmente subversiva y sin respeto alguno hacia la Constitución», informó Europa Press.

Moraes ha alertado, además, de que los comandantes y altos cargos de las Fuerzas Armadas, la Policía y el Ministerio de Defensa serán llevados ante la Justicia en caso de que estos campamentos sigan existiendo.

Además, ha puntualizado que las principales autovías de país, parcialmente ocupadas por la turba de seguidores, deben ser desbloqueadas a lo largo del día, según informaciones de la cadena de televisión G1.

Bolsonaro refugiado en EE.UU.

Desde principios de año, Bolsonaro realizó un viaje a Orlando, Estados Unidos, donde aún se encuentra. Desde allí afirmó que las manifestaciones golpistas fueron «democráticas» y «pacíficas«, pero que al asaltar los edificios «cruzaron una línea«.

Desde que partió hacia Florida, Bolsonaro comenzó a ser tipificado como un virtual prófugo de la Justicia por dirigentes políticos democráticos, como el senador Randolfe Rodrigues, jefe de la bancada del gobierno. Bolsonaro estaría en pánico ante la posibilidad de ser detenido.

Esto se debe a que en varias causas contra el ex presidente se torna cada vez más probable que algún juez decrete la prisión preventiva.

Entre los varios procesos abiertos en su contra están los que le imputan actos antidemocráticos perpetrados entre 2020 y 2022, período en el que incitó al golpe de Estado atacando a jueces y fogoneando a su base militante y radicalizada para que atente contra las instituciones.

Alexandra Ocasio-Cortez, diputada estadounidense demócrata, tuiteó este domingo que:

«Dos años después de que el Capitolio fue atacado vemos un movimiento tratando de hacer lo mismo en Brasil, Estados Unidos no debe conceder refugio a Bolsonaro en Florida«.

El manual «trumpista»

El accionar de los neofascistas brasileros es calcado al que desplegaron los simpatizantes de Donald Trump en Estados Unidos hace casi exactamente dos años. Cabe recordar en este punto que Bolsonaro es un fervoroso adherente a Trump y lo apoyó en su campaña de reelección (que no logró, al igual que él).

Sin embargo, en esta oportunidad los bolsonaristas demostraron un mayor poder de impacto que el trumpismo: los simpatizantes «republicanos» asaltaron el 6 de enero de 2021 el Capitolio (sede del poder legislativo). En cambio, los bolsonaristas lograron atacar las dependencias de los tres poderes.

A la derecha, el asalto trumpista al Capitlio en 2021, a la izquierda, el asalto bolsonarista de 2023.

Además, la derecha brasilera cuenta con algo que Trump sueña con conseguir en su país: la simpatía de las Fuerzas Armadas.

A pesar de sus coyunturales diferencias, las similitudes entre el accionar bolsonarista y el trumpista son notables: Así como Trump no re conoció la victoria electoral del demócrata Joe Biden, Bolsonaro no reconoció tampoco su derrota ante Lula da Silva.

Ambos se embanderan en un discurso nacionalista, conservador, religioso y liberal en lo económico. Además, sus campañas violentas también se caracterizaron por intentar imponer por la fuerza un «freno» a la «avanzada comunista».

Un dato no menor que también debe resaltarse, es que Trump y Bolsonaro son dos figuras cercanas al gurú internacional de las nuevas extremas derechas, Steve Bannon.

La similitudes entre trumpistas y bolsonaristas.

Quien también comparó ambos asalto fue la vicepresidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, quien sostuvo que las imágenes de los intentos golpistas en Brasilia «replican con exactitud» las del seis de enero de 2021 en el Capitolio de Estados Unidos y que ello «no es casual«, e instó a hacer un análisis «profundo y descarnado» sobre el avance de las «nuevas derechas«.

CFK alertó que:

«Los discursos del odio en medios de comunicación y redes sociales, la estigmatización del que no piensa igual, hasta querer inclusive suprimir su vida y la violencia son el signo contemporáneo de las nuevas derechas«.

En ese contexto, dijo que «no basta con el imprescindible repudio o la necesaria condena«.

Por ello exhortó a que:

«Quienes creemos en lo nacional, popular y democrático debemos darnos además un análisis profundo y descarnado frente a este fenómeno que más allá de la existencia de organizadores, financiadores y responsables (que siempre los hay) captura a segmentos de la población (inclusive algunos en contra de sus propios intereses económicos) para jaquear la democracia».

Y concluyó: «Confiamos en la experiencia de Lula para afrontar este verdadero desafío a la democracia del Brasil».

Brasil recupera el orden público tras el intento de golpe de Estado bolsonarista es una publicación original de El Ágora Digital.



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