La Cámara Federal porteña debe definir si la investigación en torno al violento grupo de ultra derecha Revolución Federal debe darse en la causa del atentado contra CFK o debe seguir por un carril separado. Se trata de una decisión de relevancia para el devenir de la pesquisa.
¿Quién investigará a Revolución Federal?
La jueza federal María Eugenia Capuchetti rechazó investigar al grupo de odio Revolución Federal (RF) en el marco de la causa por el intento de asesinato contra Cristina Fernández de Kirchner. Para Capuchetti, no hay relación entre esa agrupación de ultra-derecha y el atentado contra la vicepresidenta.
Ahora, el camarista federal Mariano Llorens será el encargado de resolver quién investiga al grupo responsable de escraches y violentas manifestaciones públicas.
La posible vinculación en la causa había sido señalada por la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) a partir de un informe que presentó en el expediente sobre el atentado.
A casi un mes del atentado, los planteos, rechazos y algunos vaivenes judiciales, dejan varias interrogantes claves de la investigación sin respuesta. Como quién estuvo detrás del grupo que ya está detenido: Fernando Sabag Montiel, el hombre que intentó gatillar, Brenda Uliarte, Agustina Díaz y Gabriel Carrizo.
La denuncia sobre acciones que implicarían incitación al odio y la violencia política por parte de RF tramitaba en el juzgado de Marcelo Martínez de Giorgi. El punto de partida fue una publicación de la organización que decía: “Los vamos a perseguir, van a tener miedo de salir a la calle. El robo y la corrupción en Argentina va a dejar de ser gratis por las buenas o por las malas“.
Después se supo que este grupo estaba detrás de varias manifestaciones violentas antigobierno:
- Una marcha donde exhibieron una guillotina,
- Escraches en las asunciones de Silvina Batakis y Sergio Massa con agresiones verbales y al auto del actual ministro,
- Una manifestación con antorchas y bombas de estruendo en la puerta de la Casa Rosada,
- Y hasta escraches en el Instituto Patria.
Un hilo conductor es que profieren amenazas de muerte dirigidas a funcionarios. “Al kirchnerismo cárcel o bala” es una de las consignas frecuentes.
La AFI hizo su presentación en el juzgado de Capuchetti donde aludía, con audios incluidos, a una transmisión en vivo que hizo el grupo con el título “hay que pudrirla?”. Allí el líder Johnatan Morel hablaba con otros miembros de infiltrarse entre la militancia, atacar a Alberto Fernández y también a Máximo Kirchner.
El titular de la AFI, Agustín Rossi, había señalado que:
“Rl deseo expresado y la forma de realizarlo, es exactamente lo que ocurrió en el atentado, es decir una persona infiltrada entre el grupo de simpatizantes que aprovechó la oportunidad en que la mandataria bajo a saludarlos para realizar su conducta criminal”.
Después la Unidad de Información Financiera (UIF) aportó un documento confidencial que decía que Morel había recibido una transferencia de 1.760.000 pesos antes del atentado de un fideicomiso que estaría vinculado al Grupo Caputo, por un supuesto trabajo de carpintería en Neuquén.
Capuchetti se basó en un dictamen del fiscal Carlos Rívolo y rechazó la existencia, al menos por ahora, de un vínculo entre Revolución Federal y el atentado.
La jueza dijo que tampoco el informe de la UIF muestra relación con el atentado. Capuchetti dejó una pequeña puerta abierta al decir que “tras un razonado análisis de las constancias”, se advierte “un claro estado de incertidumbre sobre la supuesta vinculación pretendida“.
Pero los señalamientos de Martínez de Giorgi, quien señaló incluso que nadie sabe si no habría otro atentado, para ella son insuficientes e incluso le recriminó que no adoptó medidas probatorias.
La postura de la jueza está a contramano de lo que expresó la vicepresidenta el viernes cuando, en su alegato en la causa Vialidad, trazó un nexo entre la acusación del fiscal Diego Luciani y la escalada de violencia que terminó con el intento de magnicidio, pero a la vez dijo sobre los cuatro detenidos: “Son la banda de autores materiales, lo tengo clarísimo a eso. Nadie puede pensar que esa banda planificó, ideó la autoría intelectual de lo que me hicieron“.
También llamó la atención sobre los abogados defensores, en particular aludió a Gastón Marano, el de Carrizo: “Sus abogados defensores eran asesores de un senador de la Nación. Su asesor defiende al que me quiso matar“.
Marano, el abogado con informes de Inteligencia
El abogado Gastón Marano es el defensor de Nicolás Gabriel Carrizo, uno de los cuatro detenidos por el atentado. El mismo, que fue asesor del senador Ignacio Torres, tuvo acceso a archivos de Inteligencia en 2021.
“El diputado Eduardo Valdés aseguró que Gastón Marano fue el único asesor de diputados y senadores que intentó participar de una reunión de la Bicameral de Inteligencia. Ante esta situación, Oscar Parrilli le tuvo que pedir en reiteradas oportunidades que se retire”, detalló el periodista Juan Amorín en el canal C5N.
“Leopoldo Moreau contó que fue a una sala en la que no acceden muchas personas, que está vigilada porque no se puede sacar fotos de lo que leen. Y él leyó todo el informe de Inteligencia 2021. Algo que solo tienen acceso los legisladores de la Bicameral”, aclaró la periodista Rosario Ayerdi en el mismo programa.
En la misma línea, el diputado Eduardo Valdés había resaltado en otro programa del mismo canal que “no es casualidad que un abogado como Marano defienda a los integrantes de la banda de los copitos“, en sintonía con los comentarios de la vicepresidenta.
La estrategia de Marano
Mientras tanto, el letrado piensa utilizar un chat de Carrizo con Uliarte como “prueba” para lograr su excarcelación.
La defensa de Carrizo, compuesta por los abogados Gastón Marano y Brenda Salva –otra ex asesora de legisladores del PRO-, comparecerán por una audiencia de apelación contra el rechazo a la excarcelación de Carrizo. Allí plantearán que la decisión de la jueza Capuchetti fue equivocada porque el imputado nunca se opuso ni ofreció resistencia a su detención y entregó el contenido de su celular voluntariamente.
Ahora, su defensa presentará un intercambio de Whatsapp que mantuvo con Uliarte, días después del atentado. En el mismo, Carrizo le recriminaría a Uliarte que mintió en la entrevista que la banda brindó al canal Telefé, “quedamos como mentirosos”, le habría reprochado.
Uliarte le respondió diciéndole que “estaba nerviosa”, y la secuencia continúa de la siguiente forma:
- Carrizo: “Ahora, por favor te lo pido, o sea, vamos con la verdad, vamos a decirle la verdad, y la verdad es que nosotros no sabíamos lo que iba a hacer y yo estoy seguro que vos no sabías”.
- Uliarte: “Sí, pero me quieren dejar pegada, estoy hasta la pi…, no sabía que iba a hacer eso”.
Sin embargo, existen numerosos chats previos y posteriores en los que Carrizo y Uliarte hablan sobre atentar contra la vida de la exmandataria, y el jefe del negocio de copitos incluso se muestra orgulloso del accionar de su empleado.
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