El último informe del INDEC informó que la canasta básica alimentaria creció por encima de la inflación; y, por otro lado, registró también un descenso de la desocupación, llegando al índice más bajo desde 2016. Sin embargo, también aumentó considerablemente el trabajo no registrado y la precarización laboral.
El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) informó este miércoles que la canasta básica alimentaria (CBA) tuvo una suba del 7,1% en el mes de agosto, y suma 81,4% en un año, casi tres puntos más que la inflación registrada en el mismo periodo cuando alcanzó el 78,5% .
Una familia de cuatro integrantes necesitó $119.757 en agosto por para no caer bajo la línea de pobreza, y $52.990 para superar la de indigencia. En tanto que para un solo adulto la canasta básica total valió $38.756 en agosto y la canasta de alimentos $17.149.
Recuperación económica
En la foto general, la economía nacional registró en el segundo trimestre una mejora del 1 por ciento respecto de los tres meses anteriores, con lo cual al cierre del semestre acumulaba un avance interanual del 6,5 %.
La crisis política al interior del gobierno, el impacto de lleno de la guerra en Ucrania y las propias debilidades económicas internas hicieron que el desempeño general empeorase en la segunda parte del año. Las estimaciones de crecimiento para diciembre se ubican, de acuerdo a los cálculos de las consultoras privadas, en torno al 3,3 %.
“En esta primera mitad del año, la economía acumula un crecimiento anual de 6,5%. De este modo, la actividad no solo logró recuperarse de la crisis que trajo la pandemia, sino que, además, se encuentra 3% por arriba del nivel de producción del mismo período de 2019”, manifestó el miércoles el ministro de Economía, Sergio Massa.
Y remarcó:
“Esta recuperación se da en un marco generalizado, 15 de los 16 sectores que conforman la economía tuvieron incrementos de actividad. Se destaca la industria manufacturera con un 7,7% interanual y el comercio 9,7% en el mismo período.”
Todavía tenemos problemas por resolver, pero estamos convencidos de que el desarrollo con inclusión se construye sustentable en el tiempo; con un mercado interno que traccione la producción y que esté acompañado por mayor inversión.
Ese es el camino que pretendemos recorrer.— Sergio Massa (@SergioMassa) September 21, 2022
La fotografía de la situación macroeconómica a junio servirá para medir el impacto de la seguidilla de tensiones que se fueron acumulando en lo que va del segundo semestre: la corrida en contra de los bonos del Tesoro en pesos, que se tradujo en presión sobre los dólares paralelos y, en medio de la parálisis del Gobierno por los debates internos acerca de qué hacer, la renuncia de Martín Guzmán, el reemplazo por Silvina Batakis y el posterior cambio en favor del actual ministro Massa.
Cae el desempleo
Por otra parte, durante el segundo trimestre de este año la actividad económica creció un 6,9% con relación al mismo período del año anterior. La desocupación cayó al 6,9% de la población económicamente activa. Se trata del índice de desocupación más bajo desde 2016.
El dato implica una contracción del desempleo de 2,7 puntos con relación al mismo trimestre del año anterior. Al mismo tiempo el informe da cuenta de un incremento sensible en la tasa de actividad que se encuentra en un 47,9% cuando un año atrás llegaba al 45,9% de la población.
“La tasa de desempleo en el segundo trimestre fue del 6,9%, la más baja desde la recuperación del INDEC a comienzos de 2016. Un buen dato en el marco del aumento de la precarización ocupacional y del deterioro salarial”, destacó Luis Campos, coordinador del Observatorio del Derecho Social de la CTA.
Aumenta el trabajo informal
Sin embargo, a la hora de desglosar la evolución del empleo surge que se ha profundizado sensiblemente la precarización laboral.
Mientras un año atrás del total de la población, el 30,1% se insertaba en el proceso productivo bajo la forma trabajador asalariado y un 9,5% lo hacía bajo esa modalidad pero sin gozar de descuento jubilatorio, en el segundo trimestre de este 2022 los asalariados totales representaban un 32,8% de la población total pero los no registrados ascendían al 12,4%.
Dicho de otra forma, del millón y medio de empleos generados 1,2 millones corresponden a trabajadores asalariados sin registrar equivalentes a ocho de cada diez puestos creados.
Según los datos oficiales, los empleos registrados decrecieron en poco más de cinco mil puestos pasando del 20,6% del total de la población hasta el 20,4%. Por eso, el trabajo no registrado representa hoy el 37,8% del total de los asalariados cuando, un año atrás, alcanzaba el 31,5%.
Las modalidades de empleo que crecieron, además de la de los asalariados no registrados, fueron los cuentapropistas que pasaron del 9,6% del total al 9,9% y los patrones que representaban un año atrás el 1,5% del total y ahora subieron al 1,6%.
A la vez surge una mejora entre los trabajadores de menor edad toda vez que, dentro de la población desocupada se destacan las variaciones negativas de 8,5% para las mujeres de 14 a 29 años que pasaron del 22,4% al 13,9% mientras que, en el caso de los varones, se registró una contracción del desempleo de 3,5% pasando del 16,1% al 12,6% para el mismo rango etario.
La denominada “presión sobre el mercado de trabajo” evidenció una disminución de 3,6 puntos porcentuales pasando del 32,4% al 28,8% en la medida en que la tasa de subocupación se redujo del 12,4 % al 11,1% mientras la población ocupada plena se incrementó desde el 22,6% hasta el 26,1%.
En lo referido a las ramas de actividad de la ocupación principal se destaca un incremento en la proporción del sector de comercio de 1,4 puntos porcentuales pasando del 17,7% al 19,1% así como en la industria manufacturera que pasó del 10,9% al 11,6% y el servicio doméstico que escaló desde el 5,8% hasta el 6,6% del total.
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