El artículo 592 del Código Penal español indica que "Serán castigados con la pena de prisión de cuatro a ocho años los que, con el fin de perjudicar la autoridad del Estado o comprometer la dignidad o los intereses vitales de España, mantuvieran inteligencia o relación de cualquier género con Gobiernos extranjeros, con sus agentes o con grupos, Organismos o Asociaciones internacionales o extranjeras".

Sin embargo, los jueces españoles, no abrirán causa contra Pablo Casado, sospechado de traición por haber mantenido varias reuniones telemáticas con líderes políticos marroquíes, días antes de la provocada crisis migratoria en Ceuta y durante una tensa relación diplomática España/Marruecos suscitada por la entrada irregular a España del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali (Secretario general del Frente Polisario y presidente de la República Arabe Saharaui Democrática), ingresado con covid en un hospital de Logroño, intercediendo en cuestiones comprometidas para España y de intereses vitales para finalmente golpear al gobierno de España en plenos del Parlamento desprestigiando su imagen en el extranjero, posicionándose en favor de los intereses marroquíes. Y mucho que explicar con su relación con los lideres de un partido político marroquí, semanas antes de la crisis migratoria, que reivindican en forma radical la anexión de Ceuta y Melilla a Marruecos.

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El conflicto diplomático con Marruecos no es el único que ha utilizado el líder del Partido Popular para tratar de desprestigiar la política exterior de España, sucedió recientemente, haciendo peligrar el fondo anticrisis dispuesto por la Unión Europea para España de 1.500 millones para hacer frente a las consecuencias del covid-19 y se alineó con las políticas de los países obstruccionistas de la Unión Europea, para evitar la ayuda directa en beneficio del Estado Español.

También Pablo Casado le echó en cara a Sánchez durante el proceso del Brexit, instigando a Exteriores para presionar al Reino Unido una cosoberanía de Gibraltar

Como si fuera poco, desde la ciudad belga, en Bruselas, afirmó en declaraciones a la prensa que Sánchez buscaba "atacar la separación de poderes", "la independencia judicial" y, "en definitiva, debilitar la democracia española", mientras obstruía y obstruye en España la reelección de los Jueces del Consejo General de la Judicatura.

Si bien durante la crisis pandémica se ha puesto de manifiesto claramente la presión mediática alineada con las pretensiones de las derechas políticas de España, no menos es sorprendente, que en estas cuestiones de política exterior de la crisis con Marruecos y la intervención indirecta de Pablo Casado en el asunto en contra del Estado Español, no se haya apuntado ninguna tinta y aún más inexplicable es que los Jueces españoles, no investiguen, ni juzguen al líder del PP por el presunto delito de traición. Aunque recientemente, muy tibiamente, una asociación contra la corrupción que lidera el juez Fernando Presencia ha pedido a la fiscalía que investigue las acusaciones de alta traición de Pablo Casado contra el Estado Español.