Las escandalosas políticas de las derechas de Bolsonaro en Brasil, el golpe de estado en Bolivia por parte de una minoritaria franja de las derechas/religiosas, la represión, persecución y genocidio de agentes sociales en Colombia por parte del gobierno de la derecha y la gestión de Donald Trump en Estados Unidos que influyó en estas cuestiones e incluso a la Unión Europea para involucrarse en asuntos internos de Venezuela, aceptando como Presidente a Juan Guaidó sin haber surgido de las urnas y promotor de varios intentos de golpe de estado en aquel país con fuertes recursos económicos de los EEUU:

Finalmente, la Unión Europea, ante la escalada política contra las democracias, por parte de las derechas políticas en América y Europa, la toma del Capitolio reciente en EEUU, ha reconocido por fin que Juan Guaidó no es el presidente de Venezuela, Definitivamente ha dejado de reconocer al líder opositor como presidente interino de la república venezolana que preside Nicolás Maduro, tras haber posteado sin piedad en sus redes de alcance internacionales una vieja estrategia propagandística inventada por Joseph Goebbels contra gobiernos progresistas en América latina.

Desde España, Pablo Casado, líder del Partido Popular y obviamente con el apoyo de Vox, aprovechó igualmente la situación para recibir oficialmente a Juan Guaidó como presidente de Venezuela y apañarse a si mismo como líder de las "pseudos" democracias que llenó titulares de la prensa española muy afinadas al Partido Popular.

La toma del Capitolio por partidarios del presidente de EEUU, el hombre de las derecha estadounidense, Donald Trump, fue la gota definitiva de esta fanfarria vomitiva a las democracias que descubre y refleja el verdadero y poderoso fin de estos partidarios que contra la voluntad popular, no tienen empacho en promover y provocar golpes de estado para consolidarse en el poder cuando los votos de los ciudadanos le son adversos.

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