El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, ha permitido que se incumpliera el estado de alarma este domingo en Valencia. La Policía Local de Valencia y la Policía Nacional tuvieron que cerrar el recinto religioso tras registrarse un tumulto al salir la ceremonia de la fiesta patronal a las puertas del templo.
El arzobispado sostiene por su cuenta que no ha incumplido las normas, cuando en realidad el incidente ha sido fotografiado y grabado ya que un equipo de televisión de la 8 estaba en el lugar para captar la escena.
El alto prelado, otra vez vuelve a reincidir y protagonizar el espectáculo desagradable, exponiendo la vida de la gente, utilizando su alto rango en la Iglesia en artera campaña de desprestigio al gobierno de España "con premeditación y alevosía".
Aunque Cañizares asegura, que la misa se realizó a puertas cerradas,  sin embargo, el vídeo muestra que las puertas de la basílica se han abierto para que la celebración religiosa en honor de la patrona de Valencia saliera al exterior, donde esperaban las cámaras y los fotógrafos exprofesamente preparados fuera del culto religioso y por lo que ha causado una aglomeración de personas y policías en la tarea de disuadir la manifestación.
Agentes de la Policía Local y de la Policía Nacional han procedido al cierre de la basílica tras lo sucedido. Cuestión que, sin importar el riesgo de vidas humanas en juego en esta pandemia, el alto prelado certeramente ha provocado lo que realmente quería provocar, la crispación social.
Máxime teniendo en cuenta que las tres capitales de provincia de la Comunidad Valenciana, deben mantenerse en la fase cero de la desescalada por cuanto no han superado el alto riesgo de contagios de la pandemia.
No será sorpresa ante esta maniobra de Cañizares que una cadena de la prensa conservadora y de ultra derecha española, utilicen el episodio para seguir sumando confusión, dramatismo y miedo a la gestión del gobierno.