En Carmona, el Rey Castellano Pedro I tomó la decisión de restaurar el antiguo palacio musulmán, conocido hoy como el Alcázar de Arriba o Alcázar del rey Don Pedro, que hace referencia al mismo rey castellano Pedro I el Cruel, ordenando reforzarlo con una nueva barbacana y dos grandes torres cuadradas. 

Es conocido y llamado popularmente el Alcázar de arriba, distinguiéndolo del otro Alcázar visible en Carmona, el Alcázar de abajo y Puerta de Sevilla. Otra denominación por el que se conoce al lugar que nos ocupa es el Alcázar de la Puerta de Marchena, aunque viene siendo menos utilizado y suele asociarse siempre el Alcázar de arriba con el rey Don Pedro.

En lucha constante con sus hermanastros, sus ejecuciones y represalias le valieron a este rey castellano para ser apodado el Cruel, aunque siglos después algunos le vieron como un rey firme que sólo aspiraba a hacer valer sus derechos frente a la rebeldía de su medio hermano. La guerra que asoló a la corona de Castilla estuvo encabezada por Pedro I contra el futuro Enrique II de Trastámara, ya que ambos se consideraban legítimos reyes tras la muerte de su padre, el rey Alfonso XI.

Este edificio, por lo tanto, fue reconstruido en el siglo XIV por el rey Pedro I de Castilla, al igual que ocurriera con el llamado Palacio mudéjar en el interior del Real Alcázar de la ciudad de Sevilla. Se encuentra situado al oeste del recinto amurallado y en el punto más alto de la ciudad de Carmona. Se accede al mismo por un gran arco de herradura apuntado, el Patio de Armas está defendido por tres torres y desde su terraza se tiene una muy buena perspectiva de la vega de Carmona. 

El Alcázar de arriba tiene forma rectangular y está defendido en la parte norte y oeste por un foso. El origen del palacio probablemente sea musulmán -siglo XII- y fuese residencia del reino de taifa y, aunque no hay evidencias arqueológicas, esta fortaleza podría haber sido usada por los birzalíes para poner en jaque a la taifa de Sevilla. 

Tras la reconquista, el Alcázar fue tomado por los cristianos y reconstruido en gran parte, presentando semejanzas con el ya citado Real Alcázar de Sevilla, principalmente porque el rey Pedro I era un apasionado del estilo mudéjar. Dentro del recinto, una vez superada la puerta y arco de herradura, se accede al cuerpo de guardia que da paso al mencionado Patio de Arma, componiendo un espacio rectangular. 

Contaríamos con tres líneas de muralla. La que cierra el patio se refuerza con diversos torreones, entre los que destaca la Torre del Homenaje. En el siglo XIV, el rey Pedro I ordenó llamar a artesanos de Sevilla para avanzar la construcción de otras dos torres, además de una torre barbacana así como una puerta exterior. 

También entonces se llevó a cabo el diseño del interior de las estancias de este Alcázar de arriba convirtiendo la fortaleza en un suntuoso palacio, aunque de las yeserías y columnas de mármol que se instalaron entonces hoy no se puede apreciar ningún resto en el Alcázar. 

Los arqueólogos hablan de un enorme rectángulo de dos recintos, uno dentro del otro y separados por muros y barbacanas, excepto en su costado oriental en donde ambos se apoyaban en la muralla que tuvo hasta nueve torres. En la época de los llamados reyes católicos se construyó el primer fortín de artillería de la península y aquí levantaron el cubete -que aún podemos observar en la esquina de las murallas- y embellecieron las dependencias reales de este Alcázar. 

Este Alcázar de arriba fue muy severamente dañado por el terremoto de Carmona del año 1504 y, posteriormente, por el también terremoto de Lisboa en el año 1755. Éste último terremoto causó tal deterioro en esta construcción que terminó provocando el abandono del lugar. 

En definitiva, el Alcázar de arriba en Carmona, que hoy vemos bastante deteriorado, sería en su origen una fortaleza militar de bastante importancia en su época contando con foso defensivo, dos puertas a ambos lados y las varias murallas que lo rodeaban. Incluso se defendía del exterior en la zona de más difícil acceso, la del escarpe del Alcor. 

En el año 1976, en uno de sus ángulos, se construyó el Parador de Carmona, que sigue una estética similar al estilo mudéjar. No es posible acceder al interior, pero sí constatar que el recinto interior fue muy modificado para su actual uso. La Plaza de Armas se aprovechó como aparcamiento y la Casa Real y sus habitaciones constituyen salones y dormitorios. El estilo del actual Parador vino determinado por su pasado,  que en forma de yacimiento lo rodea, y todo el conjunto impresiona por su ubicación y su antigüedad.