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Alhambra de Granada. Jardines del Partal.


El Partal ocupa una extensión de terreno poblado de explanadas y Jardines escalonados en paratas. Los jardines están situados junto a la notable construcción nazarí del palacio del Partal, siendo la llamada torre de las Damas su elemento mejor conservado. Partal viene del término árabe equivalente a la palabra pórtico, que haría referencia a su elemento arquitectónico exterior más vistoso, es decir, el pórtico abierto de cinco arcos angrelados que se refleja junto con la torre en el agua de la gran alberca rectangular.

Estos jardines estuvieron antaño ocupados por hermosas residencias, donde vivieron las familias más ilustres de la Alhambra. Los jardines se extienden desde la torre de la Rauda o cementerio real hasta la explanada en la que se encuentra la torre de las Damas. La disposición original del sector se corresponde con una serie de aterrazamientos o paratas que, siguiendo los niveles del terreno, ascienden desde la misma muralla de la fortaleza, elevada sobre la margen izquierda de la cuenca del río Darro, hacia la zona alta de la Alhambra, colonizando y urbanizando lo que sería el primer asentamiento palaciego de época nazarí.


Los jardines del Partal que contemplamos hoy son de reciente creación y no de época musulmana, aunque hay que decir que en este mismo lugar se encontraban los jardines originales que rodeaban los palacios reales de época nazarí, distribuidos también de forma escalonada y que, posteriormente, ocuparon en gran parte los aposentos del palacio del emperador Carlos V.

Cuando se realizaron las excavaciones e investigaciones en esta zona aparecieron restos de edificaciones, cuyos muros y pavimentos incompletos apenas superaban el metro. Se optó por ajardinar toda la zona y volver a dotar de agua los restos de los estanques, canalillos y fuentes que se encontraron. Estos jardines sirvieron, por tanto, para embellecer y acondicionar unos restos arqueológicos que albergaron en época musulmana los palacios y residencias de la aristocracia de la época.


A partir del año 1924 fue cuando se realizaron en esta zona del Partal la serie de excavaciones que permitieron realizar un estudio en profundidad de los restos de edificios y estructuras de aljibes y otras construcciones nazaritas en ruinas. Los arquitectos tuvieron el acierto y la sensibilidad suficiente para acometer estas reformas preservando el trazado y los detalles arquitectónicos de los patios, aljibes, canales y variadas construcciones que descubrieron e integrarlos en la reforma de los nuevos jardines, conservando de alguna manera el espíritu y el trazado primitivo de este lugar.


De este modo, desde mediados del pasado siglo, se fueron completando una serie de adquisiciones y expropiaciones de pequeñas propiedades particulares existentes en esta zona que propiciaron la realización de las sucesivas exploraciones arqueológicas. Se consolidaron muros, pavimentos y elementos arquitectónicos, conformándolos con plantaciones complementarias, haciendo de la integración de restos arqueológicos, consolidación arquitectónica, vegetación y paisaje, un feliz modelo que ha tenido gran influencia en la imagen de la Alhambra.

En estos jardines podemos encontrar aún los restos de varios palacios de la nobleza. El más importante de ellos fue el palacio de Yusuf III o palacio de los condes de Tendilla, siendo al parecer de planta similar a la del palacio de Comares. Tristemente este palacio fue demolido en el siglo XVIII y de él se dice que era uno de los más suntuosos del conjunto de la Alhambra. Lo primero que pensamos al contemplar los restos del palacio de Yusuf III es cómo pudo desaparecer casi en su totalidad un edificio de tal belleza y envergadura.

restos del palacio del sultán Yusuf III

El tamaño de los restos de lo que fueron sus baños indica que estos tuvieron que pertenecer a una gran construcción y por las dimensiones de su alberca, muy similar a la del patio de los Arrayanes, nos ayuda también a hacernos una idea del tamaño de aquel palacio. A la cabecera de su patio puede observarse la base de lo que fue la estancia principal del palacio: una torre ante la que se extendía una galería porticada, abierta al patio. Hoy, reducida la edificación al recrecido de los muros estructurales, se ha configurado en una terraza que, al igual que en la etapa medieval, posee una de las perspectivas más hermosas de la Alhambra.

alberca del que fue palacio de Yusuf III

La topografía escalonada de los jardines y construcciones en el Partal, ayuda a dar una vista realmente grandiosa y bella, no solo de los jardines y los juegos de agua, sino también de una visión general de sus construcciones y antiguos muros, torres, fuentes y aljibes que acompañaban a las construcciones cortesanas en la época de Al-Ándalus en torno al palacio del Partal. 

El agua, en su recorrido por los múltiples canalillos bajo el sol, creaba la sensación de hilos de plata deslizándose entre las terrazas arboladas llenas de verdor y miles de flores. A día de hoy, el famoso estanque del Partal refleja en sus quietas aguas la fachada y el bello pórtico del palacio del Partal. El agua es la vida misteriosa y mágica de la Alhambra ya que produce la vegetación espectacular de los jardines, el máximo esplendor de los arbustos florecientes y descansa en las albercas que reflejan las elegantes salas porticadas.




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