Edificio de las naciones unidas - Nueva York (EEUU)
"Un silencio sepulcral reinó pronto sobre aquella gran hueste que sitiaba a Lieja. Durante largo tiempo los gritos de los Soldados, repitiendo sus contraseñas y tratando de unir sus diferentes Banderas, sonaron cual aullidos de perros asustados buscando a sus amos. Pero al fin, dominados por el cansancio producido por las fatigas del día, los dispersos soldados se aglomeraron bajo el primer abrigo que encontraron, y los que no encontraron ninguno, se tendieron bajo las paredes, setos y otros objetos similares de protección para esperar la mañana, una mañana que algunos de ellos nunca habían de contemplar."
Quentin Durward - Walter Scott