La misteriosa casona de La Unión.

Un gran estilo colonial en cemento, ladrillos y piedra exterior sobre la fachada, pisos de madera y otros con baldosas coloniales, algunas de las cuales al día de hoy aún se encuentran colocadas.
Cuando se inauguraba una casa nueva, era bendecida colocándoles como altares o congales, a la Virgen María, algún santo en particular o una frase en latín.
Las noveles propietarias tenían procedencia vasco-francés, por lo cual no era de dudar que quizás, trajeran consigo alguna costumbre de sus ante pasados.
Dos años aproximadamente tardaría en construirse; una vez allí colocan una placa en la entrada de la casa, con una pequeña leyenda en latín referida a San Francisco de Asis, consagrada como era habitual.

Conforme pasaron los años las hermanas tenían un peculiar estilo de vida.
Darían alojamiento por pocos días o noches a determinada gente trabajadora del barrio, prueba fiel de ello fue el señor Primo Zucotti.
Un dato muy curioso que se ha contado: las hermanas tenían planificado su velorio, tal así que se hicieron y cosieron a mano sus propias mortajas para cuando llegara el día de su fallecimiento. La única persona que sabría de aquel tema era la criada que tenían trabajando con ellas.

Entrando en la vejez, las hermanas fallecen en la casa. Cuando todo parecía que era normal, empezaba una historia que se remontaba al pasado.

Nuevos dueños pasaban, compraban, vendían. Uno de ellos fue mi abuelo en el año 1976. Muy pequeña, recuerdo que era una casa muy oscura, de techos muy altos, pisos  de madera que crujían constantemente, todo era antiguo por más que estuviéramos en épocas
" modernas" por así decirlo.
Mi abuelo paterno quien fue uno de los últimos propietarios, le habría contado a mi padre que en aquella casa se habrían muerto 2 hermanas y que en supuestos, habrían escondido debajo de los pisos de madera, monedas y documentos (era difícil de creer) y mi padre cuando empieza a reformar parte del a casa, manda a levantar aquellos pisos.
Contrata un detector de metales para sacarse de dudas de aquello comentado que lo habría dejado muy intrigado.
Pues encontró efectivamente monedas de la época aquella y las empeñó (nunca las vi), solo tenía 4 años.

Unos de mis hermanos temían ir a otra habitación porque dentro de aquella oscuridad y sin ventanas, lo abrazaba el temor.
Éramos una familia de 5 integrantes, yo era la más chica de todos. Cada uno empezaba a notar cosas extrañas pero no se hablaba del tema; así que ni modo,cada quien a lo suyo.
Cosas extrañas pasaban, pero como éramos una familia grande, cada quién pensaba que era el otro hasta que sin explicación aparente, se empezaban a abrir cajones de muebles de forma misteriosa y frente a uno o el otro. Se apagaban las luces o se encendían solas.

El aire dentro del lugar era denso, pesado. Siempre se sentía como acompañado, como si no estuviera solo. Había una habitación en particular que cada vez que se ingresaba, se sentía incómodo.
En una ocasión,  mientras mi madre y yo estábamos charlando de lo más divertidas, un cuadro colgado en la pared, de repente, sin motivo alguno literalmente " vuela " hacia delante, sale expulsado. Sabemos que todo cuadro u objeto, sea por ley de gravedad o porque la pared/ tornillo se desgasta, cae al suelo.
El tiempo pasaba y eran las mismas situaciones. Largos años así hasta que empezaron a pasar otras cosas. Aquello ya salía de lo racional.
La sensación de que alguien te tomara del cabello, lo acariciaba. Sentir manos en un hombro, en la cabeza, un dedo en la espalda; durmiendo se sentía cómo con las manos alguien te tomaba de una pierna. Ver pasar sombras oscuras continuamente, nunca definidas como "personas". Solo sombras. Todos percibían lo mismo pero nunca se hablaba, se trataba de dejar de lado. Teníamos mascota pero siempre se dejaba en el patio trasero. Nunca dentro de la casa.

Otros tantos años pasaron y a partir de 2009 me quedé en aquella casa. Por diferentes motivos, el  resto de la familia se muda a otros lugares.
Para ese entonces estaba en pareja. Teníamos 2 canes. Entonces las situaciones empezaron a notarse mucho más.
Estando en la casa, sola y haciendo tareas domésticas, siempre había una mujer que me observaba desde un corredor. Y cuando digo mujer es porque se hizo presente como tal, inconfundible.
Quedé estática cuando la vi claramente y aun así, sin creerlo. Se aparecía a cualquier hora, en cualquier punto de la casa. Mujer de metro 70, cabello castaño oscuro, vestido blanco con puntilla.
Su cara no era definida (borrosa).
Aquella "persona" llamaba la atención a como dé lugar abriendo cajones, tirando objetos, corriendo las cosas de lugar, pasándome la mano por el pelo, tocándome  el hombro....y digo esto porque mi mente automáticamente empezó a asociar aquellos sucesos con la mujer que yo estaba viendo. No tenía otra explicación hasta ese momento.
A partir de allí siempre estuve acompañada pero era raro y temeroso al mismo tiempo. "Ella" llamaba la atención constantemente.
No se lo comentaba a nadie porque claro, necesitaba corroborar que aquello era lo que era de alguna manera y nadie me iba a creer, lógico.
Salvo un día, que la pareja de ese momento que yo tenía, por esas cosas queda parado mirando hacia un corredor, tieso, sin hablar y con cara de espanto.
Fue la primera vez que otra persona que no fuera yo, veía lo mismo.