El Krampus es una figura de la mitología y folclore alpino, especialmente arraigada en las tradiciones de Austria, Baviera, Suiza, Hungría, y algunas regiones de Italia. Esta figura se asocia comúnmente con las celebraciones de la Navidad y se caracteriza por su aspecto demoníaco y su papel como antagonista de Santa Claus o San Nicolás. El Krampus es la antítesis de la generosidad y la benevolencia de Santa Claus, ya que representa la oscuridad y la disciplina.
Su nombre se deriva del vocablo alemán krampen, que significa garra. Sobre su origen, se cree que esta bestia legendaria es hija de Hel en la mitología nórdica
El Krampus es representado como una criatura demoníaca con una serie de características distintivas:
- Pelaje oscuro o negro: Suelen estar cubiertos de pelo negro o marrón, lo que les da un aspecto peludo y bestial.
- Cuernos: Los Krampus suelen tener cuernos retorcidos en la cabeza, similar a los de un macho cabrío.
- Lengua larga y roja: En algunas representaciones, se muestra al Krampus con una lengua larga y roja que cuelga de su boca.
- Garras afiladas: Sus manos y pies suelen tener garras afiladas.
- Cadenas y campanas: A menudo lleva cadenas y campanas que tintinean cuando se mueve.
- Cesta o saco: A veces, lleva una cesta o un saco en la espalda para llevarse a los niños traviesos.
El Krampus desciende de las montañas y los bosques durante las festividades de la Navidad, en particular, en la noche del 5 de diciembre, conocida como la Noche de Krampus (Krampusnacht). En esta noche, se supone que el Krampus sale a las calles para asustar y castigar a los niños traviesos y desobedientes. Es común que los adultos se disfracen de Krampus y participen en desfiles y festivales en algunas comunidades, asustando a los espectadores.
En la tradición, el Krampus es considerado el compañero oscuro de San Nicolás o Santa Claus. Mientras que San Nicolás premia a los niños buenos con regalos y golosinas, el Krampus se encarga de aquellos que han sido desobedientes o malos. En algunas regiones, es costumbre que San Nicolás y el Krampus visiten las casas juntos durante la temporada navideña.
La existencia de esta criatura era una creencia común en aldeas de los Alpes, en especial por las tierras de Austria y Hungría. Su antigüedad puede rastrearse hasta diez mil años atrás, mucho antes del nacimiento de Jesucristo.
La influencia alemana del siglo XIX esparció el mito del Krampus en Croacia, la República Checa, Eslovaquia e incluso llegó hasta el norte de Italia. Las raíces nórdicas de Europa fomentaron la tradición del Krampus. En la edad media de Europa las fiestas navideñas se asemejaban más al día de brujas “Halloween” porque los campesinos se disfrazaban del demonio navideño para salir a pedir bebidas y comida.
Hoy en día, el Krampus ha experimentado un resurgimiento en popularidad en muchas partes del mundo. Se celebran desfiles y festivales de Krampus, donde personas disfrazadas de la criatura recorren las calles asustando a los espectadores. Estas celebraciones son una mezcla de diversión, folclore y tradición.
En resumen, el Krampus es una figura del folclore alpino que representa la contraparte oscura de la Navidad, destinada a asustar a los niños desobedientes. Aunque su origen es antiguo, sigue siendo una parte viva de las festividades navideñas en algunas regiones de Europa, donde las representaciones públicas y desfiles del Krampus son un evento anual emocionante.
