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AUTOBIOGRAFÍA DEL PADRE CASTILLO - XXVIII


XXVIII


Con ocasión de unas rigurosas tercianas que tuve luego que pasó aquesta fiesta, no pude negociar y diligenciar que se comenzase luego a habitar esta  casa de las Amparadas de la Puríssima,·con que comenzaron en la ciudad con censuras, murmuraciones, mentiras y testimonios a querer desacreditar esta obra de tan grande servicio y gloria de Dios, algunos de mal corazón y depravada intención, y otros, que por la obligación de su·estado la habían de acreditar y apoyar, pero presto levantó Dios la mano no para descargar con el castigo que merecían, sino para taparles las bocas y confundir su malicia: porque restituyéndome la salud la misericordia y piedad divina, por medio e intercesión de la Santíssima Virgen María Nuestra Señora, procuré y solicité se restituyese su crédito y grande estima a la casa de las Amparadas de la Puríssima, dándose feliz principio a su habitación el sábado 3 de Mayo, día de la Invención de la Santa Cruz, de este año de mil seiscientos setenta. Este día se comenzó a habitar esta casa de las Amparadas de la Puríssima, entrando Abadesa y portera muy virtuosa y de mucha prudencia y celo, y otras siete mujeres mozas desengañadas. Para más solemnidad, regocijo y fiesta de aquesta entrada, la música de la Cathedral cantó a la tarde en la Capilla de la dicha casa el Te Deum laudamus en hacimiento de gracias y la Salve a la Santíssima Virgen Nuestra Señora, a que asistió su Excelencia el Excelentíssimo Señor Conde de Lemos con toda la Real Audiencia y el Ilustre Cabildo de esta ciudad; cantó la oración a la Salve el Padre Ignacio de las Roelas, de la Compañía de Jesús, Rector del Colegio de San Pablo, a quien asistieron otros dos Padres con capas, y otros muchos Padres y hermanos también de la Compañía, con que esta función se acabó feliz y lucidamente.

A 28 de Mayo de este año de 1670, a las nueve de la mañana, habiendo confesado y comulgado las Amparadas de la Puríssima, recibieron el hábito y traje con que todas andan vestidas, que es saya y-jubón de estameña con una imagen de plata de la Purissima pendiente del pecho con un cordón de seda blanco y azul, con tocas y un velo negro.

Este mismo día, así como dieron las doce, comenzaron a repicar con gran solemnidad, en la Cathedral y en todas las iglesias de esta ciudad, publicando la colocación del Santíssimo que llevaron en procesión solemne esta tarde a la dicha casa de la Puríssima, de que hizo una relación e imprimió por orden de su Excelencia el doctor don Diego de León Pinelo, Protector Fiscal de los Indios y Asesor de su Excelencia, en la forma y estilo que aquí se sigue:

Procesión antecedente al día que se colocó el Santíssimo Sacramento del Altar en la Capilla de la Casa Real de mujeres Amparadas de la Puríssima.

"A la fundación de la Casa Real de mujeres Amparadas de la Puríssima dió principio el Excelentíssimo Señor Conde de Lemos, Virrey, Gobernador y Capitán General de estos Reinos y Provincias del Perú, y como ninguna diIigencia satisface la sed a la devoción que ilustra sus obligaciones, puso tal eficacia en aquesta obra, que en breve tiempo quedó cumplida y acabada, providencia digna del celo cristiano con que ha perfeccionado otras muchas; Recibió este generoso asunto Ia Soberana Reina del cielo y tierra llevada en procesión muy solemne, el día del glorioso San Joseph 19 de Marzo de este año de 1670, y para que se veneren juntos el más alto misterio de nuestra santa fée, Christo Sacramentado, y el más pío, la Concepción Inmaculada de su Puríssima Madre, se colocó en la Capilla el Santíssimo Sacramento miércoles que se contaron 28 de Mayo, traído en procesión de de la Iglesia Cathedral; Lima no admiró más solemne tarde, su lucimiento embaraza los rasgos a la pluma; pero como cede su temor en crédito de fiesta, que por sí misma esta recomendada, no deja de haber sido grande, porque se describe con menos elegante estilo; yo refiero sus circunstancias una a una, con puntualidad, si no con ingenio".

"Adornóse con ricas colgaduras el Palacio, y de su Capilla (pedazo de cielo donde la Escuela del Santo Christo de la Agonía con reverente culto asiste a sus exercicios, hasta que se acabe la bien formada iglesia que a la Virgen de los Desamparados Santíssima se reedifica) pasó a la Cathedral en un trono de Flores la Puríssima, asistida de ángeles y santos (siempre sale primero la aurora que el sol), y como a patrocinio de las armas del Rey Nuestro Señor Carlos II, hizo la salva toda la artillería y rindió la milicia sus banderas; de allí a la casa de las Amparadas acompañó a su benditíssimo Hijo Sacramentado, haciendo con sus resplandores mas lucida vereda que la que sigue en sus círculos el sol".

"Iba delante una compañía de soldados a voz de mosquetes la compostura de la gente, que fué mucha, porque la juntó más la devoción que la curiosidad; seguíase el Arcángel San Miguel, Capitán General de los exercitos de Dios, elegante en el talle y tan lleno de luces que todo el parecía un diamante en andas, copia del abril florido; plumaje blanco que nacía de un centro de esmeraldas esparcido al aire, con que se retocaban de admiración los pájaros que le veían, cuchilla en la mano diestra, y en la otra una curiosa banderilla, y por orla con letras de oro "Viva María Puríssima", misteriosa cifra que manifestó el vencimiento contra -el dragon rendido a sus plantas. Segundo, el Arcángel San Gabriel, vestido de tela blanca cuajada de brillantes, tan preciosa mente ataviado que pareció bajar a la sazon del Empíreo a las andas, ameno prado de hermosas flores, a renovar la memoria de la salutación sagrada del "Ave Maria gratia plena''. Tercero, Rafael, medicina de Dios, significando que con ella fué prevenida María en su Puríssima Concepción: servíale de carroza una nube bordada de flores de oro y seda en que llegó arrogante. El cuarto angel con vestidura de tela rosada, sus plantas reproducían matas de azucenas y claveles con diversidad, pues las que le sirvieron de alfombra al mirarla cada vez, parecían otras, o la variedad sustituyó a la naturaleza eran las andas un jardín, donde el arte juntó pajarillos y flores, ellos sin apartarse volaban y ellas sin haber nacido los entretenían; fué este ángel embeleso de los ojos. El quinto ángel lleno de perlas que mejor que en conchas del mar lucían su oriente, airoso, pisaba, sin ajarlas, flores que a sus plantas rendían la hermosura, pero mayor la tuvieron en ellas, no las respetara la tierra aunque anduviesen en manos de hombres, y a los. pies de un angel sirven como traídas del Cielo".

¿Quándo la humildad no sublimó al humilde?

El último angel tan lucido, que hacía novedad; era el ropaje todo de finísimas puntas de oro, y la guarnición de cristalinas joyas con que se entretexieron diamantes, rubíes, y esmeraldas para trasladar a las andas la riqueza de mayor estimación, las flores de escarchado y seda, componían una nube en que el angel hacía ostentación de su belleza. Parece que se armaron todos de competencias, y no fué sino adornarlos con santa emulación las devociones, cogiéndolo como ramillete de huerto florido, que flores son del mundo los ángeles, dijo el divino Ambrosio; llevaron todos banderillas con la propia letra e imitando al Arcángel San Miguel que en las alturas dijo glorioso ¿Quién como Dios? cifrado en las palabras "Viva María Puríssima", misteriosamente decían ¿Despés de Dios, quién como María? Delante de·estos seis ángeles un estandarte bordado de tela blanca, sacóle acompañado de muchos caballeros con velas de a dos libras, encendidas en las manos, don Francisco Sarmiento de los Ríos, Vizconde del Portillo.

La bienaventurada Rosa de Santa María, en huerto de claveles y lirios, coronada de flores, más bellas en su cabeza donde viven más frescas que en la tierra donde nacen. En procesión que sale de María, a quien San Hermano también llamaba Rosa, ¿había de faltar la que tiene su santíssimo nombre por renombre? Con la misma solemnidad sacó su estandarte don Agustín de Bracamonte y Guzmán, Presidente que fué de Panamá.

El glorioso San Joseph con el Niño, mayor que todo lo criado, enlazadas sobre el manto preciosas perlas y diamantes, en andas de varios ramilletes donde el oro, la plata y seda de sus flores cambiaron el color y belleza con los reflejos del sol divino que llevaba de mano, y convidándose en manojos al aplauso, tejida de azucenas una palma se la ofrecieron, manifestando que era columna de la castidad. Iba delante con el estandarte el Marqués de Navalmorquende, don Diego Dávila Coello y Pacheco, Gobernador y Capitán General que fué del Reino de Chile. Salió la estrella de mayor magnitud, signo de paz, diadema de la Iglesia, María Puríssima, que de tradición de San Ignacio martir, llamaban los fieles, María Jesús; iba rodeada de veinticuatro ángeles que le servían de guarda, no por defensa de su inmaculada Concepción, que ya se desvanecieron las sombras que pretendían oscurecer la luz de su pureza, sino como criados que despejaban el paso a las andas. Eran todas de flores escogidas; con propiedad se dispuso así, porque fué su Concepción florida, que es lo mismo que pura y gloriosa, dice Galatino. Empero, todo fué una flor, porque donde va María no hay otra hermosura que pueda lucir después de Jesús, que es flor de María. Sacó el estandarte don Juan Enriquez, Caballero del hábito de Santiago, Presidente, Gobernador· y Capitán General de la Real Audiencia y Reino de Chile.

A la Puríssima, ¿quién sino Dios precede? Seguíase encubierto y sacramentado en la hostia Sagrada Jesús, debajo de riquísimo palio, doblándole la rodilla todas las criaturas; el sol y demás astros luminosos eran oscuridad, en presencia de la incomprensible luz de este divino Señor, no tuvieron más que ver el cielo y la tierra. Caminaba por las calles el camino, verdad y vida, en manos de un sacerdote que le servían de tabernáculo; hizo este oficio el Arcediano, Doctor don Juan Santoyo de Palma; llevaron las varas del palio los regidores y capitulares del Cabildo secular, y dos iban delante con la canasta de plata llena de flores, que sirve las fiestas de la renovación el domingo primero de cada mes, y tres ángeles inmediatos que las esparcían, haciendo con ellas una estela sobre la tierra, como suele una nave en el mar cuando navega. Alternaban el culto y perfume bendito del incienso y thimiama los Prebendados, Canónigos, Racioneros y Prelados de las Religiones. El guión en manos del Excelentíssimo Señor. Conde de Lemos, Virrey de estos Reinos que vestido de gala dió a todos exemplo con su apacible gradeza. La fina y ardiente devoción al Santíssimo y a la Puríssima le solicitó aplausos y aclamaciones; en su pecho era el principal adorno una María de diamantes, indicio de quien tiene estampado en su corazón este divino nombre.

Entraba la procesión en la calle que va derecha al Colegio de San Pablo, y salieron a recibirla San Ignacio sobre andas de plata, y San Francisco de Borja, en otras andas de extremada hechura; el Patriarcha, porque tiene a su cargo las Amparadas de la Puríssima, dando religiosos que las confiesen y enseñen la prefección que dejó escrita en el libro de sus santos Exercicios i y San Francisco, grande por su nacimiento y mayor por su santidad, como tronco de la Excma. Casa de los Borjas, que son. ilustre decendencia los Excelentíssimos Señores Conde y Condesa de Lemos, que hoy con su grandeza y asistencia honran estos Reynos. De allí prosiguieron los Santos incorporados en la procesión, en que iban acompañando también al Santíssimo y a la, Puríssima, con velas encendidas de a libra, todos los Padres y Hermanos de la Compañía, y los Colegiales de San Martín, desde la esquina de su Colegio hasta que llegó la procesión a la Casa, donde la salió a recibir con capa, con ciriales y con cruz alta, el Padre Luis Jacinto de Contreras, de la Compañía de Jesús, Provincial entonces de esta Provincia. Llegó a la Casa el Santíssimo, donde alabado y adorado el Santíssimo Sacramento del Altar se colocó en su Sagrario.

Previno la noche con luminarias y fuegos en la ciudad la celebridad del día siguiente; Jueves 29 de Mayo dijo la misa con toda celebridad el Arcediano de la Metrópoli, descubierto primero el Santíssimo en su trono de plata con dosel de lo mismo, arrimado a la imagen bella de la Puríssima, que hace hermoso frente a toda la Capilla. Asistieron. sus Excelencias y Real Audiencia colmando la fiesta con su bendición el Ilustríssimo y Reverendíssimo Señor Doctor don Pedro de Villagómez, Arzobispo de esta ciudad, y hubiera sido el concurso en la capilla muy numeroso, si lo permitiera el corto sitio de la capilla, que acabó de llenarse con los Alcaldes Ordinarios y Regidores del Cabildo, que no podían faltar por representarse en ellos toda la República, como ni el Tribunal del Consulado por ser a quien se encarga la solicitud de la Casa. Predicó el Padre Ignacio de las Roelas, Rector del Colegio de San Pablo de la Compañía de Jesús; y explicando de la casa y el título esclarecido de las que en ella se recogen, desempeñó con su erudición y letras la solemnidad del día, y acabó dando gracias a Dios Nuestro Señor y a la Puríssima por la fundación de obra tan excelente y piadosa. A la tarde estuvo también descubierto el Santíssimo Sacramento, cantaron la Salve y la Letanía, a que asistieron sus Excelencias también, y habiendo cantado el Arcediano de la Cathedral la oración, encerró el Santíssimo Sacramento. Con que se dió fin a la fiesta, y principio en su Capilla, a la real y perpetua asistencia de Christo Señor Nuestro Sacramentado, que por siempre sea bendito y alabado, y María Señora nuestra concebida sin mancha de pecado original en el primer instante de su ser".

Hasta aquí la relación del doctor don Diego de León Pinelo, Fiscal Protector General en la Real Audiencia de Lima y Asesor General del Gobierno en todos los negocios de españoles.




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