Hubo un momento en mi vida en el que un golpe de felicidad llegó de repente, en la cancha Patricio Toranzo acababa de atinarle al horizontal del arco sur del estadio El Campin después de golpear con la parte interna de su pierna derecha un balón que regresó mansamente al campo de juego sellando aquella tanda de penales a favor de mi equipo. En la cancha los jugadores brincaron al campo de juego y celebraron rabiosamente la consecución del primer titulo continental para Independiente Santa Fe. En la tribuna la alegría no era menor, entre llantos y gritos de euforia miles de aficionados de este sufrido equipo de futbol celebraban un logro más en una época gloriosa del que era hasta ese momento el campeonato más importante conseguido y tuve la fortuna de compartirlo con un Amigo que ha coincidido conmigo en muchos momentos de triunfo pero también de derrota y no solo hablo de futbol.

A veces uno se encuentra por este viaje que llamamos vida con muchas personas que vienen y van, algunas pasan por el lado y siguen por su camino sin marcar o dejar huella, pero otras veces, aparecen algunas que comparten ese camino, que pasan de ser extraños a convertirse en amigos y después se vuelven algo parecido a familia, tanto así que tengo muchos otros recuerdos de momentos importantes en mi vida en los que mi amigo estaba allí, pasamos por situaciones difíciles, historias de afectos y desamores y también tuvimos muchos otros momentos de alegría que celebramos a rabiar, pasamos de ser cómplices en conquistas amorosas a desfilar en una iglesia cristiana con una cartelera que hicimos la noche anterior, todo por la amistad, por la amistad bailamos salsa en un cuadrito formado por las baldosas de la sala de mi casa celebrando mi cumpleaños y también nos emborrachamos el día después de navidad y casi todos los días de ese diciembre, por amistad estuve cuando nació su primer hijo y cuando por poco un accidente casi le corta ese hilo delgado que llamamos vida, aunque él no lo sabe con todo lo que pasó y como logró superar aquel terrible momento también dejó una marca en la mía.

Tengo muchos momentos en mi memoria en los que encontré a ese amigo a mi lado, y espero que el también me encontrara allí cuando me hubiese necesitado, si no fue así espero que me perdone, que no tuve la intención de fallarle, y ahora que llegamos a un momento que era una especie de sueño cuando estábamos jóvenes espero que mi amigo siga siendo favorecido con todas esas cosas que hacen que le admire y le respete. Este camino continua y así como él dejó huella en mi vida sé que lo ha hecho en la vida de quienes están alrededor de él. Es un privilegio que compartamos gran parte de este camino y seria todo un orgullo decir que vamos a seguir caminándolo hasta que no podamos más, al final mis amigos son la familia que elegí entre un montón de extraños y aunque no firmemos con el mismo apellido por todo el tiempo que llevamos juntos permíteme decir ¡Feliz cumpleaños, hermano!