Sin duda la gran guerra ha metido sus tentáculos de muerte por todos lados. Dejar atrás Tres Montes para llegar a otro Planeta en busca de La Hechicera de la Luna no fue tan difícil, aunque las restricciones para desplazarse entre sistemas ya se sienten. Lo que evidentemente en otros tiempos fue un entorno muy activo y vívido se ve ahora bastante sombrío y solitario ... quizá algo lúgubre, incluso para los estándares de un sitio de hechiceras. Se ve ciertamente que las circunstancias no son normales. En la lejanía escucho el discurso de me parece alguna hermana de la noche a un pequeño grupo que la sigue. Historias del pasado. Apropiadas para un sitio así, ciertamente.

Y al fin la encuentro, es curioso pero ella me recibe perfilando una sonrisa mientras se sienta en su silla celeste a la contraluz del ocaso algo gris. Conversamos. Es conocida de la familia y muy jovial a pesar de los años que parecen no haber pasado por ella. Nuevas respuestas aparecen también.