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me perdí intentando llegar al consultorio.   llegué agitada y acelerada, subí a la recepción y la oficina del doctor estaba abajo así que después de la larga espera llegué...

le di la mano y me ofreció un siento.  antes de llegar a la silla ya le había contado una buena parte de la historia.  "no soy de aquí..." (obvio el acento me delata)  "creo que puede ayudarme" (evidentemente lo necesito, si no no estuviera aquí).

sentado y con los ojos cerrados escuchó mi corta y perturbadora historia...
bla bla bla
él respiraba profundo...

me preguntaba sobre la comida y sobre la sal y sobre el frío... eran cosas pequeñas que nunca le conté a nadie, siempre estuvieron allí, tan obvias y por eso tan fáciles de borrar, muy mundanas en fin...
él respiraba profundo...

continuó respirando profundo, hasta que terminó. no habían más preguntas, me dio una receta y se despidió de mí.

sin decirme más....

llegué a casa y como una alumna busqué en la red para que eran las gotas que me recetó... estaba todo allí, las explosiones, la luz, la clarividencia, la sensibilidad y el silencio... era tan simple y tan obvio...  la conexión con Fitzgerald, con Zelda, soy Zelda y Daisy... ahora todo hace sentido.



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