por Hermann Wolbing (*)
Mucho se ha escrito acerca de la conveniencia del transporte de cargas a través de la Hidrovía Paraguay Paraná (HPP), esa autopista fluvial que atraviesa el litoral argentino y permite la conexión de las economías regionales con el resto del mundo, ofreciendo una puerta de ingreso y salida para granos, minerales y otros productos.
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Se suele hacer hincapié en el formidable movimiento de buques a través de la parte “marítima” de la Hidrovía, pero resulta aún más interesante la fisonomía que adquiere el sistema de cargas desde Timbúes hacia el norte. Las estadísticas demuestran que existe un comercio regional de granos de volumen muy inferior a los exportados por los Puertos del Upriver, pero que igualmente ofrece un atractivo a otros actores que demandan incursionar en el comercio exterior. En ese tramo, muchos puertos tienen la oportunidad para aprovechar sus instalaciones y mover carga de su hinterland sin necesidad de conectar con otras terminales del sistema para transbordar a buques oceánicos.
A título ilustrativo se puede mencionar el caso del maíz y el mercado uruguayo. Si bien éste no es el año más propicio debido a una excelente cosecha en el país oriental y a valores locales de 150 dólares o menos según las zonas, Uruguay tiene una atrayente necesidad de maíz explicada por su industria lechera, con tambos de alta eficiencia en litros día, feedlots y también su industria de pollo.
Aquí también se debe considerar que la competitividad del maíz paraguayo interfiere en sus dos zafras. La composición del precio de este maíz, competidor del argentino, varía de acuerdo a distintos factores: hectáreas sembradas, rendimientos, precios, capacidad de demanda del mercado interno (en aumento en los últimos años significativamente por la industria de bioetanol), consumos para nutrición animal, y la demanda de Brasil especialmente del estado de Paraná. Este resultante (de manera reducida, siempre el mercado es dinámico y vaso comunicante) determina el precio que los vendedores paraguayos ofrecerán sobre los Puertos de Nueva Palmira y Montevideo.
Lo mismo puede decirse de Bolivia, con una matriz demanda-oferta muy ajustada en maíz, en que algunos años de cosechas fallidas explicaron el abastecimiento desde Argentina. Aquí la Hidrovía no pesa tanto, porque la competitividad del maíz del norte argentino ingresda de manera directa a la zona de consumo por camión.
Una mención especial merece el trigo, que sigue teniendo una gran oportunidad en Brasil, nuestro socio comercial y principal comprador (entre 5.5 y 6 millones de toneladas, dependiendo de diferentes variables).
En este caso la HPP recobra una enorme relevancia, especialmente para empresas que deseen trabajar calidades diferenciadas de manera seria. Las oportunidades recaen en los puertos del alto Paraná y alto Paraguay. Es decir, el ingreso del grano ocurre por «el patio de atrás», teniendo en cuenta que Santos y Paranagua son las terminales que más trigo argentino ingresan a Brasil.
Aquí el alcance del trigo va a tener un diferencial según la calidad que se ofrezca, pero también se debe tener presente las características de los puertos de destino, diseñados para bajar soja de Brasil ya tienen proyectado la descarga de granos y fertilizantes.
Las oportunidades son actuales. Las tareas de búsqueda y visitas, debidamente acompañadas por el asesoramiento correcto, permitirá a muchas PyMEx su aprovechamiento.
(*) Hermann Wolbing es Licenciado en Economía.
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