El escritor noruego Henrik Ibsen (1828-1906) tuvo un comienzo de su carrera literaria nada satisfactorios. Su primera obra publicada “Catilina” supuso tal fracaso de ventas que los libros deshojados, acabaron siendo vendidos a un comerciante como papel para envolver.

Después de ese fracaso, intentó matricularse en la Universidad de Oslo, pero suspendió el examen de ingreso. Tiempo después trató de ser periodista, pero el fracaso fue total.

Por fin, empezó a trabajar como empresario teatral, primero en Bergen y luego en Cristianía, actual Oslo. Esto le permitió ir estrenando obras suyas, aunque ninguna alcanzó el éxito. Después de verse obligado a abandonar sus fracasos teatrales, pasó cinco años de extrema pobreza en Roma, en los que se convirtió en un bohemio de larga cabellera e ideas muy chocantes.

Finalmente, se decidió a escribir un drama sobre el fracaso y envió sin mucha ilusión una copia a la editorial noruega Danish, que lo publicó en 1866 con mucho éxito de ventas. Tras repetir el éxito con otro drama Peer Gynt, regresó a su país, olvidó su reciente vida bohemia, se aburguesó y fue nombrado poeta nacional noruego.