El cardiólogo Robert Slutsky, investigador de la Universidad de California en San Diego, publicó ciento treinta y siete trabajos, siendo trece de ellos son fraudulentos y cuarenta y cinco son sospechosos de fraude.
Estos fraudes se encontraron de manera accidental por el sistema institucional de control científico. Slutsky deseaba conseguir un nuevo puesto y un experto que estudiaba sus antecedentes encontró muchas anomalías en los artículos que formaban parte de su dossier, sobre todo estadísticas trucadas. A pesar de que, más de treinta revistas profesionales, habían aceptado y publicado sus trabajos.
Lo más asombroso es que ninguno de los responsables científicos involucrados había notado el ritmo increíble de sus publicaciones: un artículo cada diez días durante los años 1983-1985.