Por tradición la Estrella que se coloca en los árboles de Navidad, y en los belenes, se representa como un cometa, un astro con cabeza y cola y no como una simple estrella con cierto número de puntas.
El fenómeno celeste que tuvo lugar entre los años 8 y 4 a. C., y que pudo inspirar a la famosa estrella de Belén, parece ser que fue una supernova o una conjunción planetaria pero no un cometa.
Desde la Edad Media se representaba de ese modo por la labor del pintor italiano Giotto di Bondone (1267-1337), que observó el paso del Cometa Halley en el año 1301 y lo representó como la estrella de Belén en su obra la Adoración de los Magos de la capilla de la Arena de Padua, realizada entre 1305 y 1306. El influjo de Giotto di Bondone sobre los pintores posteriores hizo el resto.
En el año 1986 en recuerdo y homenaje a este pintor y su obra, la Agencia Espacial Europea bautizó como Misión Giotto la sonda espacial que se aproximó al cometa Halley con el objetivo de estudiarlo. Una gran asociación entre el arte y la ciencia.