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Consejos para estudiantes de Derecho en Venezuela

Por Andrés F. Guevara B.

Mi relación con el Derecho ha sido compleja. Públicamente he cuestionado no solo al oficio que escogí como como profesión sino también a mi casa de estudios. A estas alturas volver sobre ello no tiene mucho sentido.

Muchas de las premisas que en su momento señalé, estimo siguen siendo válidas. Creo, a su vez, que cualquier profesional o estudioso del Derecho que en estos momentos no se cuestione el estado de su profesión o disciplina en la Venezuela actual, tiene un grave problema. Tal vez nunca como ahora haga falta repensar el ejercicio de la abogacía en Venezuela. Porque si algo han demostrado todos estos años es la profunda correlación que existe entre el imperio de la ley (Rule of Law - Estado de Derecho) y el atestiguamiento de un país en ruinas. La República requiere del Derecho como canon civilizador.

Sin embargo, no escribo hoy con el objeto de desarrollar un profundo mea culpa sobre el Derecho y sus avatares en el país. Al menos no es mi intención inicial.

Escribo, por el contrario, para dar ánimos. O, al menos, para intentar establecer algunas directrices para aquellos que todavía están estudiando Derecho y, tal vez, para los profesionales que quieren seguir ampliando sus conocimientos.

Hace tiempo que ya no doy clases. Sin embargo, constantemente me encuentro con jóvenes estudiantes de Derecho en Venezuela. Muchos de ellos son o han sido pasantes en mi firma de abogados. Otros han aparecido en el medio de una reunión política, un foro o lugares tan inesperados como una cancha de tenis.

En todos estos casos, casi sin excepción, estos muchachos me comentan su desazón por haber elegido una carrera que los ata al país, cuando todas las tendencias indican que deben huir. Presos de la desesperanza piensan que fue un error estudiar Derecho porque habiendo elegido cualquier otra carrera tendrían mayores posibilidades de buscar trabajos formales en otros países.

Llegado acá, no crean ustedes que comenzaré a hacer alardes de patriotismo ni mucho menos. Creo, sin embargo, que el tema de la emigración es harto relativo, y debo decir que conozco sobrados casos de amigos y colegas que siendo abogados han logrado emigrar con éxito y tener buenos trabajos.

Para mí el tema ahora es otro. ¿Qué pasa si decides quedarte en Venezuela y ejercer el Derecho? Compartiré con ustedes algunas reflexiones.

Mi enfoque del Derecho ha sido principalmente corporativo. Desde que comencé a trabajar, me interesé por el funcionamiento de las regulaciones bancarias y del mercado de valores. Ante la escasez de trabajo en estos nichos, tuve que migrar hacia el derecho corporativo (llamado también en otros países derecho empresarial) y es en este rubro en el que fundamentalmente desarrollo la mayor parte de mi trabajo, aunado a una no muy afortunada especialización en materia de "control de cambios" que le debo al gobierno venezolano desde hace más de una década.

Debo reconocer que, al menos en mi caso, fue gracias a mi curiosidad que encontré sintonía con el derecho bursátil. En la universidad los contenidos de derecho mercantil poco decían sobre estas materias, con lo cual tuve que encontrar mi ruta por los caminos verdes. Tampoco contaba con los medios económicos para irme a estudiar un postgrado en otro país (la pax cadívica ya había terminado, mis padres-familia no podían subsidiarme, y más de un plan de becas se cayó por varios infortunios). Me convertí, pues, en una suerte de autodidacta. 

En este contexto, una de las cosas que más molestia me ha causado es la capacidad que tenemos de subestimarnos. Por azares y temas de trabajo, he tenido oportunidad de compartir con varios abogados de otras partes del mundo. Varios de ellos tienden a ver a los abogados venezolanos por encima del hombro (después de todo, pensarán, qué van a saber estos sujetos de Derecho si no consiguen ni papel higiénico, y esos típicos lugares comunes). Esto no sucede sólo con abogados de Hong Kong, Londres o Nueva York, sino con colegas de Latam. Lo más triste, sin embargo, es que nosotros coadyuvemos ha reafirmar esas premisas de desprecio hacia nuestra profesión en el país. 

No debemos llamarnos al engaño. Si bien es cierto que hoy en Venezuela no se están llevando Project Finance, M&As, takeovers, IPOs, que nuestro mercado de valores está seco y que, en resumidas cuentas, estamos viviendo la disfuncionalidad típica de todo socialismo real, no es menos cierto que ello no debe servirnos de excusa o justificativo para alejarnos de nuestro conocimiento de lo que, al menos en perspectiva, son las tendencias mundiales del derecho corporativo.

Como les dije, en mi condición de autodidacta, he podido aprender algo sobre financiamientos estructurados y derecho corporativo, y lo hice a pesar de los problemas y limitaciones que tiene el país. Con ello les quiero decir que pueden descubrir qué es un drag-along o un tag-along sin necesidad de estar afuera, y que incluso en Venezuela pueden -todavía- realizarse tareas jurídicas interesantes si se logra encontrar un enfoque constructivo.

Quisiera cerrar esta entrada con algunos consejos y sugerencias para que puedan mejorar su aproximación al derecho corporativo en la Venezuela actual y no morir en el intento:

  1. No olvides los fundamentos: por idiota que suene, los romanos te pueden enseñar más de Project Finance de lo que uno pudiera imaginarse. Cualquier proyecto de envergadura, al menos en el Derecho Continental, sigue sujeto al A-B-C del Derecho Romano. El caso de la constitución de garantías tanto reales como personales es un ejemplo de ello. A grandes rasgos, su esencia se guía por los mismos principios que desarrollaron el Derecho siglos atrás. De forma tal que si tienes un buen fundamento en el core del Derecho Civil tendrás mayores bases para comprender la realidad. Por suerte para ti, con todo lo destruida que está Venezuela, el Derecho Romano tiene muchos elementos vigentes. Y si el país sigue profundizando su camino al comunismo, incluso en el escenario más negro y oscuro, es poco probable que las regulaciones que se desarrollen vayan en contra de los fundamentos del derecho continental.
  2. Sigue las publicaciones, resúmenes y guías de las grandes firmas de abogados internacionales. Si la práctica venezolana está seriamente limitada, no queda otra alternativa que virar los ojos hacia lo que están haciendo el resto de los países del mundo. La inmensa mayoría de las firmas grandes tienen mucho material disponible (consulto con frecuencia materiales de Wachtell, Lipton, Rosen & Katz; Allen & Overy;  Simmons & Simmons; Pinheiro Neto Advogados; Veirano Advogados, y un largo .etc). Esta mirada a menudo puede ser depresiva, no lo niego, pero al mismo tiempo y con el enfoque adecuado puede permitirte estar "state of the art" en los temas que sean de tu interés.
  3. Hasta el cansancio lo diré: aprende inglés legal. Y si puedes y tienes motivación portugués, francés y alemán. En realidad aprende el idioma o los idiomas de las jurisdicciones con las cuales sientas mayor conexión hacia los temas de tu interés. Por mi enfoque profesional, y mi interés especial en Latam, la tríada de inglés, francés y portugués es indispensable para entender más de lo que me gusta. Este consejo es válido para otras áreas de la vida, lógicamente.
  4. Social Science Research Network (SSRN): este portal debe ser tu nuevo mejor amigo. En conjunto al enfoque práctico comercial que brindan las firmas de abogados, SSRN te ayuda a conseguir información académica sobre temas legales de actualidad. El espectro es muy amplio, desde teoría legal, filosofía del derecho hasta relaciones financieras con arbitrajes de inversión. Buena parte de las universidades "top" del mundo tienen papers y trabajos publicados en este espacio, con lo que puedes complementar la información que te den en la universidad local.
  5. Crea grupos / networking con tu interés: es bien sabido que en las universidades se tienden a crear organizaciones o instituciones con inclinaciones a temas de derecho internacional público (munes), modelos de DDHH, simulaciones de corte, .etc. No son, o al menos no es tan conocida, la proliferación de organizaciones que fomenten la práctica del derecho privado y comercial en el país. Este es un nicho de mercado que debe aprovecharse para ser profundizado. Linkedin ofrece varios grupos de pensamiento sobre estos temas con los cuales se puede generar una red de contactos que aporten ideas y, por qué no, financiamiento para llevar a cabo estas tareas.

En resumidas cuentas, lo que quiero transmitir es que no necesariamente la realidad venezolana tiene que servir de barrera para tu formación profesional. Incluso si llegaras a irte del país, tienes las oportunidades de desarrollar tus potencialidades de una forma mucho más completa de lo que a primera vista pudiera parecer. Las oportunidades están allí y deben ser aprovechadas.

Seguiremos escribiendo.








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