Bien decía el dicho ... no queda sino el cansancio.
No he sido de capaz comprender la medida perfecta de ese espacio en que uno cruza la linea y está del otro lado relativamente seguro de donde está. Yo tengo la tendencia estar en el borde donde uno nunca sabe donde está.
A mí me coge la ansiedad, me dan unos ataques y no sé como se hace para esperar.
Mientras espero me debato entre arrancarme las uñas hasta sacarme sangre o comer hasta no poder más.
Hoy había ya decido salir de la ciudad de mis penas, sin saber que me cabría tan bien el recreo mental de hoy.