De aquí a un año, en 2025, año del señor. Del señor que Parece que nos ha timado a todos. Esto viene a cuento porque, pensando, pensé, de que voy a escribir hoy y, que yo sepa.
Entonces, me acordé de la marcha de Nissan, de la Zona Franca en Barcelona (España) y de que se habló de un montaje industrial que la sustituiría, cuál daría trabajo no solo, a las más de mil personas que dejó en la calle la marca nipona, sino también, se dijo que se incorporarían seis mil trabajadores más, en relación con la industria automovilística.
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Para informarme, me puse en contacto, ya que el 2025 lo tenemos a la vuelta de la esquina, con un amigo que suele estar bien informado sobre el tema. Me explico lo que había, y me dio enlaces donde a través de la red podría encontrar información.
Así, lo he hecho, y por lo que he visto, o yo sé deducir, la inversión de QEV, cuál tenía que fabricar un montón de vehículos, parece ser que de haber seguido adelante hubiera sido un fraude de dimensiones, que no sé, porque no puedo ni imaginar.
Estando en esta, digamos mi tesis, pienso, mejor paro y escribo sobre otra cosa que, aunque yo no sepa nada, al menos pueda imaginar, por ejemplo, el caso Koldo.
Pantalla del ordenador en blanco para empezar a escribir y, ¡¡¡PLAF!!!, No, no me ha explotado la pantalla sino que, ¡¡¡a-pa-re-ce el ca-so A-yu-so!!! Ahí es nada.
Saben que, apago la luz, cierro la puerta, y me voy a la calle, a ver si encuentro la mesa de algún señor -según se llaman a sí mismo los corruptos- y poniéndome de bajo, me llevo alguna migaja, o mordida.
De llover no lloverá, ni agua caerá, en donde me dicen es mi patria, pero, la corrupción se amontona. Saben que, quien la quiera, que se la quede, a mí no me gusta, ¿y, a usted que me lee?
Mañana será otro día.