El terrorismo no se termina con más terrorismo, sino con más ley. Benjamín Netanyahu es obvio que no piensa igual.
Deberíamos con frecuencia hacer uso del diccionario de la lengua, claro está, cada uno de la suya.

Por lo tanto, para empezar a escribir he abierto el diccionario del idioma Castellano, el oficial de mi país, para saber el significado de la palabra terrorismo, y dice: “Actuación criminal de bandas organizadas, que, reiteradamente y por lo común de modo indiscriminado, pretende crear alarma social con fines políticos. “
Está claro, Hamás es una banda terrorista el cual está llevando a cabo actos para infundir el terror de una población civil. Seguramente, usted que me lee, este a la derecha o a la izquierda del pensamiento político me dará la razón.
Mi pregunta es ¿Cuál es la diferencia entre la práctica de Hamás, y Netanyahu -pienso que no todos los israelíes aprueban el hacer de su Primer Ministro- en referencia a los actos de Gaza, si ambos llevan el terror?
Es manifiesto que el terror que provoca Hamás, se debe al odio, aunque sin querer justificarlo, es debido a que les han usurpado, todo lo legal que se quiera, su tierra, su país. El odio de Netanyahu, es sanguinario. Es el odio desde el poder, ese que dice
-tú que te has creído.
-Ahora te vas a enterar.
Como tiene el poder de la fuerza, mata, asesina, aniquila y extermina a la población inocente. Recién nacidos, niños y niñas, madres y mujeres, padres y hombres trabajadores ajenos a tomar las armas, a lo mejor solo saben coger el arado o cualquier otro instrumento para trabajar.
Quiera o, no, el mundo saberlo, Benjamín Netanyahu, es un terrorista, porque ordena practicar el terror. Tenga o, no, razón.
Mi otra pregunta es ¿Por qué el mundo lo permite?
Lo siento, ni tengo respuesta, ni lo comprendo.