Tengo la mandíbula sellada
prohibido pronunciar,
el fuego de la lucha
abriendo mi cuerpo.
Debo callar la canción
del fruto de tus piernas,
abrir las venas y olvidar
el verano de mi boca.
Yo hago ver que te ignoro
mientras crecen mariposas
en las alas de mi vientre,
dejo a un lado las palabras
y me abro en el fondo de tus ojos.
Yo cruzo el puente de espigas
que desliza por tu torso,
nada me duele más
que sentirte ausente
de la pólvora
que desprenden mis manos.
Isabel Garrido ©️