Y sí, para hablar de Productividad española, nos dejamos de tantas monsergas de estadísticas, gráficos, ¿y, por qué, no?, de tanta majadería y pasamos a pensar con los pies en el suelo.

Para el patrón -empresario- el trabajador español es gandul, solo piensa en la siesta.
Preguntemos, por ejemplo, al patrono alemán, de la década de los 60 del pasado siglo, donde los trabajadores de la España, una, grande y libre, según nos querían hacer saber, marchaban a trabajar a Alemania. Como moscas a un rico pastel iban. Y, también, de los que, en la actualidad por el mundo, están. Escuchemos lo que se dice de ellos y nos daremos cuenta de que la productividad de nuestros compatriotas está valorada en lo más alto del mercado obrero.
Es evidente que algo falla en nuestra sociedad, mientras en el extranjero nuestro trabajo está altamente considerado, aquí en nuestra tierra es desvalorizado.
Señores/as economistas, señores/as empresarios, empiecen aprender elaborar nuevos gráficos, los actuales no sirven. No estoy en contra de la estadística, sino todo lo contrario, pero hay que saber, hacerla y leerla.
Si lo expuesto ha pasado y está pasando, lo de que los españoles somos buenos trabajando y la productividad aquí falla y no en otros lugares, ¿qué es lo que pasa?
Puede que el yerro no esté en el laborioso, sino en quienes dirigen las aplicaciones, o sea, el empresariado que no está lo suficientemente preparado. No obstante, quienes están lo desarrollan fuera, en otro país.
Quizás puede que el fenómeno se deba a que, en algunas universidades privadas, se dedican a repartir más títulos que, el churrero de mi pueblo churros.
Antes de hablar de productividad comencemos a como incentivar al hacendoso joven, en formación, ingresos, horarios de trabajo, resumiendo en futuro, para que atesore ilusión.
No debemos de olvidarnos de los empresarios que, deben saber desarrollar inversiones y proyectar empresas rentables y productivas.
Productividad no significa tener menos trabajadores, trajinando más horas y cobrando lo insuficiente para vivir. Mientras tú, empresario cabrón, ganas más dinero sin dar palo al agua y, encima, te atreves a decir que el índice del trabajador es de baja productividad.
Cuidado, pues con las gráficas las cuales se han de saber hacerlas e interpretarlas. Tuve un profesor que me enseño que «si tú tienes dos coches y yo ninguno, la gráfica nos dirá que tenemos, dos, uno cada uno». Es la media, pero la verdad no es esa. Si eso pasa, la única verdad es que, tú me explotas.