Ayer noche, al sonar de trompetas y clarines, saltaron a la arena del coliseo televisivo, los dos grandes líderes de la piel de toro o, nación española. Por la izquierda asomó el gobernante ¡Pedro Sánchez!, y por la derecha, la sombra viviente de la extrema fantasmal, el aspirante a gobernante, ¡Alberto Núñez Feijóo!

Desafiantes se entrecruzaron las miradas, desde los dos metros y medio que los separaban. En el centro, con rostros enjutos, los padrinos, una dama y un caballero.
Al frente y de frente, por todos los rincones, los plebeyos encargados de embobar, distraer y anestesiar al vulgo populachero que, aunque no podía encender el puchero, se chamuscaba con el cencerro de oro, o mejor dicho, el televisor.
El espectáculo da comienzo, a la de uno . . . a la de dos . . . y a la de tres . . . ¡¡Ya!!
Los medios esta mañana ya informan de la parte técnica de lo que ha sido el debate, por lo que no pienso sé más papista que el Papa, y a ellos me remitiré para tener una más sólida opinión.
Ahora bien, dire que, he visto a Pedro Sánchez, difuminado, pensando en otra cosa, quizás en la cumbre de la OTAN, de hoy o mañana, la cual pienso que será interesante para acabar con la guerra de Ucrania, y el peligro que representa para toda Europa su escalada, lo cual, según mi criterio, cuando se habló de relaciones exteriores Sánchez debía haberlo utilizado.
Tampoco me ha gustado el Presidente, en los momentos de defender sus logros económicos, ni defendiendo las aportaciones a la sanidad por medio de las autonomías, ya que, las competencias están transferidas a las comunidades y reciben el montante económico del Presupuesto General del Gobierno Central.
Pedro Sánchez en este debate no se ha sabido lucir, al no desmontar las falacias de Feijóo, que intentaré contrastarlas, las cuales, a bote pronto, me parecen mentiras.
El presidente del primer partido de la oposición se ha mostrado más sentado, ha demostrado tener tablas. La lástima es que, sus ideas son para meternos, en los infiernos.
Mi parecer es que, ha sido un CARA A CARA, nulo, no ha servido para nada. Los dos contendientes se han dedicado a tirarse los trastos a la cabeza y, en ningún momento, han presentado propuesta de lo que piensan hacer, si ganan, el día después.
Prefiero un debate donde el periodista actúe como tal, olvidando ser moredador, y haciendo preguntas concretas para que los políticos las contesten.
Por lo tanto, mi punto de vista es no, ha este sistema de debate, en el que ninguno sale ni vencedor, ni vencido, y el único perdedor es el ciudadano, que no se ha enterado de nada porque nada le han explicado.
Se acabó, llegó el final, (para fraseando al poeta, Joan Manuel Serrat) termino la fiesta. Que cada uno, sea cada cual, el populacho decidera.