Volodímir Zelenski ha declarado ante medios informativos que, Moscú ha desplegado un plan para atacar con explosivos la central nuclear de Zaporiyia. Así mismo, el presidente ucraniano, también advirtió de sí Rusia, sale victoriosa en el conflicto con su país, tendrá vía libre para profundizar al centro de Europa, a través de Polonia y nos encontraremos ante la III Guerra Mundial.

Pienso que, razón no le falta a Zalenski, en sus declaraciones, es evidente, aunque hechas precisamente ante la llegada a Kiev del presidente de turno del Consejo de la UE, correspondiente al Gobierno de España, Pedro Sánchez. Ahora bien, deberíamos saber lo que de verdad pretende el dirigente del país, al cual Demóstenes, ya entonces, lo llamo granero de Grecia, y hoy podríamos decir de Europa. Si con su gesto intenta garantizar el apoyo financiero, militar y acelerar la posibilidad de entrada de Ucrania en la UE, o, con sinceridad buscar la ayuda para conseguir la paz, salvaguardando los derechos de la nación.
Mi razonamiento navega en un mar de dudas, donde las olas me llevan según sopla el viento. No soy partidario ni mucho menos de Putin y su dictadura arrogante del empleo de la fuerza bruta para gobernar. La prueba está en lo que acaba de suceder en Rusia con el caso Wagner, es denigrante que, en pleno siglo XXI, todavía existan mercenarios en una de las tres primeras potencias mundiales.
Aunque discurriendo, estoy con quienes opinan que esta guerra hubiera podido ser evitable. Zelenski no es santo de mi devoción, pero no lo consideró culpable del enfrentamiento bélico, quizás si le ha faltado personalidad para enfrentarse a quienes considero son los responsables.
Ni más ni menos que a Rusia por atacar. A la OTAN, por provocar en su afán de montar bases en la frontera rusa y, a la UE ante la pasividad que lleva a cabo en el conflicto.
En cuanto a la III Guerra Mundial, según mi observación el sí, o, el no, dependerá de la actitud de China.
Que la diplomacia política de los pueblos dialogue en busca de la paz.