Francia, intentará el próximo domingo finiquitar el viejo sistema de política del país.

Macron, ayudado por la vieja guardia política, que se estuvo de acudir a las urnas, va a liderar el cambio de la política francesa, que con un partido a la Derecha probablemente lo ratificará, el fin de semana que viene.

La Libertad guiando al pueblo por Eugène Delacroix – Museo del Louvre, París.

*

La izquierda francesa, por el momento, no ha sabido crear un partido que resurgiendo de las cenizas de las viejas glorias, comunista y socialista, sea capaz de luchar por el poder político.

Francia, ante el cansancio y el desencanto de la política en Europa, el ciudadano de la paz, arroja la toalla sobre la lona, retirándose al rincón a descansar y dejar paso a la juventud para que sean ellos los que cojan el relevo de la política, y sean capaces de poner interés allí donde hay desinterés.

Permítanme que caiga en la tentación de comparar el escenario francés con el español. En Francia, la Nueva Derecha rompe con el entorno, y por lo tanto, no solo gana la jefatura del estado, sino que está a un paso de hacerse con la Asamblea Nacional.

Mientras, aquí la nueva derecha –Ciudadanos- no sabe caminar sola y se apoya en el hombro de la vieja política. Ayer mismo Ciudadanos y PP, reeditaban el pacto por la corrupción, en vez de apoyar, estos últimos, la moción de censura de Podemos para sacar de las entidades públicas del país a la vieja derecha, que por mucho que lo quieran negar procede del residuo de la dictadura y está siendo investigada por presuntos delitos de corrupción.

No se trata ya, de derechas e izquierdas. Se trata de gobernar para la mayoría del pueblo, y no para la minoría.

Alegoría de la República Española (La Flaca) por el catalán Tomás Padró Pedret.