Cada año el 11 de septiembre, las calles de las ciudades y pueblos de Catalunya se llenan de fiestas. Gigantes y cabezudos pasean mezclados entre los habitantes autóctonos, o simples turistas, que aun estando de paso, ven con asombro la reivindicación de libertad del país catalán. Los castellers, torres humanas, se alzan al cielo, intentando llegar a tocarlo al son de la gralla, en busca de la libertad perdida.
sitio de Barcelona del 11 de septiembre de 1714
Los catalanes piden su independencia, con o sin razón, es su derecho democrático, siempre y cuando estemos dentro de una sociedad democrática, lo cual muchos catalanes tienen su derecho a dudar de que así sea.
Catalunya es un pueblo mestizo, pero con sentimiento de arraigo a la tierra, aunque no sea la de sus antepasados. Esa sensibilidad hace que los recién llegados se sientan cómodos al descubrir una tierra de acogida digna de defender, porque en ella encuentran paz y libertad para rehacer sus vidas, ya procedan del miedo de las guerras, o de la miseria que agracia el señoriíto.
No se engañen, el resto de países que junto a Catalunya forman la Nación llamada España. Sepan que, la Nación es un conjunto de países regidos por un mismo gobierno democráticamente, quien quiere forma parte de él y quien no lo desea, no. Obviamente hablo del entorno de una nación democrática, y democracia no es palabra sino hechos.
En el país catalán hay gente fea y guapa, tontos y listo, también algunos gilipollas, de derechas y de izquierdas, gente honrada y ladrones, como en todas partes, hay de todo. Pero la mayoría, bastante amplia, se inclina por la independencia. Unos la quieren dentro del independentismo y otros son federalistas. Pero no desean de ninguna de las maneras el centralismo, que no deja de ser una dictadura disfrazada.
Por eso, unos catalanes se aferran a los hechos históricos, sobre todo de 1714, y otros al simple formato de no querer convivir junto a países que sus gentes se doblegan ante el poder de estar gobernados por un partido llegado a la política para engendrar corrupción.
Catalunya, también ha tenido corruptos, los ha echado de la escena política, y el partido de los españoles corruptos está cada vez más lejos del Parlamento catalán.
Els Segadors de Antoni Estruch
Se ha de saber pues que, en Catalunya hay dos clases de independentistas, los históricos y los que piden libertar para decidir lo que quieren ser.
Los que no estén de acuerdo con lo que digo, no se opongan, hagan la prueba para ver si tengo o no razón, dejen votar con derecho a decidir sobre lo que las urnas digan. No tengan miedo, las urnas no se comen a nadie.
