Puedo asegurar que no hay peor viaje, que dentro de una ambulancia.
Pones el pie dentro- una realidad paralela- y el tiempo, es una muerte lenta, el sonido constante-e insoportable- de la sirena, el fondo musical de los peores pensamientos de tu vida.
Hace casi tres meses de eso, quizás exagero, pero algo así no se olvida.
Luego de la operación de mi esposo, era normal que, días después, sangrase por la nariz pero la sangre no se detenía y yo, que no sirvo para el pánico, creo que me desdibujé, estaba ahí pero desaparecí, me perdí en el rojo intenso que empapaba el pañuelo bajo su nariz, la ambulancia llegó en lo que me pareció una eternidad, dos hombres se bajaron y desdibujada como estaba, nisiquiera recuerdo que dijeron, me subí al copiloto y lo primero que hice fue llorar, recuerdo que los enfermeros estaban más preocupados por mí que por mi esposo, qué papelón, yo estaba más cerca al colapso que el damnificado. Sé que dejé de desdibujarme cuando mi esposo me empezó a sonreir y hacer muecas desde el otro lado del consultorio para tratar de tranquilizarme. Ya fuera de peligro, lo abracé como si fuese mi resucitado, como si durante ese viaje en ambulancia me lo hubiese peleado a la muerte, soy ridículamente trágica.
Ese maldito viaje en ambulancia me puso las cosas en perspectiva, un día cualquiera puedes ir gastando tus últimos minutos camino a cualquier hospital, camino a tu final, de qué te sirve desperdiciar tus valiosos momentos en cualquier otra cosa que no sea ser feliz?







 A mediados de marzo, con un clima poco recomendable, nos fuimos a Holanda, no sé por qué demoré tanto en decidirme en ir a Amsterdam, si es relativamente tan cercana a Hamburgo, cogimos la carretera y en cuatro horas estabamos allí, la ciudad que moría por conocer hace tanto tiempo.
Nos quedamos todo el fin de semana, inolvidable, las noches son intensas en Amsterdam, es una ciudad nocturna, fiestera, alegre, es el tipo de ciudad en la que me hubiese gustado vivir cuando tenía veinte anios. La verdad, mi objetivo principal era visitar el museo de Ana Frank pero como soy un fracaso en planificación, no pude, no alcancé la reservación para esa fecha y entrar sin reserva era un suicidio, la cola para entrar era impresionantemente larga, un motivo más para regresar.


Algunas fotos lúgubres de Amsterdam








En Abril tomé unas mini-vacaciones y me fui a visitar a mi hermana favorita a Lindau, compré mi pasaje en la misma aerolínea y el mismo día en que el avión del piloto suicida cayó en los alpes franceses, pensé que viajaría con un grupo de pasajeros nerviosos pero la vida continuaba como si nada, en el viaje de regreso la cosa se puso fea porque el nerviosismo se sentía en el aire y el climax fue al aterrizar, la mujer en el asiento del lado abrazó a su hijo como si fuese el final, no sé si volveré a subirme a un avión en un futuro próximo.

El verano ha llegado y aunque odio manejar en este calor de infierno, me encanta esa sensación de no ver anochecer  nunca, porque para las diez de la noche, que es cuando me acuesto los días de semana, aun no oscurece y como amanece poco antes de las cinco de la maniana, alucino que vivo el día polar.
Los veranos me parecen cortos pero intensos porque es el tiempo en el que más trabajo tenemos, nunca pensé manejar tanto, ir a las obras a distintos puntos de la ciudad, manejar se ha vuelto menos tedioso, aun me pone nerviosa aparcar en espacios reducidos y soy una bestia en retroceso pero manejar cantando siempre será un placer.

He estado leyendo mucho menos que antes pero de los pocos libros que he leído puedo recomendar dos libros que me han gustado mucho:



La historia de una esclava que amamanta a la hija de sus patrones y la relación especial que crece entre ellas dos.



Empecé a leer este libro no muy convencida pero me atrapó y me hizo reflexionar sobre mi familia, mis padres, mis hermanos, creo que toda persona que se consideré dentro de una familia disfuncional debe leer este libro. La historia está basada en la vida real de la escritora, su familia, la irresponsabilidad de sus padres, la vida difícil que pasó junto a ellos pero lo que más me gustó fue su manera de ver toda la situación, no había rencor ni ensenianzas, la escritora simplemente cuenta su historia, tal cual.

Hay dos series que me vi completas, me las habían recomendado hace tiempo y no encontraba el tiempo para verlas:

Pulseras rojas, la versión catalana, cuenta la historia de grupo de ninios en el área infantil de un hospital, lo que me llamó la atención fue saber que está basado en la vida del escritor de la serie: Albert Espinosa, quién perdió, una pierna y otros órganos en su lucha contra el cancer, sobrevivió para contarlo todo y para escribir varios libros y guiones de películas

La musicalización de la serie también me gustó, se espera una tercera temporada cuando los actores crezcan porque no quieren cambiarlos.



Un pedacito de una de las películas cuyo guión fue escrito por Albert Espinosa




 La otra serie, es bastante antigua y la cancelaron hace siglos pero recién me animé a verla:
The Unites states of Tara: la vida de una mujer con personalidad multiple y de toda su familia que aprende a vivir con ese desorden.




El fondo musical de estos días, como siempre, es muy extenso pero, aquí unas canciones que me gustan mucho:

Mapei Dont Wait




James Bay- Let it go, en realidad hay varias canciones que me gustan de este cantante, su voz me encanta.


Stromae-Formidable, la letra es conmovedora