Get Even More Visitors To Your Blog, Upgrade To A Business Listing >>

esta piel



Ayer fue uno de esos días malditos y miserables, uno de esos días en los que la careta de normalidad se me cae y soy yo otra vez y no me soporto.
No me pasa seguido porque lo tengo asumido, como la chica que va cargando el libro sobre la cabeza y no deja que se le caiga mientras camina derecho, con estilo, yo no tengo estilo pero trato que el libro no se caiga, primero muerta.

Hoy fui a trabajar con los ojos hinchados de tanto llorar, por la maniana todavia me dolían un poco al parpadear, por suerte en el tren nadie nota nada, la gente vive pegada a sus teléfonos, tablets o libros. En la oficina traté de no mirar a los ojos a nadie aunque fue un poco difícil, en el escritorio del frente se sienta el practicante pero está de vacaciones y me salvé de dar explicaciones.

En realidad ayer no me fue del todo mal, he tenido días peores pero, aunque suene absurdo, las clases de manejo me tienen jodida, tengo que levantarme más temprano para salir más temprano del trabajo y poder irme a manejar al finalizar la tarde, en la oficina todavía no estamos tan recargados como en el verano pero poco a poco empiezan las obras en mayor cantidad y aunque me la paso atornillada a la computadora se me cansa el cerebro y mi única neurona la pasa mal, eso sumado a que mi jefe me tiene podrida con que saque el maldito brevete lo más pronto posible, sé que es ridículo estresarme por eso pero me pasa.
Ayer estuve a poco de quedarme dormida frente a la computadora y me fui al banio infinidad de veces a mojarme la cara para despertar, estaba muerta pero hice el esfuerzo de llegar a mi casa, baniarme y salir a la escuela a manejar.
Mientras manejaba me frustré horrible porque me olvidaba de hacer los cambios y el tráfico estaba jodido, con un millón de obstáculos y sentí que iba a explotar, por un momento me daba lo mismo estrellarme y causar un accidente del carajo, es evidente que eso era imposible, igual eso era lo único que me apetecía.
Mi profe hippie estaba en lo mejor contando chistes como siempre y comiendo un chocolate cuando frené y me puse a llorar, un cuadro patético, para colmo empezó a sonar mi teléfono, era mi ex colega que quería contarme lo excelente que le iba en su nuevo trabajo.
Mi profesor de manejo sabe que soy una mujer de terapia aún asi me miró con pena y  me trató como si fuera de vidrio, eso me dio algo de colera, lo único que quería era irme a esconder debajo de mi cama, me dio verguenza verme tan vulnerable, tan hecha mierda frente a un extranio, qué mierda, con lo que me cuesta parecer tan normal.
Por lo pronto mi profesor ha cancelado mis horas de manejo de estos días para darme tiempo a recuperar la cordura, como si eso fuera posible para volver a ponerme el libro sobre la cabeza y caminar. 
Me fui a casa secando mis lágrimas y conversando con mi ex colega, lo envidio, se cambió a un trabajo mucho mejor y le va de lo mejor, prometió el encuentro de siempre, yo lo aprecio bastante y espero verlo pronto. Colgué y me largué a seguir llorando, mi esposo me vio en esa situación e hizo lo de siempre, tratar de volverme a la normalidad con lo único que tiene a mano: amor, pero para una persona enferma como yo eso no sirve de mucho, me gusta sufrir y me encerré en el dormitorio a llorar, lo peor era no saber exactamente por qué, lloraba por todo, lloraba porque me jode lo de siempre, me odio y quiero dejar de ser yo, quiero escapar de mi pellejo.

Lloraba por mi sobrepeso, por no poder manejar un maldito auto, por no poder buscarme un trabajo en el que me paguen más, porque hay días en los que pienso que hubiese sido mejor quedarme trabajando en la universidad, lloraba por que me hago vieja y todavia no he viajado a Hong Kong, porque llevo casi nueve anios en este país y no puedo escribir un maldito presupuesto sin ayuda, porque nací mujer y en mi carrera es difícil serlo, porque quiero ver a mi viejo y él parece no querer venir a verme, porque quiero que se sienta orgulloso de este desastre que soy, lloraba por todas esas cosas sin relación entre sí, que patético.

Maniana tengo que trabajar con el chico del casi beso, codo a codo todo el maldito día, la cosa se vuelve peor con los días, noto su voz tembleque al teléfono cuando me llama para quedar por lo del trabajo, se demora en colgar, ese silencio incomodo, yo no me quedo atrás, también me tiemblan las manos cuando sostengo los planos y me quedo oliendo su perfume, necesito un par de cachetadas.






This post first appeared on The Worst Of Losing Leila, please read the originial post: here

Share the post

esta piel

×

Subscribe to The Worst Of Losing Leila

Get updates delivered right to your inbox!

Thank you for your subscription

×