Ahora que pasaron los Carnavales, me siento a escribir un poco, pero no, no se crean que he estado de jarana ni mucho menos. Hace muchos años que los Carnavales pasan por mí sin pena ni gloria, o yo paso por ellos más bien sin apenas enterarme. Alguna cosa veo por casualidad en la televisión, pero más bien poco.Mi hija va ultimamente al Carnaval de los Indianos, en la isla de La Palma, y dice que es muy divertido y donde todavía se puede pasear y disfrutar con tranquilidad, aunque ya empieza a reunir a bastantes visitantes.Yo he sacado información de Internet y les cuento algo de este Carnaval tan original, por si se animan para el año próximo, para que ya se vayan haciendo sus vestidos y buscando los pasajes.Se denomina “Indianos” a los emigrantes palmeros que a principios del siglo XX, después de haber probado fortuna en América, regresaban a su tierra presumiendo de éxito y riquezas. Su llegada al puerto era un acontecimiento social que paralizaba la actividad habitual de la ciudad, formando un bullicio callejero conformado por muchos vecinos que se acercaban al muelle para recibir noticias, mercancías o la simple curiosidad de ver quién llegaba y de qué maneras.El desembarco de los indianos se ha convertido en el número más representativo del Carnaval de La Palma basado en la caricaturización de los canarios que emigraron a Las Indias, más concretamente a Cuba. Uno de los aspectos más llamativos de la fiesta es el lanzamiento de polvos de talco y la vestimenta de los participantes: vestidos de blanco.De la pluma del querido tinerfeño don Elfidio Alonso, salió un libro en 1985 titulado "Estudio sobre el folklore canario", donde, hablando de los empolvados de la Palma, dice: “Los más viejos del lugar creen que esta costumbre de lanzarse polvos de talco tuvo que ver con un hecho ocurrido en el siglo XIX, cuando un barco, que portaba sacos de harina en malas condiciones, dejó en tierra toda la partida (...)”. Sigue narrando cómo los lugareños la usaron como divertimento del Carnaval, que se estaba celebrando por entonces en Santa Cruz de La Palma. Esta creencia algunos la ponen en duda, pues se han hallado documentos del siglo XVII que hablan de "empolvarse" el Lunes de Carnaval. De cualquier forma, el talco es el elemento más característico de estas fiestas. Por unas horas, la conocida como “Isla Bonita” pasa a ser la “Isla Blanca”.La fiesta comienza a las 12:00 de la mañana del lunes de Carnaval, en el atrio del Ayuntamiento de la ciudad, en la popular Plaza de España (que pasa a llamarse Plaza de La Habana) en un acto que se conoce como La Espera para dar la bienvenida a todos los indianos. El ambiente tiene una fuerte atmósfera cubana, ya que gira en torno a los lazos entre la isla de La Palma y Cuba: la música, con sus sones, guarachas y guajiras, la gastronomía, con las típicas sopas de miel, los buñuelos, el ron de caña y el tabaco. Y por supuesto, la vestimenta: hombres vestidos con guayabera, pantalones blancos o traje de lino y sombrero panameño, y las mujeres, con vestidos de época, igualmente blancos, y sombrillas con encajes, sin faltar las alhajas y el dinero que asoma por todos los bolsillos o de una buena maleta.Y como símbolo de la llegada de los Indianos, y unos de los iconos más representativos de este Carnaval Palmero, está la Negra Tomasa, que baila al son de la música cubana, destacando su piel y vestidos de colores entre tanto blanco.Este personaje lo interpreta desde hace un montón de años este palmero ilustre, Víctor Lorenzo Díaz Molina, conocido como Sosó, a quien el Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma entregó el año pasado la Insignia de Oro de la Ciudad, en reconocimiento a su labor como intérprete de dicho personaje.Y no me podía faltar la imagen del Cartel anunciador de la fiesta de este año, una gran viñeta cómica realizada en acuarela que refleja la gran variedad, diversión y riqueza del principal número del Carnaval palmero, creada por el ilustrador Carlos Manuel Rodríguez, Carlines.Espero haberles despertado el interés por esta fiesta tan original y no tan conocida... todavía.