Hoy es Viernes de Lázaro en el ámbito religioso, y la Cuaresma de La Laguna en este día tiene una tradición que aún mantiene. Se trata de la costumbre de comer Huevos Duros acompañados de un vaso de “buen” vino. Este viernes, en la lagunera plaza de San Lázaro, iremos al encuentro con la tradición, pues, como en otros años, ya se montó el ventorrillo con los huevos duros y el vino tinto. El objetivo es mantener la tradición y recaudar fondos para poder restaurar lo que se va deteriorando en la ermita de San Lázaro.Antiguamente, en los barrios de San Lázaro y de San Benito, se encontraban algunos mesones donde los caminantes hacían su avituallamiento antes de desplazarse a otros lugares de la isla. Mención especial merece el más famoso, el de “Casa Sixto el de los huevos duros”, que estaba situado a un tiro de piedra de la plaza de San Lázaro. Se presentaba desde que abría, casi de madrugada, con dos grandes cestas en el mostrador a rebosar de huevos duros a lo largo de todo el año; y el Viernes de Lázaro y el Domingo de Pasión se vendían algunos miles.Una de las tareas más farragosas a la hora de hacer huevos duros llega en el momento en que tenemos que pelarlos. El truco de Casa Sixto para hacer huevos duros era cubrirlos de agua fría en el caldero y después ponerlos al fuego; una vez que entraban en ebullición, los dejaba sólo diez minutos. Y al agua le añadía un puñado de sal gruesa, ya que según decía don Sixto “ayuda a que se pelen más fácil”. Información del periódico digital La Laguna ahora e imágenes de Internet