Get Even More Visitors To Your Blog, Upgrade To A Business Listing >>

Extractos 2.

Hans Bellmer

El violinista loco de Pessoa ha venido esta mañana a mi casa. He abierto la puerta y él ha empezado a acariciar con el arco las cuerdas del violín. He cerrado los ojos y por un momento he entrevisto en la lejanía mi ausente vida verdadera. Ha terminado la canción y con un movimiento de cabeza se ha despedido de mí. Le he seguido con la mirada como se alejaba, andando con pasos cortos y deteniéndose a contemplar las flores que en el camino llamaban su atención. En la cabeza llevaba un gorro verde que le caía hacia un lado de su rostro. Al cesar la música ha vuelto el vacío, el mismo vacío de toda una vida ausente.

Por qué, junto a las almas que corren, gritan y devoran no habrá también almas que florezcan y exhalen su perfume en silencio, que apaguen su sed sorbiendo el rocío, su pasión haciendo brotar las yemas, sus anhelos más altos girando su rostro hacia la luz”. Gustav Theodor Fechner, Sobre la vida psíquica de las plantas.

Las palabras, todas las palabras, tienen tantos matices secundarios, tantos dobles sentidos, evocan tantas sensaciones secundarias y tantas dobles sensaciones que haríamos bien en mantenernos alejados de ellas”. Robert Musil, Diarios.

¿Acaso el escritor es mucho más que un loro complicado?

Alimentar el fuego de un espíritu sediento por enredarse entre el dolor amargo de la verdad, de la estupidez, de la mezquindad, de las pasiones, de todos esos juegos macabros que conforman la vida.

Haber escrito algo que te deja como un fusil disparado, aún sacudido y humeante, vaciado por entero de ti, donde no sólo has descargado todo lo que sabes de ti mismo, sino lo que sospechas y supones, y los sobresaltos, los fantasmas, el inconsciente, haberlo hecho con prolongada fatiga y tensión, con cautela de días y temblores y repentinos descubrimientos y fracasos y entumecerse de toda la vida sobre ese punto -advertir que todo esto es igual que nada si una señal humana, una palabra, una presencia no lo acoge, lo caldea- y morir de frío -hablar en el desierto- estar solo noche y día como un muerto”. Cesare Pavese.

Necesidad de una vagina que me cobije, que me haga perder la noción del amor. Sólo sexo, sin nada más. Excitación animal que limpie mi mente de tanto morbo para, tal vez así, volver a empezar de nuevo. Una vagina para meterle mis dedos y sentir humedad, deseo, vida, calor,... Tan sólo juegos eróticos, gimnasia física y espiritual, ejercicios de rehabilitación emocional.

RECUERDA Hermosa vida que pasó y parece ya no pasar... Desde este instante, ahondo sueños en la memoria: se estremece la eternidad del tiempo allá en el fondo. Y de repente un remolino crece que me arrastra sorbido hacia un trasfondo de sima, donde va, precipitado, para siempre sumiéndose el pasado. Jaime Gil de Biedma A petición de mi gran amigo Marianus, otra de Jaime Gil de Biedma. Creo que es su preferida: CONTRA JAIME GIL DE BIEDMA De qué sirve, quisiera yo saber, cambiar de piso, dejar atrás un sótano más negro que mi reputación -y ya es decir-, poner visillos blancos y tomar criada, renunciar a la vida de bohemio, si vienes luego tú, pelmazo, embarazoso huésped, memo vestido con mis trajes, zángano de colmena, inútil, cacaseno, con tus manos lavadas, a comer en mi plato y a ensuciar la casa? Te acompañan las barras de los bares últimos de la noche, los chulos, las floristas, las calles muertas de la madrugada y los ascensores de luz amarilla cuando llegas, borracho, y te paras a verte en el espejo la cara destruida, con ojos todavía violentos que no quieres cerrar. Y si te increpo, te ríes, me recuerdas el pasado y dices que envejezco. Podría recordarte que ya no tienes gracia. Que tu estilo casual y que tu desenfado resultan truculentos cuando se tienen más de treinta años, y que tu encantadora sonrisa de muchacho soñoliento -seguro de gustar- es un resto penoso, un intento patético. Mientras que tú me miras con tus ojos de verdadero huérfano, y me lloras y me prometes ya no hacerlo. Si no fueses tan puta! y si yo no supiese, hace ya tiempo, que tú eres fuerte cuando yo soy débil y que tú eres débil cuando me enfurezco... De tus regresos guardo una impresión confusa de pánico, de pena y descontento, y la desesperanza y la impaciencia y el resentimiento de volver a sufrir, otra vez más, la humillación imperdonable de la excesiva intimidad. A duras penas te llevaré a la cama, como quien va al infierno para dormir contigo. Muriendo a cada paso de impotencia, tropezando con muebles a tientas, cruzaremos el piso torpemente abrazados, vacilando de alcohol y de sollozos reprimidos. Oh innoble servidumbre de amar a seres humanos, y la más innoble que es amarse a sí mismo!


This post first appeared on Capitán Pescanova, please read the originial post: here

Share the post

Extractos 2.

×

Subscribe to Capitán Pescanova

Get updates delivered right to your inbox!

Thank you for your subscription

×